“¡Queridos hijos! Hoy os invito a orar por la paz! En este tiempo, la paz está amenazada de manera especial, y os pido que renovéis el ayuno y la oración en vuestras familias. Queridos hijos, deseo que comprendáis la seriedad de la situación y que comprendáis que mucho de lo que va a suceder depende de vuestra oración. Pero vosotros oráis poco. Queridos hijos, estoy con vosotros y os llamo a que comencéis a orar y a ayunar como en los primeros días de mi venida. Gracias por haber respondido a mi llamada”