Queridos amigos de Medjugorje del mundo hispanohablante, quedan solo unos pocos días para la celebración de la Navidad, la fiesta católica más gozosa. El nacimiento de Jesús de Nazaret, en un humilde establo de pastores en Belén, transformó el mundo. Por medio de la Navidad, Jesús es Dios con nosotros, enriquece nuestra vida, se convierte en nuestro compañero de camino en la tierra, en nuestro guía, nuestra luz y nuestra fuerza. Jesús, Rey de la paz, trae la paz del cielo y el reino del amor a nuestro mundo lleno de inquietud y odio.
En el mensaje del 25 de mayo de 2005, la Virgen dice: «¡Queridos hijos! También hoy les traigo en mis brazos al pequeño Jesús, Rey de la paz, para que los bendiga con su paz. Hijitos, de un modo especial hoy los invito a que sean portadores de paz en este mundo inquieto. Dios los bendecirá. Hijitos, no olviden que yo soy vuestra Madre».
La Virgen es Reina de la Paz porque su vida estuvo totalmente unida a su Hijo, Jesucristo, el verdadero Príncipe de la Paz. La verdadera paz del corazón no depende de las circunstancias que nos rodean, sino de Quién habita en nosotros. Solo Dios puede llenar los vacíos del corazón, calmar nuestros pensamientos y darnos esa seguridad que nada externo nos puede quitar. Cuando el ser humano se apoya en Dios, deja de ser esclavo de la inquietud, porque sabe que el amor de Dios es más fuerte que todo lo que pueda sucederle.
¡A todos ustedes, predilectos de la Gospa, les deseo una Feliz Navidad y un Año Nuevo 2026 lleno de vida!
¡Paz y bien!