¡Queridos hijos! Hoy quisiera deciros que os amo. Os amo con mi amor maternal y os exhorto a abriros completamente a mí para que yo pueda, por medio de vosotros, convertir y salvar al mundo, donde hay tanto pecado y tantas cosas malas. Por eso, queridos hijos míos, abríos completamente a mí para que pueda llevaros más y más hacia el amor inefable de Dios Creador, Quien se revela a vosotros día a día. Estoy a vuestro lado y deseo mostraros que Dios que os ama. Gracias por haber respondido a mi llamada.