Fecha: 25.06.2019.
En la víspera del aniverasio de las Apariciones de la Reina de la Paz en Medjugorje, la fiesta de San Juan Bautista, el 24 de junio, el P. Ljubo Kurtovic fue el celebrante principal de la Santa Misa vespertina con 196 sacerdotes concelebrantes y muchos fieles que llegaron para esta ocasión.
El pasado 24-de junio se celebró el aniversario de las apariciones de Nuestra Señora. Este día y a esa hora, hace 38 años, la Virgen con el Niño Jesús en brazos se apareció a los videntes en el Pobrdro. Estas apariciones continúan hoy por hoy pero el hecho de que la Virgen se apareció sin decir nada es muy significativo. Era el día de San Juan, heraldo, quien preparó el camino hacia el Señor, quien lo señaló como el Cordero de Dios que quita nuestros pecados, cargas, ansiedades y culpas. Esto es lo que ha estado haciendo la Gospa con variadas formas de gracias: preparando el camino y guiándonos hacia Jesús.
Este primer día contiene la importancia de las apariciones de Medjugorje en presencia de Nuestra Señora. No hay nada tan importante, nada necesitamos tanto como a Dios, al que ella nos da y hacia el que nos guía. Esto es lo que en todos estos años muchos han testimoniado con sus vidas transformadas, sus conversiones y el despertar de la muerte espiritual. Es imposible contar todas aquellas almas y corazones que han sido tocados con la vecindad del Cielo y de las gracias vertidas aquí. Medjugorje sigue dando buenos frutos, a pesar de todo lo que han dicho sus opositores.
Aquí, la Gospa está viva, está presente y persevera en su invitación a que todo corazón sea cambiado. Esta conversión y cambio es algo que necesitamos cada día. Sabemos que es fácil entusiasmarse al principio, pero permanecer así durante 38 años es imposible en términos humanos. La Gospa nunca nos ha dicho que viniera aquí para ser vista, nos habla de una manera más exigente y nos va diciendo lo que tenemos que hacer para poder abrirnos a la presencia viva de nuestro Señor.
Además, después de todos estos años, la Iglesia ha reconocido los buenos frutos que se producen en Medjugorje, dijo el P. Ljubo Kurtovic, enfatizando el elemento evangélico de “por sus frutos los reconoceréis”. El árbol es reconocido por sus frutos, y aunque no podemos ver las raíces, sí los frutos. Lo mismo sucede aquí. Los frutos aquí tienen su raíz, un comienzo que tuvo su inicio hace 38 años con oración, ayuno, conversión, Santa Misa con el corazón, Adoración de Jesús en el Santísimo Sacramento, la Palabra de Dios, confesión y reconciliación con nosotros mismos y nuestros vecinos.
El deseo de la Gospa es que oremos por la paz y estamos aquí para lograrlo. La oración obra y abre caminos a Dios. La oración es lo que más necesita este mundo de hoy, dijo el P. Marinko, quien agregó que muchos peregrinos de todo el mundo han venido para tomar parte en estos eventos.
La bendición final fue dada por el P. Zvonimir Pavicic y Hubert Liebherr, peregrinos alemanes que iniciaron esta marcha en 1992, tras el estallido de la guerra; y quienes dijeron: “Hoy estoy muy agradecido. Aunque no hemos podido caminar durante los últimos dos años, estamos tan conmovidos por cómo la parroquia ha continuado con nuestra iniciativa, que además nos une en la oración por la paz”.
En el Aniversario de las Apariciones de Nuestra Señora se celebró una eucaristía a las 7 pm, seguida de la Adoración del Santísimo Sacramento hasta las 7 am, pues es lo que se hace cada 25 de mes.
TRADUCCIÓN: Borja Milans del Bosch (Fundación Centro Medjugorje)