Fr. Ljudevit Rupčić, OFM, 1995
El término revelaciones “privadas” desde hace bastante tiempo se ha hecho una costumbre en la teología. En contraste con la revelación pública. Sin embargo, una revelación pública sería la que es dada en la Biblia y privada la que es dada aparte de la Biblia. Consecuentemente, sería más justificado hablar de revelación bíblica y extra bíblica. Con todo, asignar mayor honor y significado a la [revelación] bíblica que a la otra no tiene realmente razón de ser. Y es que si ambas son auténticas, si ambas provienen de Dios, de acuerdo a su origen, ambas son divinas e igualmente valiosas. Ambas, la una y la otra, Dios pretende dirigirlas al pueblo y quiere que éste acepte a las dos. De otro modo, no habría razón para que El hablara del todo. Si existe alguna diferencia justificada entre ellas, no puede ser jamás en el sentido de que una obliga y la otra no. Ambas obligan. Porque a quien ha sido tocado por ellas y a quien ha alcanzado razones suficientes y la seguridad moral en relación a su autenticidad, ambas lo obligan igualmente.
La revelación contenida en la Biblia es llamada “canon”, esto es, la regla de la Fe. La autenticidad de cualquier otra revelación se mide de algún modo de acuerdo a ella. Antes que nada, todo lo que sea contrario a esa revelación no sería auténtico, esto es, falso. Consecuentemente, la revelación bíblica provee una garantía de certeza y, en un modo negativo, que una revelación contraria es falsa. Aún más, la autenticidad de la revelación bíblica es garantizada por el Magisterio de la Iglesia al que Cristo concede el Espíritu Santo, a fin de preservar fielmente esa revelación e interpretarla infaliblemente. Para la revelación extra bíblica, el magisterio no tiene directamente esa autoridad, sino indirectamente. Esto significa que, si estableciera que una revelación extra bíblica es contraria a la bíblica, sería seguro que no es auténticamente divina del todo. Y es que, “aun cuando nosotros mismos o un ángel del cielo os anunciará un evangelio distinto del que os hemos anunciado, sea anatema!” (Gal 1,8). Por otro lado, si el Magisterio de la Iglesia de algún modo llegara incluso a confirmar una revelación extra bíblica, no estaría uno obligado simplemente por eso a aceptarla como auténtica. Si uno tiene razones propias, debe aceptarla con fide divina. Pero si no tiene sus propias razones, puede rechazarla o dudar de ella. En este caso, la persona no está obligada fide catholica.
La historia de la Iglesia da testimonio de que siempre han habido revelaciones extra bíblicas. De acuerdo a su forma y estructura, son iguales a la revelación bíblica y están generalmente ligadas con apariciones o visiones. Usualmente era Jesús el que se aparecía, los Ángeles y los Santos. Pero en tiempos recientes, es más frecuentemente la Santísima Virgen María [quien se aparece].
Las locuciones (audiciones) también están conectadas con visiones. Las más recientes apariciones de la Santísima Virgen en La Salette, Lourdes, Fátima y Medjugorje así lo confirman. Los videntes, además de ver a Nuestra Señora, también escuchan sus mensajes que generalmente llaman a la conversión, la oración -especialmente el rosario-y la penitencia. De ese modo, están tanto más orientadas hacia la renovación y el florecimiento de la vida de la Iglesia que a dar una nueva verdad de la Fe.
Nadie puede cerrarle la boca a Dios. El no ha terminado Su conversación ni Su revelación al pueblo. Esta sigue adelante continuamente, en la Iglesia y en el mundo, de diversos modos. El discurso de Dios, en un sentido más amplio, toma la forma de una visión o al menos nadie puede refutarlo. Por tanto, las revelaciones extra bíblicas no son sólo posibles sino actuales. El Espíritu de Dios que Cristo envía continuamente a la Iglesia recuerda a ésta las palabras de Jesús y la conduce a la verdad completa (Juan 16,13). El no lo realiza simplemente por medio de la jerarquía, sino también a través de carismas y de sus portadores porque la Iglesia no es sólo jerárquica sino también carismática. Es por eso que el Espíritu Santo no está atado a la jerarquía, sino viceversa. El es libre y sopla donde quiere. El da incentivos a la Iglesia y conduce a la Iglesia también a través de los carismáticos. Ni la jerarquía ni los carismáticos pueden usurpar para sí el derecho exclusivo de hablar y actuar en nombre del Espíritu Santo. Sus ministerios se originan en el mismo Espíritu y deben armonizarse. Así pues, ni la jerarquía ni la Iglesia pueden ser autocomplacientes e indiferentes hacia las visiones, apariciones y revelaciones. La jerarquía no sólo debe no rechazarlas y tampoco simplemente tolerarlas, sino que debe aceptarlas y fomentarlas también. De otro modo, estaría rechazando al Espíritu mismo.
