“¡Queridos hijos! Hoy mi oración con vosotros es por la paz. El bien y el mal luchan y desean predominar en el mundo y en los corazones de la gente. Sed vosotros personas de esperanza, de oración y de gran confianza en Dios Creador para quien todo es posible. Hijos míos, que la paz prevalezca en vosotros y alrededor de vosotros. Os bendigo con mi bendición maternal para que, hijos míos, seáis alegría para todos con quienes os encontréis. Gracias por haber respondido a mi llamada”.