“Queridos hijos, estoy con vosotros para guiaros por el camino de la conversión porque, hijos míos, con vuestras vidas podéis acercar muchas almas a mi Hijo. Sed testigos gozosos de la Palabra y del amor de Dios, con la esperanza en el corazón que vence todo mal. Perdonad a los que os hacen mal y caminad por la senda de la santidad. Os conduzco a mi Hijo para que Él sea para vosotros Camino, Verdad y Vida. Gracias por haber respondido a mi llamada”.