Queridos hijos, deseo recordaros que este tiempo es especialmente para vosotros, los de la parroquia. Durante el verano, decís que tenéis demasiado trabajo. Ahora no hay trabajo en el campo y por esta razón os invito a que trabajéis en vosotros mismos. Venid a la Santa Misa porque este tiempo os ha sido concedido. Queridos hijos, sois muchos los que venís regularmente, a pesar del mal tiempo, porque me amáis y queréis mostrarme así vuestro amor. Espero que todos vosotros me demostréis vuestro amor viniendo a la Misa, y el Señor os recompensará generosamente. Gracias por haber respondido a mi llamada.