Queridos hijos, os invito a una oración más activa y también a una participación más activa en la Santa Misa. Deseo que la Santa Misa sea para vosotros una experiencia de Dios. Quiero deciros, sobre todo a los jóvenes, que os abráis al Espíritu Santo, porque Dios os quiere acercar a Él en estos tiempos en los que Satanás está obrando fuertemente. Gracias por haber respondido a mi llamada.