“¡Queridos hijos! Hoy os invito a una vida nueva. No importa cuántos años tengáis: abrid vuestro corazón a Jesús que os transformará en este tiempo de gracia y vosotros, al igual que la naturaleza, naceréis a una vida nueva en el amor de Dios y abriréis vuestro corazón al Cielo y a las cosas celestiales. Yo estoy aún con vosotros porque Dios me lo ha permitido por amor a vosotros. Gracias por haber respondido a mi llamada”.