La visión y la revelación pertenecen al carisma profético, del cual la Iglesia no puede carecer y esto, no porque sea necesaria una nueva doctrina o verdad después de la revelación bíblica, sino porque es necesaria una nueva luz, un mejor entendimiento de esa misma doctrina o verdad y, especialmente, porque se requiere una nueva orientación e ímpetu para la actividad humana.
Una postura crítica hacia la revelación extra bíblica se ha manifestado en menor o mayor medida a lo largo de toda la historia. Con el comienzo de los tiempos modernos, se han iniciado debates más grandes y más numerosos acerca de ellas. Según los mismos, el mejor signo de autenticidad de una revelación y visión extra bíblica es su concordancia con la revelación bíblica. Se afirma, que el contenido de una revelación extra bíblica, que sobrepasa las capacidades de los videntes, habla mucho a su favor. En ello, juega un papel importante la salud mental y física del sujeto. La santidad personal y el estado de gracia contribuyen a su autenticidad, si bien no son indispensables. En principio, incluso grandes defectos morales no son un obstáculo para la autenticidad de la revelación. El heroísmo moral del sujeto de la visión contribuye positivamente a la autenticidad de la verdad. En ello, atendiendo a las circunstancias, los errores que la acompañan también significan algo, si bien no son necesariamente considerados como un criterio negativo. Estos criterios internos son acompañados por los externos: milagros y aprobación de la Iglesia. El involucramiento en alguna cuestión controversial y los asuntos políticos habla en contra de la autenticidad de la visión porque las visiones sirven al reino de Dios y no a la curiosidad o a algún propósito enteramente de este mundo.
Las revelaciones extra bíblicas, en general, no implican nuevas verdades, sino quizá simplemente un mejor reconocimiento de las verdades bíblicamente reveladas y cuanto más, ciertamente, la demanda de una mejor y más urgente aplicación de la revelación bíblica en alguna postura particular de la Iglesia o de grupos individuales dentro de ella. En general, pretenden inspirar a la gente a la Fe y la conversión y de ese modo, conducirlas a la salvación. Son más bien peticiones e incentivos más que aserciones. Su propósito es orientar el comportamiento del pueblo hacia Dios. En este sentido, Santo Tomás de Aquino dice: “Cuando no haya más revelaciones, la gente se quedará sin guía” (Summa II-II. q. 174 a.6). Esta es la razón de que siempre haya habido profetas en la Iglesia que efectivamente no proclamaron una nueva doctrina, sino que dieron una orientación a la actividad humana. El mismo Santo Tomás de Aquino subraya: “La revelación es dada para beneficio de la Iglesia” (Summa II-II. q. 172 a.4). Nos llama a una vida cristiana más auténtica y señala la necesidad y los medios que son de más alta prioridad. Es la respuesta del cielo a cuestiones particulares de los tiempo y de este modo, ayuda más que cualquier empeño intelectual y teológico.
Puesto que las revelaciones extra bíblicas son extraordinarias y llamativas, generalmente provocan mayor atención que la proclamación ordinaria de las verdades bíblicas y las directrices de la Iglesia y actúan como terapia de choque. Es bien sabido que las apariciones en Lourdes, Fátima y Medjugorje han intensificado la devoción y han despertado la vida espiritual alrededor del mundo. Han contribuido en gran medida a la renovación de la confesión y la reverencia por la Eucaristía.
Un énfasis demasiado grande en alguna revelación extra bíblica en vez del Evangelio no sería saludable ni normal. La revelación bíblica tiene preferencia pero la extra bíblica no debe ser rechazada, simplemente porque también proviene de Dios y porque con ella, Dios quiere decir algo al hombre. Es por eso que en ambos casos la palabra de Dios obliga.
