Medjugorje – Virgen de Medjugorje

Testimonio de Domenica Ayluardo Littuma

Mis padres siempre habían procurado que ame a Dios y a María, yo sabía y creía que existían pero nada más, Dios no era el centro de mi vida.

De vez en cuando me acordaba de Él sobre todo cuando tenía un problema, pero no lo sentía como un padre, o un amigo. Yo era una joven como las demás que iba a Misa porque mis padres me llevaban no porque realmente yo lo deseaba. Ya había recibido el sacramento de la Eucaristía pero realmente no sabía que significaba, en 16 años solo me había confesado 2 veces y comulgaba para que mis padres  no me retaran. Lo más importante eran mis amigos, mis estudios, mi familia.

Una señora fue a mi casa a buscar a mi papa y empezó hablar del movimiento María Reina de la Paz, dije a mi mamá que quería ir y efectivamente fui. El tema de ese día era el de la consagración total a María, pues me encantó y le dije a mi mamá: me siento llena de gozo nunca más me iré de ahí. Empecé asistir todas las semanas y ahí me fueron enseñando esta devoción a María Reina de la Paz, me hablaron de las apariciones pues yo nunca me hubiera imaginado que desde 1981 la Virgen se seguía apareciendo, no podía creer que había vivido 16 años de mi vida sin haber conocido lo que ocurría de Medjugorje, que la Virgen compartia cada mes sus mensajes y es que ni mis papas sabían que la madre se aparecía y mucho peor porqué venía y qué decía.

Antes yo veía a María solo como la madre de Jesús, la veía en las imágenes y solo eso representaba, pero Ella me invitó a pertenecer a su ejército y acepté sin saber lo que se venía. Antes para mí era la madre de Dios pero ahora… ahora la siento tan mía como yo soy tan suya, como cita Mon1ort “Ella es toda mía por misericordia y yo soy todo suyo por justicia”. Mon1ort, el autor del Tratado de la Verdadera Devoción a la Santísima Virgen me enseñó amarla de una forma que nunca hubiese imaginado a tal punto de hacer todo POR, CON, EN Y PARA MARIA. Algo que nunca imaginé es el conversar con Ella de lo que quiera y sentirme tan cómoda al hacerlo, Ella me escucha con paciencia, aunque yo sé que antes de que se lo diga Ella ya lo sabe, pero sé que le gusta escucharme, sé que le gusta que le cuente cada cosa que me ocurre. Yo sé que poco es lo que le puedo ofrecer, es muy poco lo que le doy cada día pero Ella sin dudar me ama tan fuerte que me lo entrega todo. La Virgen es mi mejor amiga, pero sobre todo es mi MAMÁ.

Muchas cosas han cambiado definitivamente mi vida, ha dado una vuelta gigantesca de lo que era a lo que soy, definitivamente no soy perfecta sigo pecando como cualquiera de ustedes; pero ha cambiado mi forma de ver la vida, Jesús es el centro de mi vida y se lo agradezco a María pues ella me lo presentó y Ella me lleva a Él. Ahora asisto todas las semanas a mi grupo de oración el cual me ha ayudado bastante pues tú no puedes amar lo que no conoces y ahí lo conocí, canto todos los domingos en Misa, Dios sabe cómo hace las cosas pues me a mí me daba miedo cantar pero Él me llevó al lugar donde me necesitaba, donde quería que yo le sirva pues no se equivocó ¡Cómo amo ese ministerio! De las 2 veces que me había confesado en toda mi vida, ahora me confieso toda las semanas y es que no me confesaba porque me daba miedo, pero luego entendí que Jesús era quien me esperaba para perdonarme, sanarme y liberarme de mis pecados. Ahora rezo el Rosario y antes sinceramente que no sabía ni cogerlo pero María me enseñó a orar.

¿Cómo me siento? Me siento realmente bendecida, pues muchos son los llamados pero pocos los escogidos y me escogió a mi tan pequeña y pecadora, ahora puedo decir que soy una persona feliz y no es que no haya problemas pero cuando dejas todo en manos de Dios ya no te ahogas en un vaso de agua, esperas paciente y Dios te da la respuesta.

¡Jóvenes cuando Dios me llamó tenía 16 años y Dios llama a los jóvenes para cosas gigantescas! No tengas miedo de abrir tu corazón a Dios pues no sabes cuán grande es su amor, no sabes cuánto te ama. No seas como los demás, ve contra corriente como los salmones, se valiente pues Dios no vale la pena: Él vale la vida. ¡Arriésgate! ¿Quieres ser feliz? Dios es tu felicidad. Acepta a María como tu mamá, Ella te llevara a Jesús, Ella es el camino corto y seguro. Acepta a María como Juan la acepto en la cruz “ahí tienes a tu Madre. Y desde esa hora el discípulo la tuvo en su casa “ (Jn 19, 27). Joven no lo dudes que la Madre solo espera que le abras tú corazón para acogerte, Ella te ama y quiere que todos sus hijos lleguen al Padre. Abran sus corazones a Dios y no se arrepentirán nunca de haberlo hecho pues Él los hará libres.

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