Medjugorje – Virgen de Medjugorje

Recordando al P. Rafael Zacarías en su II Aniversario

“Porque miró la humillación de su esclava”.

“Dios ensalza a los humildes y abate a los soberbios”.

 

¡Alabado sea Jesús,  queridos hermanos!

Queremos invitarles a elevar juntos una oración de corazón, con amor  y gratitud por nuestro queridísimo Pbro. Rafael Zacarías García en el II Aniversario de haber partido a La Casa del Padre Celestial, La Santa Misa en su memoria se Celebrará a las 17:00 hrs (México) en la Parroquia de Santiago Apóstol en Aguilera Veracruz recordándoles que es Allí donde Providencialmente descansan las cenizas de nuestro querido padre Rafa a los Pies de Santa María de Guadalupe, La Reina de la Paz.

El padre  Zacarías como cariñosamente era llamado dejó que Nuestra Madre Bendita moldeara su corazón para hacer de él, un corazón humilde y sencillo, un corazón lleno de amor-donación.

La mayoría de las personas que le conocimos coincidimos en recordarle como una persona humilde  de trato sencillo, en sus enseñanzas insistió en la humildad y nos recordó en distintas ocasiones “sed humildes unos con otros”  (1 Pe 5). Confiando que “el que se humilla será ensalzado, el que se ensalza, será abatido” sabemos en Fe que padre Rafa ahora intercede por nosotros.

Con el deseo de compartir las meditaciones que el mismo P. Rafael nos enviaba mensualmente, adjuntamos la Reflexión del Mensaje del 25 de agosto así como,  la Adoración con el Mensaje del día 2 de septiembre 2019  que hemos realizado con cariño adaptando parte de sus escritos.

Agradecemos sus muestras de cariño hecho oración, reciban  un abrazo de Paz y continuemos unidos en amor y oración a Jesús y María.

Lety Llamas, Belia Ocaña y Erika Susana Sandoval

 

ADORACIÓN EUCARÍSTICA CON EL MENSAJE DE LA REINA DE LA PAZ DE 2 DE SEPTIEMBRE DE 2019

Canto de Adoración Eucarística

EL QUE DIRIGE DICE: Invocamos al Espíritu Santo

 TODOS: Espíritu Santo, ven a nosotros en esta tarde para que mi corazón, mi alma, mi espíritu y todo mi ser adore, alabe y bendiga a Jesús aquí presente en el Santísimo Sacramento de la Eucaristía. Ven en mi ayuda para poder orar como conviene. Que este lugar este lleno de Tu Presencia y el gozo de Tu consuelo llene todo mi ser.

 Hacemos un breve silencio y enseguida un canto al Espíritu Santo

 ADORAMOS A JESÚS EUCARISTÍA UNIDOS A MARÍA

EL QUE DIRIGE DICE: ESCUCHEMOS LAS PALABRAS DE LA VIRGEN MARÍA:

“Queridos hijos: ¡Oren! Recen el Rosario cada día, esa corona de flores que me enlaza directamente, como Madre, con sus dolores, sufrimientos, deseos y esperanzas.

Apóstoles de mi amor, estoy con ustedes por la gracia y el amor de mi Hijo, y les pido oraciones. El mundo tiene mucha necesidad de sus oraciones para que las almas se conviertan.

Abran con total confianza sus corazones a mi Hijo, y Él escribirá en ellos un resumen de Su palabra: eso es el amor. Vivan un vínculo indisoluble con el Sagrado Corazón de Mi Hijo.

Hijos míos, como Madre les digo que ya es hora de que se arrodillen ante mi Hijo, que lo reconozcan como su Dios, el centro de su vida. Ofrézcanle dones, lo que Él más ama es el amor al prójimo, la misericordia y un corazón puro.

Apóstoles de mi amor, muchos de mis hijos aún no reconocen a mi Hijo como su Dios, aún no han conocido Su amor. Pero ustedes, con su oración pronunciada desde un corazón puro y abierto, con los dones que ofrecen a mi Hijo, harán que se abran incluso los corazones más endurecidos.

