“¡Queridos hijos! Hoy os invito a dar testimonio de vuestra fe como los colores son testimonio de la primavera; que ésta sea una fe de esperanza y valentía. Hijos míos, que vuestra fe no vacile ante ninguna situación, ni siquiera en este tiempo de prueba. Id valientemente con Cristo Resucitado hacia el Cielo, que es vuestra meta. Os acompaño por este camino de santidad y os pongo a todos en mi Corazón Inmaculado. ¡Gracias por haber respondido mi llamada! “