Queridos hijos, hoy también os llamo a todos, a que os decidáis a vivir los mensajes. Dios me ha concedido también en este año, que la Iglesia me ha dedicado, el poder hablaros e invitaros a la santidad. Queridos hijos, pedid a Dios las gracias que Él os concede a través de mí. Estoy dispuesta a interceder ante Dios por todo aquello que buscáis, porque Dios me ha permitido obtener esas gracias para vosotros. Gracias por haber respondido a mi llamada.