LAS APARICIONES Y VISIONES DE MEDJUGORJE
Desde el 24 de Junio de 1981 hasta el día de hoy, seis videntes en Medjugorje, Ivanka Ivankovic-Elez, Mirjana Dragicevic-Soldo, Vicka Ivankovic, Marija Pavlovic-Lunetti, Ivan Dragicevic y Jacov Colo, afirman unánimemente que Nuestra Señora se les aparece. Ellos aún la ven diariamente, excepto Ivanka y Mirjana, quienes todavía la ven una vez al año, Ivanka en el aniversario de las apariciones y Mirjana en su cumpleaños. Ya desde el principio de las apariciones, se intentó de diversas maneras obtener la aprobación de la autenticidad de estas apariciones y visiones. Adicionalmente a la persistente afirmación de los videntes, se pretendió, de un modo más o menos científico y teológico, llegar a pruebas objetivas de la autenticidad de las apariciones. Incluso desde los primeros días, el régimen comunista de ese tiempo, el cual debido a motivos ideológicos y ateos se oponía a la notoriedad de las apariciones de Nuestra Señora, trató primero que nada a través de los médicos en Citluk y Mostar de probar el dicho de que las apariciones eran una trampa infantil común y el dicho de niños insanos. Cuando los médicos establecieron que los niños estaban completamente sanos, los comunistas integraron una comisión de doce médicos y siquiatras a quienes simplemente ordenaron declarar a los niños mentalmente enfermos. Resulta significativo que, a pesar de la presión, los miembros de la comisión no lo hicieron porque era obvio que los niños eran saludables.
Después de eso, numerosas otras comisiones oficiales y no oficiales siguieron sucesivamente. Trataron de llegar a la verdad de la aparición con mayor imparcialidad. Una excepción fueron las dos comisiones constituidas por el Obispo local, Pavao Zanic. El no pidió a dichas comisiones que estudiaran el fenómeno Medjugorje, sino que confirmarán su propia opinión negativa que, tomando en cuenta las propias apariciones, no tenía sustento en absoluto. A fin de asegurar el “resultado” de la investigación, él se nombró a sí mismo presidente de la comisión y dispuso que [los miembros] pensaran y hablaran lo que él mismo, sin base alguna en la verdad, pensaba y hablaba. Las demás comisiones, a diferencia del Obispo Zanic y las instancias creadas por él, examinaron a los videntes y los hechos de Medjugorje, echando mano de expertos. Puesto que la Congregación para la Doctrina de la Fe, encabezada por el Cardenal Joseph Ratzinger, rechazó los “resultados” de las comisiones del Obispo Zanic como incompetentes e infundados, ésta ordenó a la Conferencia Episcopal Yugoslava establecer su propia comisión para hacerse cargo con más seriedad de las apariciones de Medjugorje. Aún cuando esa comisión no investigó más seriamente estas apariciones, no obstante, se comportó de manera más responsable hacia ellas. Al menos, no afirmó que las apariciones no son auténticas sino que encontró una solución salomónica y declaró que aún no había arribado a pruebas reales de la sobrenaturalidad de las apariciones. Dicha postura fue también aceptada por la Conferencia Episcopal Yugoslava. Debido a la convicción cada vez más generalizada de que las apariciones son auténticas y, especialmente, a causa de los excepcionales dones espirituales al mundo entero relacionados con las apariciones, se sintió no obstante compelida a aceptar a Medjugorje como santuario y asumir un mayor cuidado del correcto desarrollo de la devoción y la adecuada provisión de las necesidades espirituales de los peregrinos de Medjugorje.
Parte de la comisión científico teológica ítalo / francesa “sobre los sucesos extraordinarios que están teniendo lugar en Medjugorje”. En su investigación, la asamblea de diecisiete renombrados científicos, médicos, siquiatras y teólogos llegó a 12 conclusiones el 14 de Enero de 1986 en Paina, cerca de Milán.
- En base a los exámenes sicológicos, en todos y cada uno de los videntes es posible excluir con seguridad un fraude o engaño.
- En base a los exámenes médicos, pruebas y observaciones clínicas etc. es posible excluir en todos y en cada uno de los videntes alucinaciones patológicas.