Apóstoles de mi amor, el poder de la oración, pronunciada desde el corazón – la poderosa oración llena de amor –, cambia el mundo. Por eso, hijos míos, oren, oren, oren. Yo estoy con ustedes. Les doy las gracias. ”

  1. EL QUE DIRIGE DICE:

“Queridos hijos: ¡Oren! Recen el Rosario cada día, esa corona de flores que me enlaza directamente, como Madre, con sus dolores, sufrimientos, deseos y esperanzas.

TODOS: Señor Jesús en el amor de tu Santísima Madre, descubro el amor infinito que tienes por mí. En las palabras maternales de María me doy cuenta que tu amor por mí no está condicionado a nada. Que me amas gratuitamente. Concédeme la gracia de permanecer enlazado a Ti y a tu Santísima Madre por medio de la oración del Santo Rosario en mis dolores, sufrimientos, deseos y esperanzas. Señor unido a Nuestra Madre Santísima yo deseo unirme más y más a Tú al meditar los misterios del Santo Rosario. Que cada oración que sale de mis labios también salga de mi corazón postrándome  en adoración y decir Yo te alabo con todo mi corazón.

 Hacemos un breve silencio y enseguida un canto de adoración

  1. EL QUE DIRIGE DICE:

Apóstoles de mi amor, estoy con ustedes por la gracia y el amor de mi Hijo, y les pido oraciones. El mundo tiene mucha necesidad de sus oraciones para que las almas se conviertan.

TODOS: Señor Tú me llamas a colaborar contigo en la conversión de las almas. Hoy, en este tiempo de Gracia en el que por Amor permites La Presencia de Nuestra Madre me invitas a ser parte de la obra de la redención de todos los hombres. Quieres que te ayude con mi testimonio de vida, que me convierta a Ti de todo corazón. Por eso hoy te pido que me ayudes en el camino de la conversión. Sana en mi vida las heridas que ha dejado el pecado y que hoy me hacen sufrir y padecer sin esperanza. Muéstrame la grandeza de tu amor y tu misericordia. Solo así podré llevar una vida de constante oración y me dejaré conducir por el amor de María que me anima a orar para permitirte a Ti Señor que vengas a mi vida y sanes en mí el amor. Que haga yo un esfuerzo por orar siempre para que El Padre Celestial pueda obrar en muchas almas y en mí  la salvación que Tú nos has ganado por tu muerte y resurrección. Ahora dame la gracia de experimentar tu amor al confesar que Tú eres mi Señor y que te amo con todo mi corazón.

Hacemos un breve silencio y enseguida un canto de adoración

  1. EL QUE DIRIGE DICE:

Abran con total confianza sus corazones a mi Hijo, y Él escribirá en ellos un resumen de Su palabra: eso es el amor. Vivan un vínculo indisoluble con el Sagrado Corazón de Mi Hijo.

TODOS: Señor en mi corazón hay muchas heridas que me hacen incapaz de creer. Que no permiten que mi corazón se abra con total confianza a Tu Amor. Hay tantas cosas que no dejan que mi fe en Ti, crezca. Y a veces tengo muchas dudas, no soy capaz de creer  que Tú eres mi Señor. Mi corazón es vacilante ante la vida de cada día y con frecuencia vivo lleno de miedo, de intranquilidad y a veces llego a pensar que tal vez te has olvidado de mí. Me cuesta tanto aceptar tu voluntad en mi vida. Quisiera a veces acomodar las cosas según mis conveniencias y no acepto el modo como Tu llevas adelante mi vida. Mi fe no me alcanza para descubrirte presente en medio de lo que me pasa y de lo que vivo cada día. Ayúdame a creer en Tu Palabra, en Tu Amor, deseo mi Amado Señor vivir unida a Tu Sagrado Corazón con un vínculo indisoluble que me haga  confesar que Tu eres mi Señor y que yo creo en ti con todo mi corazón.

