Queridos hijos, hoy os invito a comenzar a ayunar con el corazón. Hay muchas personas que tan solo ayunan porque todos los demás lo hacen. Y se ha convertido en una costumbre que nadie quiere abandonar. Pido a la parroquia que ayune en acción de gracias porque Dios me ha permitido quedarme tanto tiempo en esta parroquia. Queridos hijos, ayunad y orad con el corazón. Gracias por haber respondido a mi llamada.