- En base a los resultados de investigaciones previas, es posible excluir en todos y cada uno de los videntes una interpretación puramente natural de estas manifestaciones.
- En base a la información y las observaciones que pueden documentarse, existe una correspondencia entre estas manifestaciones y las que generalmente se describen en la teología mística.
- En base a la información y las observaciones que pueden documentarse, es posible hablar de avances espirituales y avances en las virtudes teológicas y morales de los videntes, desde el principio de estas manifestaciones hasta el día de hoy.
- En base a la información y las observaciones que pueden ser documentadas, es posible excluir enseñanzas o comportamientos de los videntes que estarían en clara contradicción con la Fe y la moral cristianas.
- En base a la información y las observaciones que pueden documentarse, es posible hablar de buenos frutos espirituales en personas atraídas por la actividad sobrenatural de estas manifestaciones y en la gente favorable a ellas.
- Después de más de cuatro años, las tendencias y diversos movimientos que se han generado a través de Medjugorje, como consecuencia de estas manifestaciones, influyen en el pueblo de Dios y en la Iglesia en completa armonía con la doctrina y la moral cristianas.
- Después de más de cuatro años, es posible hablar de frutos permanentes y objetivos de los movimientos generados por Medjugorje.
- Es posible afirmar que todas las buenas iniciativas espirituales de la Iglesia, que están en total armonía con el auténtico magisterio de la Iglesia, encuentran sustento en los eventos de Medjugorje.
- En consecuencia, se puede concluir que después de un examen más profundo de los protagonistas, de los hechos y de sus efectos, no sólo a nivel local sino también respecto a acordes de respuesta en la Iglesia en general, sería bueno para la Iglesia reconocer el origen sobrenatural y, por medio de ello, el propósito de los eventos en Medjugorje.
Hasta ahora, se trata de la investigación más concienzuda y completa del fenómeno Medjugorje y, por esta misma razón, es lo más positivo que hasta ahora se ha dicho acerca de él a nivel científico teológico.
Adicionalmente, un trabajo muy serio para examinar a los videntes fue también realizado por un equipo francés de expertos encabezados por el Sr. Henrio Joyeux. Utilizando el equipo y maquinaria más modernos, él examinó las reacciones internas de los videntes antes, durante y después de las apariciones así como su sincronización ocular, auditiva, cardíaca y cerebral. Los resultados de dicha comisión fueron muy significativos. Mostraron que el objeto de observación es externo a los videntes y que permite excluir cualquier manipulación del exterior y cualquier acuerdo mutuo entre los videntes Los resultados de los encefalogramas individuales y de las demás reacciones han sido reunidos y elaborados en un libro especial (H. Joyeux -R. Laurentin, Etudes médicales et scientifiques sur les apparitions de Medjugorje, Paris 1986).
Los resultados de la comisión arriba mencionada, han confirmado las conclusiones de la comisión internacional y, por su parte, prueban que las apariciones son un fenómeno que sobrepasa la ciencia moderna y que todo apunta hacia otro nivel.
Por lo que se refiere al examen científico de las apariciones de Medjugorje, es importante recordar que, en la historia de las apariciones, ninguna de ellas ha sido jamás estudiada científicamente tan amplia y minuciosamente como las de Medjugorje. Cuando se comparan los estudios de Lourdes y de Fátima con los de Medjugorje, se nota que casi no existe similitud entre ellas. Tampoco los demás videntes fueron tan minuciosamente examinados; esto no era posible con tal certidumbre y éxito a causa del nivel inferior de la ciencia y la falta de aparatos técnicos en aquellos tiempos. Es aún más significativo recordar que en Lourdes fue una sola vidente, Bernardita Soubiruó, tres en Fátima y seis en Medjugorje. La manipulación es mucho más fácil con un solo vidente que con varios. De igual modo, una confirmación de grupo es más valiosa que una individual. De Bernardita se dijo que era de salud delicada sicológica y físicamente. En cuanto a los videntes de Medjugorje, se ha establecido una salud adecuada. Si a esto agregamos las cualidades morales positivas y la uniformidad de los testimonios, no se encuentran dudas significativas de que las apariciones, de las cuales los videntes dan testimonio, sean verdaderamente sobrenaturales y dignas de fe.
