“¡Queridos hijos! Yo estoy con vosotros, incluso cuando vosotros no sois conscientes de ello. Yo quisiera protegeros de todo aquello que Satanás os ofrece y a través de lo cual quiere destruiros. Tal como llevé a Jesús en mi seno, así quisiera llevaros también a vosotros, mis queridos hijos, hacia la santidad. Dios quiere salvaros y os envía mensajes a través de los hombres, de la naturaleza y de muchas otras cosas que os pueden ayudar a comprender que debéis cambiar el rumbo de vuestras vidas. Por eso, mis queridos hijos, comprended también la grandeza del don que Dios os da a través de Mí, a fin de que Yo pueda protegeros con mi manto y conduciros al gozo de la vida. Gracias por haber respondido a mi llamada!”