Benedetta del Gobbo, una joven peregrina de 18 años venida desde Roma con su familia, nos comentaba lo siguiente: "Esta es mi decimosexta vez en Medjugorje. Siempre vengo con mi familia de peregrinación y aquí me siento como en casa. Todos sentimos la fuerte presencia de la Virgen en este lugar. Medjugorje es también una escuela para mi, ya que cada vez que venimos, aprendemos a crecer con Ella -algo fundamental para todos nosotros. Los jóvenes de hoy día no buscan a Dios: buscan la felicidad en cosas equivocadas, buscan algo constantemente -noche y día-, buscan fiestas, diversión y lo único que hacen es llenar su vacío con otro tipo de vacío. Por desgracia, esto lo único que hace es alejarlos de las cosas importantes de la vida y desorientarlos a la hora de retomar su camino."