Medjugorje – Virgen de Medjugorje

Župni List: Domingo de la Sagrada Familia

Hoy es el Domingo de la Sagrada Familia. Podemos revivir el papel de los pastores de Belén que, habiendo recibido el anuncio del ángel, se apresuraron a la cueva donde encontraron a «María, José y el niño acostados en un pesebre» (Lc 2, 16). Detengámonos también a reflexionar sobre esta escena y a reflexionar sobre su significado.

Los primeros testigos del nacimiento de Cristo, los pastores, no encontraron allí al Niño Jesús, sino una pequeña familia: una madre, un padre y un niño recién nacido. Dios quería revelarse a sí mismo al nacer en la familia humana, y por lo tanto, la familia humana se convirtió en la imagen de Dios.

Dios es la Trinidad, es la comunión de amor, y la familia, con toda la diferencia que existe entre el misterio de Dios y la criatura humana, es su expresión que refleja el misterio insondable del Dios de amor. El hombre y la mujer, creados a imagen de Dios, se convierten en una sola carne en el matrimonio, es decir, en una unión de amor que da origen a una nueva vida. La familia humana, en cierto sentido, es imagen de la Trinidad en cuanto al amor interpersonal y en la fecundidad del amor.

El Evangelio de hoy invita a las familias a captar la luz de la esperanza que brota de la casa de Nazaret, donde tuvo lugar la infancia gozosa de Jesús, que, dice san Lucas, “iba creciendo en sabiduría, edad y gracia con Dios y con los hombres”. La familia de Jesús, María y José es una verdadera escuela del Evangelio para cada creyente, y especialmente para las familias. Aquí admiramos el cumplimiento del plan de Dios de hacer de la familia una comunidad especial de vida y amor. Aquí aprendemos que toda familia cristiana está llamada a ser una “Iglesia doméstica”, a ser un punto focal desde el que resplandecen las virtudes evangélicas y a convertirse en fermento de bien en la sociedad. Los rasgos típicos de la Sagrada Familia son: el recogimiento y la oración, la comprensión y el respeto mutuos, el sacrificio, el trabajo y la solidaridad.

Del ejemplo y del testimonio de la Sagrada Familia, cada familia puede extraer valiosas pautas para el estilo y las opciones de vida, y puede sacar fuerza y sabiduría para la vida diaria. La VIrgen y San José aprenden a acoger a los niños como un don de Dios, a darlos a luz y a educarlos colaborando de manera milagrosa en la obra del Creador y dando al mundo, en cada niño, una nueva sonrisa. En una familia donde reina la unidad, los niños crecen viviendo una experiencia significativa y fructífera de amor libre, ternura, respeto mutuo, comprensión mutua, perdón y alegría.

Que Jesús, María y José bendigan y protejan a todas las familias del mundo, para que tengan la serenidad y la alegría, la justicia y la paz, que Cristo trajo como don a la humanidad con su nacimiento.

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