El P. Robert, al inicio de la homilía en la que habló de los sacerdotes y personas asesinadas, dijo: "Durante la II Guerra Mundial, sobre todo al final de la guerra y durante el vía crucis del pueblo croata, que tuvo lugar en 1945, 66 sacerdotes franciscanos fueron asesinados. Todos eran víctimas del odio partidista y comunista que apuntaban a todo lo que era católico. Recientemente fueron descubiertos los huesos de algunos de ellos, por ejemplo, en Zagvozd y Ljubuski. Los huesos de otros muchos nunca serán descubiertos porque fueron arrojados a los ríos o en los bosques. Diez de esos 66 franciscanos estaban relacionados con la parroquia de Medjugorje de varias formas, ya sea por haber nacido en ella o por haber servido en ella. Vamos a ofrecer esta Santa Misa por ellos y por todos los demás sacerdotes asesinados, hermanas religiosas y por los miles de soldados y los civiles croatas que fueron asesinados brutalmente al final de la II Guerra Mundial. Todos estos crímenes sucedieron porque odiaban nuestra religión y nuestra libertad. En el día de hoy, también queremos recordar un gran miembro del pueblo croata – Bl. Stepinac, arzobispo de Zagreb que fue brutalmente ejecutado por las autoridades comunistas tras una condena de largo encarcelamiento. Mientras estuvo preso y a lo largo de muchos años fue envenenado y, como resultado de eso, murió 55 años en esta fecha. El Cardenal Stepinac es el símbolo del sufrimiento de un pueblo y de la Iglesia católica del pueblo croata”.
El P. Robert dijo que los franciscanos que murieron y nacieron en la parroquia de Medjugorje fueron: P. Jozo Bencun, P. Grgo Vasilj, P. Marko Dragi´cevi´c, P. Mariofil Sivric y el P. Jenko Vasilj. Sus tumbas todavía no se han descubierto. Cinco franciscanos que estaban sirviendo en la parroquia de Medjugorje fueron: P. Bernardin Smoljan, P. Paško Martinac, P. Bono Jelavi´c, P. Andelko Nuic y el P. Krizan Gali´c. "Nosotros en la fe, estamos obligados a rezar y recordar a todas las víctimas de la guerra y del odio. Nos animaron a hacerlo por el deseo especial de San Juan Pablo II, que nos pidió que les trajéramos a nuestra memoria cada vez que comenzasemos a orar, y que también escribiéramos en nuestros libros acerca de ellos como testigos de fe. Nuestra Provincia Franciscana ha estado recordando a nuestros hermanos inocentes ejecutados. Además el procedimiento para su beatificación está en curso", dijo el P. Robert al final de su homilía. El coro principal de la Reina de la Paz, con su hermoso canto y dirigido por Sor Irena Azinovic, hizo esta celebración más solemne.