También el contenido de los mensajes de Medjugorje lo confirma. Además de los cinco mensajes principales, en los cuales concuerdan los videntes, a través de Marija Pavlovic, la Virgen da mensajes especiales para el mundo entero. Si bien son numerosos, en ninguno de ellos ha podido encontrarse algo que sea contrario a la doctrina cristiana y a la Fe. Por el contrario, junto con los mensajes principales, integran un verdadero tesoro de teología práctica y manuable, a un nivel que hoy en día no obtendrían ni siquiera el 80% de los sacerdotes. Todo esto tiene mayor significado cuando se piensa que la vidente Marija, al igual que el resto de los videntes, es una creyente absolutamente promedio que no ha podido frecuentar regularmente el catecismo y mucho menos adquirir una educación teológica práctica. Las acusaciones falsas del Obispo y de algunos otros opositores de Medjugorje, según las cuales los frailes escriben los mensajes, habla en favor de su excepcional contenido. Contribuyen igualmente a confirmar su carácter extraordinario.
MILAGROS
Desde un principio, las apariciones de Medjugorje estuvieron acompañadas de fenómenos inusitados, tanto en el cielo como en la tierra, especialmente por curaciones milagrosas. Yo mismo, junto con cerca de mil peregrinos, experimenté una excepcional danza del sol. Dicha manifestación fue tan inusual y evidente que todos, sin excepción, la clasificaron como un milagro. Ninguno de los presentes permaneció indiferente, de lo cual me convencí personalmente al interrogar a todos los que estaban ahí. El gozo, las lagrimas y las afirmaciones de los presentes lo confirmaron fuertemente. De sus palabras podía inferirse que ellos entendían esa manifestación como una confirmación de la autenticidad de las apariciones y como un incentivo para responder a los mensajes de Medjugorje, aceptándolos. Y éste es el propósito real de los milagros: ayudar a la gente a creer y a vivir por la Fe, porque [los milagros] están al servicio de la Fe y de la salvación del pueblo.
En cuanto a los milagros luminosos en Medjugorje, un profesor que trabaja en Viena, experto en este campo, admitió que durante una semana estudió dichos fenómenos en Medjugorje. Al final me dijo: “La ciencia no tiene respuesta para estas manifestaciones”. Si bien el juicio sobre los milagros no depende de la ciencia natural o de la ciencia en general, sino sobre todo de la teología y la Fe, esto es muy importante porque donde la ciencia no alcanza a llegar, entra la Fe. Es muy significativo el hecho que muchos acontecimientos hayan sido captados por los fieles como auténticos milagros. Ellos han captado su significado y, ya sea que los hayan experimentado directa o indirectamente, se han sentido obligados a aceptar los mensajes de Medjugorje. Es difícil decir con precisión cuántos de estos eventos milagrosos se han verificado como una consecuencia de las apariciones de Medjugorje. Sin embargo, es bien sabido que varios cientos de ellos han sido reportados y confirmados. Muchos han sido concienzudamente examinados y elaborados científica y teológicamente, y no existe razón seria alguna para dudar su carácter sobrenatural. Basta mencionar tan solo unos cuantos.
La Señora Diana Basile, nacida el 5 de Octubre de 1940 en Platizza, Consenza, Italia, sufrió de esclerosis múltiple, enfermedad por otro lado incurable, desde 1972 hasta el 24 de Mayo de 1984. A pesar de la ayuda experta de profesores y médicos de una clínica de Milan, su enfermedad se agravó más y más. Por deseo propio, vino a Medjugorje y estuvo presente durante la aparición de Nuestra Señora en una habitación aledaña a la iglesia y fue curada repentinamente. Todo ello sucedió de una manera tan rápida y completa que al día siguiente, la misma mujer caminó descalza 12 kilómetros desde el hotel en Ljubuski, donde pasó la noche, a la Colina de las apariciones para dar gracias a Nuestra Señora por su curación. Desde entonces hasta hoy, ha seguido bien. A su regreso a Milan, los médicos estaban asombrados de su curación e inmediatamente integraron una comisión médica que debía examinar concienzudamente tanto la condición previa como la actual de la mujer sanada. Reunieron 143 documentos y, al final, 25 profesores, médicos en jefe y otros médicos escribieron un libro especial sobre la enfermedad y la curación, en el cual afirmaron que Diana Basile en efecto sufría de esclerosis múltiple, que por muchos años fue tratada sin éxito, pero que ahora está completamente curada y que esto no sucedió por alguna clase de terapia, ni por algún medicamento. De este modo, indicaron que la causa de la curación tenía un origen diferente que el científico.