Hacemos un breve silencio y enseguida un canto de adoración

  1. EL QUE DIRIGE DICE:

Hijos míos, como Madre les digo que ya es hora de que se arrodillen ante mi Hijo, que lo reconozcan como su Dios, el centro de su vida. Ofrézcanle dones, lo que Él más ama es el amor al prójimo, la misericordia y un corazón puro.

TODOS: Señor al pie de la cruz, me entregaste como hijo a tu Santísima Madre y me diste la gracia de recibirla como Madre. Gracias Jesús porque María ha sido una buena Madre conmigo y con mis hermanos. Ella me educa con amor, de muchas maneras y en distintos momentos me ha pedido ponerte en Primer Lugar en el centro de mi vida y ahora nos llama con premura pues ya es hora de arrodillarme ante Ti, reconociendo que Tu Señor Eres mi Todo. Permíteme Por Su medio la Gracia de ofrecerte mi corazón, mi amor,  Gracias Jesús por darme a María como garantía de esperanza en el caminar de la vida. Ahora dame la gracia, unido a María, de confesar que eres mi Señor y que mi corazón espera en Ti.

Hacemos un breve silencio y enseguida un canto de adoración

  1. EL QUE DIRIGE DICE:

Apóstoles de mi amor, muchos de mis hijos aún no reconocen a mi Hijo como su Dios, aún no han conocido Su amor. Pero ustedes, con su oración pronunciada desde un corazón puro y abierto, con los dones que ofrecen a mi Hijo, harán que se abran incluso los corazones más endurecidos.

TODOS: Quiero orar con un corazón puro para colaborar contigo mostrar Tu Amor a quienes no Te conocen. Quiero orar para ayudar a nuestra Madre del Cielo, nos auxilie, nos socorra y nos muestre todo su amor por medio de las intenciones de su Corazón Inmaculado. Quiero orar siempre para resistir los ataques del mal que quiere endurecer nuestros corazones,  robarnos la paz del corazón y del alma. Quiero orar con un corazón puro y abierto a Tu Presencia para no dejar que el demonio destruya en mí la vida que me has dado gratuitamente. Quiero orar para que el maligno no destruya los planes de salvación que por medio de María, Tú realizas entre nosotros. Quiero orar siempre para ser cada vez más tuyo. Para ser cada vez más, hijo de la Virgen María, para ser con tu gracia un Apóstol de su amor,  Ahora permíteme reconocerte como mi Señor y adorarte con todo mi corazón.

Hacemos un breve silencio y enseguida un canto de adoración

  1. EL QUE DIRIGE DICE:

Apóstoles de mi amor, el poder de la oración, pronunciada desde el corazón – la poderosa oración llena de amor –, cambia el mundo. Por eso, hijos míos, oren, oren, oren. Yo estoy con ustedes. Les doy las gracias. ”

TODOS: Señor que no sea sordo a Tu voz. Abre mis oídos a tu llamada de amor. Esa llamada a la oración de corazón que me haces por medio de María, Tu Santísima Madre. Gracias Jesús por que la grandeza de tu amor siempre se manifiesta en el respeto que me tienes al dejarme en libertad total de responder a tu amor. Señor yo quiero seguir tu voz, permíteme junto a Tu Madre orar con perseverancia en favor de mis hermanos, de tal forma que el mundo cambie,  Dame la gracia de confiar en Ti como María, tu fiel discípula, la fiel esclava que cumple siempre Tu Voluntad. Haz que  me deje cautivar por el amor de su Corazón Maternal y haga de mi vida una oración constante.  Ahora quiero unido al Corazón Inmaculado de tu Santísima Madre, confesar que eres mi Señor y que yo confío en Ti con todo mi corazón:

Hacemos un breve silencio y enseguida un canto de adoración.

