Rezar el Santo Rosario ya no es cosa de “viejas”, como se acostumbraba decir en otras épocas. El rezo del Rosario, hoy día, constituye parte importante de la oración de todos aquellos que amamos y veneramos a Nuestra Madre.
Hace algunos años no era algo típico entrar en las parroquias y ver personas rezando el Rosario. Les puedo asegurar que, hoy día, en la mayoría de las parroquias se reza el Rosario y ya no es cosa de “viejas”, sino que es, también, cosa de jóvenes. Y qué decir de los hombres, ya no se ocultan para rezar el Rosario. ¡Hay grupos de hombres que rezan el Rosario!
A partir de los distintos movimientos marianos que han surgido hay muchos grupos de oración que son llevados adelante por jóvenes y gran parte de esos grupos han incluido el rezo del Rosario en sus momentos de oración. ¿Qué ha sucedido en este tiempo que de un momento para otro los jóvenes rezan el Rosario y no se aburren? La respuesta a esta pregunta está en que los jóvenes no son tontos, los jóvenes saben que la oración es la fuente primordial para encontrarse con Jesús.
A los jóvenes les están queriendo imponer un mundo en el que Dios no existe, un mundo en el que todo se compra con dinero, un mundo en donde todo se basa en los sentimientos del momento, es decir, “si lo sentís hacelo y si no lo sentís no lo hagas”.
La mayoría de los jóvenes están abriendo sus ojos y se están dando cuenta que la verdadera felicidad no es ninguna de esas cosas, sino que la felicidad está en Dios. Es impactante entrar en muchas parroquias y ver como los jóvenes rezan el Rosario, adoran el Santísimo Sacramento y ver con la devoción que participan en los distintos grupos de oración.
La devoción a Nuestra Madre nos facilita el camino para llegar a Jesús, ella quiere que lo amemos más que a nada. Ella no quiere que nos quedemos solo con ella, sino que su gran deseo es que amemos a su Hijo Jesús. Si Dios es el centro de nuestras vidas encontraremos paz en nuestro corazón, paz en nuestras familias y paz en nuestras vidas.
La palabra Rosario significa “Corona de Rosas”. Por lo cual, podemos decir que rezar el Rosario es como llevarle 50 Rosas a María. Cada Ave María equivale a una Rosa y cada Rosario equivale a un hermoso Ramo de Rosas que le regalamos a Nuestra Madre. Cuando rezamos el Rosario le repetimos a Nuestra Madre lo mucho que la queremos, le demostramos todo nuestro amor. ¿A qué Mamá no le gusta que su hijo le diga que la quiere?
Regalémosle a Nuestra Madre todas estas Rosas para que ella las reciba con amor e interceda ante Jesús por todas las intenciones que tenemos en nuestro corazón.
Dios los bendiga por medio de Nuestra Madre,
Pbro. Marcelo Marciano