Queridos hijos, esta Cuaresma debe ser para vosotros un estímulo especial para el cambio de vida. Comenzad desde este momento. Apagad el televisor y dejad de lado las diversas cosas que no os son indispensables. Queridos hijos, os invito a la conversión personal. Este tiempo es para vosotros. Gracias por haber respondido a mi llamada.