 

ORACIÓN CON EL MENSAJE DE LA REINA DE LA PAZ DE 25 DE AGOSTO DE 2019

En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

  1. INVOCAMOS AL ESPÍRITU SANTO
  1. LEEMOS EL MENSAJE CON EL CORAZÓN DE MANERA PAUSADA Y PERSONAL

“Querido hijo (a)! Ora, trabaja y testimonia con amor el Reino de los Cielos, para que puedas estar bien aquí en la tierra. Hijito, Dios bendecirá el céntuplo tu esfuerzo y serás testigo entre los pueblos, las almas de los no creyentes sentirán la gracia de la conversión y el Cielo estará agradecido por tu esfuerzo y sacrificio. Hijito, testimonia con el Rosario en la mano que eres mío y decídete por la santidad. Gracias por haber respondido a mi llamado. ”

  1. ORAMOS CON LAS PALABRAS DEL MENSAJE, INICIAMOS CON EL CREDO

Padre Nuestro. Ave María. Gloria. 

“¡Querido hijo!”

Madre Reina de la Paz, bendita seas porque por treinta y ocho años repites sobre mi estas palabras, que son un verdadero camino de sanación. Tú sabes bien que necesito ser sanado en el amor. Que mi experiencia de ser amado es poca y que necesito tanto de ser amado. No dejes Madre de pronunciar estas palabras sobre mí. Gracias le doy a mi Padre Dios, porque sé que estas palabras son pronunciadas por Su Voluntad y entiendo cuanto me ama y que grande es la gracia del amor que me da por medio de Tu presencia entre nosotros.

Padre Nuestro. Ave María. Gloria. Oremos en silencio.

Ora, trabaja y testimonia con amor el Reino de los Cielos, para que puedas estar bien aquí en la tierra.

Virgen Santísima, Señora nuestra, al escuchar estas palabras puedo escuchar las Palabras del Señor, que ha dicho por medio del profeta Isaías “¿puede una madre olvidarse del niño que cría, o dejar de querer al hijo de sus entrañas? Pues bien, aunque alguna lo olvidase, yo nunca me olvidaría de ti” (Is 49,15). Creo, Madre, que Tu presencia en medio de nosotros es una gracia del amor de Dios. Eres Tú la garantía del Emmanuel, Dios con nosotros. Es Tu presencia la Gracia que me permite descubrir el rostro tierno y cercano de Dios. Que mejor modo para guiarme hacia Jesucristo que es La Paz, que a través de tus manos maternales. Madre, hoy me invitas a recorrer el camino sencillo de la oración, a trabajar y dar testimonio de lo que Dios ha hecho, sigue haciendo y hará en quienes te hemos abierto nuestro pobre corazón a pesar de tantas limitaciones,  Eres la mejor maestra que me enseña con su vida como caminar unido a Dios por medio de la oración constante y la donación. Tu me enseñas Madre que la oración es el verdadero camino que me conduce a la paz, que me conduce al Amor, al Reino de los Cielos.

Padre Nuestro. Ave María. Gloria. Oremos en silencio.

Hijito, Dios bendecirá el céntuplo tu esfuerzo y serás testigo entre los pueblos

Madre, cuantas cosas me inquietan. Mi corazón y mi alma, constantemente se ven envueltos por la inquietud y el desconcierto. No hay paz ni amor en mí. No descubro a Dios que es alegría y gozo. Vivo muchos momentos de duda y confusión y es así como el enemigo me distrae, tratando de alejarme del camino de la oración y del amor, cuanto trabajo me cuesta perseverar en el camino del Amor y de la oración, pero Tu Madre, vienes y permaneces conmigo para conducirme  al Amor, a la Paz que nos hace experimentar aquí el Reino de los Cielos; Tú me ayudas a entender que solo el que emprende el camino humilde de la oración, amor y testimonio descubre a Dios como Paz, Amor y Alegría. Hazme consciente, Madre, de esta gran necesidad que tengo en mi corazón y en mi alma para dejarme guiar por ti en el camino de la oración y del amor que conduce a Dios nuestro Padre.

Padre Nuestro. Ave María. Gloria. Oremos en silencio.

“las almas de los no creyentes sentirán la gracia de la conversión y el Cielo estará agradecido por tu esfuerzo y sacrificio.”

