Que este tiempo sea para vosotros tiempo de oración y de silencio. Dejad descansar vuestro cuerpo y vuestro espíritu, y que permanezcan en el amor de Dios. Permítdme hijitos que os conduzca, abrid vuestros corazones al Espíritu Santo para que todo el bien que hay en vosotros, florezca y produzca frutos al céntuplo. Comenzad y finalizad el día con la oración con el corazón. Gracias por haber respondido a mi llamada