En Estados Unidos solo tengo cuatro empleados pero en Tierra Santa tengo a otros veinticinco a tiempo completo; también hay veinte que trabajan a tiempo parcial. Tenemos proyectos en los que reparamos las casas de la población cristiana. Estas veinticinco personas están muy involucradas y se encargan de cien familias en total".
Mr. Rateb nos contó que esta es su segunda vez en Medjugorje: “Aquí siento un verdadero descanso, puedo sentir la presencia de la Virgen, su protección a nuestro alrededor. Ella está aquí y siento que estoy aquí por otra razón, para conectar Medjugorje y Tierra Santa, pues nos planteamos tener embajada de Tierra Santa en Medjugorje. Tras aquella primera vez, decidí entrar en acción. Después de conocer algunas personas, vi todas las cosas que podía hacer. Seguía trabajando en varios proyectos, pero llegué al punto de darme cuenta de que teníamos que movernos. Ahora, estamos empezando a ver el proyecto como una imagen completa y conectada, y nos gustaría servir a todas esas personas queridas que son miembros de la iglesia, pues a veces, creemos que la iglesia sin gente es inútil. La gente viene a Medjugorje por unos días y, antes, me preguntaba a mi mismo: ¿por qué vienen, qué hacen? …ahora sé que vienen a rezar, y es muy bueno, y me gustaría que también ahora pusiesen su fe en acción, para empezar a ayudar a los cristianos en Tierra Santa, no porque necesiten ayuda o alimentos para sobrevivir, sino porque necesitan del apoyo internacional de los católicos para que su fe permanezca viva”.