Otro milagro más significativo le sucedió a Rita Klaus de Pittsburgh, Pensylvania, EU, maestra y madre de tres hijos, nacida el 25 de Enero de 1940, quien durante 26 años sufrió de esclerosis múltiple. También ella era alguien a quien ni los médicos ni la medicina fueron capaces de ayudar. Leyendo el libro sobre Medjugorje, “La Virgen María se aparece en Medjugorje?” de los autores Laurentin-Rupcic, ella decidió aceptar los mensajes de Nuestra Señora. Y una vez, cuando rezaba el rosario el 23 de Mayo de 1984, sintió en su interior un calor inusitado. Después de ello se sintió bien. Y desde entonces hasta hoy, la paciente está completamente bien y es capaz de realizar todas sus tareas en domésticas y su trabajo en la escuela. Existe una sólida documentación médica acerca de su enfermedad y la fútil terapia así como un certificado profesional de los médicos sobre su extraordinaria e inexplicable curación, la cual es total y permanente.
Hay aún más curaciones relacionadas Medjugorje que tuvieron lugar intempestivamente y de manera absoluta. Han sido examinadas cuanto más cuanto menos por peritos. Pero algunas de ellas no han sido analizadas del todo. No se descarta que entre ellas existan algunos casos tan grandes como los ya estudiados. En los milagros es crucial que se deriven de Dios y que sirvan a la Fe, mientras que no es importante que sean “grandes”. Y la gente de buena voluntad está más abierta a la verdad que pueda reconocerlos, que los científicos prevenidos y críticos versátiles, porque éstos a menudo se encierran en esquemas donde un milagro “no debe” y “no puede” suceder.
EL JUICIO DE LA IGLESIA SOBRE LAS APARICIONES DE MEDJUGORJE
Puesto que las apariciones, visiones y mensajes de Medjugorje pertenecen a la revelación extra bíblica, la competencia de la Iglesia para juzgar su autenticidad es de cierto modo diferente que en la revelación bíblica. El Magisterio de la Iglesia tiene una garantía directa de infalibilidad sólo en relación a la revelación bíblica y sólo una garantía indirecta respecto a una revelación extra bíblica. Si la segunda fuese contraria a la bíblica, con toda seguridad sería falsa. En otros casos, existen otros criterios según la veracidad que se pueden atribuir a ciertas revelaciones sobrenaturales. Estos criterios son primeramente condiciones científicas. Algo que es falso según la razón, no puede ser auténtico en una revelación. Con relación al trabajo serio y experto de científicos en lo individual, en primer lugar, de la comisión internacional médico / teológica y de otros equipos científicos calificados, se ha establecido claramente que en las apariciones de Medjugorje no hay nada contrario a la ciencia. No son contrarias a la razón, sino que están por encima de la razón. De igual modo, ni una sola de las comisiones teológicas ha encontrado algo en las apariciones de Medjugorje que pudiera ser contrario a la Fe. Incluso la última comisión, establecida por la Conferencia Episcopal Yugoslava, declaró únicamente que todavía no ha llegado a las pruebas necesarias para la sobrenaturalidad de las apariciones de Medjugorje y que, por tanto, continuará con mayores investigaciones. A través de ello confirmó, al mismo tiempo, que no encontró en ellas cosa alguna que sea contraria a la revelación bíblica y a la Fe. Cuando Dios da una revelación, bíblica o extra bíblica, siempre da la capacidad a la persona de reconocerla o al menos de tener la certeza moral de que dicha revelación es auténtica. Es muy importante que la gente sencilla haya reconocido fácilmente la revelación de Dios en el fenómeno Medjugorje y que la haya aceptado, no sólo en teoría sino también en su vida práctica. La palabra de Cristo se hace verdad aquí: “Si no os hacéis como niños, no entraréis en el Reino de Dios” (Mt 18,3). La cualidad propia de un niño es, primero que nada, la apertura a la verdad. Por otro lado, incluso quienes se rehúsan a aceptar la