Medjugorje – Virgen de Medjugorje

Un fruto de Medjugorje al sur del Perú: El Santuario de la Divina Misericordia y la Reina de la Paz, Mascapampa – Arequipa

Hace algunos años, el P. Nicolás Schembri, misionero de San Pablo, estuvo en Medjugorje, allí vivió una fuerte experiencia de fe y oración junto a la Reina de la Paz.  Ella puso en su corazón que hiciera algo por Sus planes en el Perú, y así nació la idea de un lugar donde la Reina y Madre sea venerada y visitada por sus hijos del sur del país.  

Con la ayuda de muchos amigos y gracias a una herencia recibida pudo tener los recursos para iniciar y llevar adelante el proyecto de una iglesia en un paraje llamado Mascapampa, a 25 minutos de Aplao, en Arequipa.  Hoy el santuario es una realidad yademás, cuenta con una capillita dedicada a la Reina de la Paz, donde durante todo el día los viajeros llegan a visitar a La Madre y a entretenerse con Ella en oración.

Mascapampa tiene un aire de paz, de profunda paz.  El santuario está rodeado de cerros, al igual que Medjugorje, y está al pie de la carretera que va a Chuquibamba. Hay muchos frutales alrededor del santuario. Impresiona sobre todo la elegancia de la decoración y las luminarias, los ventanales y el presbiterio de la Iglesia flanqueado por imágenes hiperrealistas de San Juan Pablo II y de Santa Faustina Kowalska, la gran apóstol de la Divina Misericordia.

El Santuario de la Divina Misericordia y de la Reina de la Paz ha sido ya consagrado por Mons. Jorge Izaguirre Rafael, Obispo de la Prelatura de Chuquibamba, jurisdicción eclesiástica a la que pertenece toda esta provincia de Arequipa.  En el sagrario está la Presencia silenciosa del Santísimo Sacramento y cada 5 de agosto, recordando lo que la Reina de la Paz reveló a los videntes de Medjugorje, se celebra con una solemne Santa Misa presidida por el Obispo y con una procesión la fiesta del Santuario con el cumpleaños de la Virgen.

¿Qué planes tendrá el Señor y la Reina de la Paz para Mascapampa? Por lo pronto sabemos que, según lo que tiene claro su promotor -el P. Nicolás Schembri– debe ser un lugar de oración, de silencio, para encontrarse con Jesucristo y con La Madre y Reina, un lugar desde donde se pueda irradiar paz, la paz que todos, que todo el mundo, necesita sin lugar a dudas.

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