Madre, Reina de la Paz, eres imagen viva de la paciencia de tu Hijo conmigo. En esta llamada  a la conversión, revela la paciencia de Dios, que insiste en salvarme, que no se contenta con decirlo una vez, sino muchas veces, con tal de que mis oídos que han ensordecido capten su deseo de salvación. Si no es Contigo, de que otro modo Madre, podría abrir el corazón a Dios; de que otro modo podría oír la voz de Cristo que me llama a la conversión y a la vida nueva,  gracias Madre Dulcísima por hacerme ver que mis pequeños esfuerzos y sacrificios Tú con Tus Manos Purísimas los transformas en una bella ofrenda con la que alegro el Corazón del Padre Celestial y El con amorosa gratitud la recibe.  Gracias por alcanzar para mí el Don maravilloso de poder descubrir a Dios en mi vida y vivir iluminado por Su presencia. Gracias por ayudarme en este esfuerzo a  ver todo con tus ojos, abrazarlo todo con tus manos, entenderlo todo con tus pensamientos y dar Gloria a Dios. Condúceme Madre, por favor no dejes de insistir en orar y hacerme dócil al Espíritu Santo, que por el Don de Sabiduría, nos hace pregustar ya desde ahora de los bienes eternos.

Padre Nuestro. Ave María. Gloria. Oremos en silencio.

Hijito, testimonia con el Rosario en la mano que eres mío

Gracias Madre, por enseñarme que en el camino de la oración no estoy solo. Gracias por Tu presencia que es bendición e intercesión constante por mí y los míos. Ruega por mí, a fin de que mi corazón se deje guiar por Ti en el camino de la Oración, gracias por recordarme  la importancia del Rosario, lo agradable que es para Ti. Ayúdame a orar con el corazón, para que reciba la gracia que  hace a descubrir a Dios en todo y saberme todo tuyo Madre Nuestra, Gracias por interceder por mí y acompañarme siempre con tu bendición. Gracias por permanecer conmigo. Tú eres mi Madre. Me  cobijo en tu regazo.

Padre Nuestro. Ave María. Gloria. Oremos en silencio.

Y decídete por la santidad. Gracias por haber respondido a mi llamado.”

Como buena Madre, me urges a decidirme por la santidad dejándome guiar por Ti. Tu Corazón que me ama, no puede menos que desear que sea colmado en el corazón y en el alma de paz, a través de la oración y de esa forma mi corazón vaya buscando cada vez más a Dios.

Gracias Madre porque con este gesto de gratitud que has repetido por más de treinta y ocho años, me edificas y llamas a la gratitud constante por el Don maravilloso de Tu presencia entre nosotros. Don de Dios que acoge, cuida y abraza constantemente mi vida en el amor. Padre Nuestro. Ave María. Gloria. Oremos en silencio.

  1. SUPLICAMOS A MARÍA

Madre, para quien somos hijos muy amados. Ruega por nosotros

Madre, que estas con nosotros y nos guías por la oración hacia la paz. Ruega por nosotros

Madre, que nos acercas a la fuente que sacia nuestra sed de paz y amor, de Dios y su alegría. Ruega por nosotros

Madre, que por la oración nos enseñas a descubrir la verdadera sabiduría del vivir y buscar el Reino de los Cielos Ruega por nosotros

Madre, que en cada Rosario nos bendices e intercedes  por nosotros. Ruega por nosotros

Madre, que con tu gratitud constante nos enseñas el valor de nuestros ofrecimientos. Ruega por nosotros 

  1. NOS CONSAGRAMOS A LA SANTÍSIMA VIRGEN
  1. PEDIMOS LA BENDICIÓN A NUESTRA MADRE

Dulce Madre no te alejes, tu vista de nosotros no apartes….

MARÍA REINA DE LA PAZ. RUEGA POR NOSOTROS Y DANOS LA PAZ

De las reflexiones del Pbro.  Rafael Zacarías García.

Recordándole con cariño en el III Aniversario

de su Partida al Cielo.

 

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