¡Queridos hijos! Con alegría os invito a todos a vivir mis mensajes alegremente, sólo así, hijos míos, podréis estar más cerca de mi Hijo. Yo deseo conduciros a todos únicamente a Él, y en Él encontraréis la verdadera paz y la verdadera alegría del corazón. A todos os bendigo y os amo con inmenso amor. ¡Gracias por haber respondido a mi llamada!