Queridos hijos, también hoy os invito de nuevo a la conversión. ¡Abrid vuestros corazones! Mientras estoy con vosotros es un tiempo de gracia, aprovechadlo. Decid: «Este es el tiempo para mi alma». Yo estoy con vosotros y os amo con un amor inconmensurable. ¡Gracias por haber respondido a mi llamada!