veracidad de las pruebas de Medjugorje, sin saberlo la aceptan porque su postura y sus argumentos muestran que las pruebas provienen de otra área de interés más que de Medjugorje. Adicionalmente, los oponentes de Medjugorje son, a este respecto, un puñado de gente identificada. Sus argumentos consisten en engaños, mentiras e ignorancia de lo que de cualquier modo están juzgando. En contraste con ellos, están millones de personas que tienen las pruebas de la autenticidad de las apariciones de Medjugorje incluso en su experiencia personal con Dios y también en la obvia falta de argumentos contra las mismas. Aquí podemos hablar del sensus fidelium que es comúnmente un locus theologicus de la revelación y de la Fe. Los evidentes y abundantes frutos de la Fe, conversión, oración y de una profunda renovación espiritual de la Misa, dan un impulso especial a las pruebas en favor de las apariciones de Medjugorje. Incluso los opositores de Medjugorje no pueden cuestionar esto. Lo atribuyen a la Fe y no a las apariciones de Medjugorje. No tienen dudas de que se trata de frutos de la Fe. Por qué dichos frutos son insólitos y por qué están claramente ligados a Medjugorje? Por qué no se encuentran en otros lugares ni en otros santuarios o catedrales, lugares ordinarios de peregrinación? La cuestión está precisamente en que lo extraordinario y la gran multiplicidad de los frutos de Fe deben tener una razón propia. A este respecto, los oponentes se comportan como los judíos que atribuían el arrojar fuera a los demonios de Jesús a Belcebú y no a Jesús. Cuando no pudieron negar el hecho porque era obvio, negaron su verdadera causa.
En todo este asunto, adicionalmente al criterio evangélico de que al buen árbol se le conoce por sus buenos frutos, la postura del Papa es decisiva. Y ésta es absolutamente clara. El la ha expresado en diversas oportunidades cuando, al ser preguntado por muchos obispos si deben o no ir en peregrinación a Medjugorje, no sólo los ha alentado sino también se ha encomendado a sus oraciones en Medjugorje. En ocasión de su visita ad limina, el Presidente de la Conferencia Episcopal de Corea del Sur, el Arzobispo Kim, saludó al Papa Juan Pablo II con estas palabras: “Santo Padre, gracias a Ud., Polonia pudo ser liberada del comunismo”. El Papa lo corrigió y le dijo: “No, no gracias a mí, es obra de la Virgen como lo afirma en Fátima y en Medjugorje” (Catholic News, The Korean Catholic Weekly, Noviembre 11 de 1990). Todo está contenido en lo que el Papa y la Iglesia dicen sobre las apariciones de Medjugorje. De ello se desprende que la Virgen está en Medjugorje y que ahí anunció la destrucción del comunismo. Todas las demás historias son bastante carentes de seriedad y por razones ajenas a la religión, pretenden oscurecer la verdad sobre Medjugorje y apartar al mundo de la aceptación de los mensajes evangélicos de la Virgen.
Fr. Ljudevit Rupcic, 1995
Fr. Ljudevit Rupcic – nace en el año 1920 en Hardomilje, Ljubuski. En 1939 entra a la orden franciscana en la provincia de Herzegovina, y en 1946 es ordenado sacerdote. Termina sus estudios de Teología en 1947 en la Facultad de Teología de Zagreb. Doctora en 1958, y doctora por segunda vez en 1971 en la misma facultad. Desde 1958 hasta 1988 enseña exégesis del Nuevo Testamento en el Instituto de Teología franciscana en Sarajevo, y durante un tiempo en la Facultad de Teología en Zagreb. Durante el régimen comunista yugoslavo pasado permanece en prisión desde 1945 hasta 1947, y desde 1952 hasta 1956.
Durante largo tiempo (1968 – 1981) es miembro de la Comisión teológica de la Conferencia episcopal de la ex Yugoslavia. Ha traducido el Nuevo Testamento del original al idioma croata; la traducción ha tenido numerosas ediciones. Ha publicado muchos libros, estudios y artículos en idioma croata, alemán, italiano, francés e inglés, y ha dado muchas conferencias en varios congresos y simposios en Europa y E.E.U.U.