Queridísimo Padre Rafael un mes ya, puedo decir que ha sido difícil, muy difícil aceptar su ausencia, pues hay tantas preguntas que se quedan sin respuestas, algunos proyectos que de tajo cambian de dirección y ese resonar constante de sus enseñanzas cotidianas en mi mente, en el corazón, los muchos recuerdos, los muchos “puntos restados” por los errores cometidos, el enriquecedor compartir, la corrección fraterna, la educación de nuestras almas conforme a la experiencia del Amor a Jesús y María con el que vivía Ud. su día a día, la preocupación por el bienestar de nosotros y los nuestros, la continua Bendición para nuestras familias, las muchas cosas compartidas, las carcajadas por algunos de sus chistes para hacer liviano el cansancio las veces que la madrugada nos llegaba trabajando, son tantísimas vivencias querido Padre Rafa las que Lety, Belia y yo guardamos en el corazón, en el “detrás de cámara” de cada Encuentro y retiro que por Gracia de Dios nos tocó organizar junto a Usted durante los años que trabajamos para Nuestra Madre, su constante cuidado por cada uno de los grupos de oración en México e Iberoamérica, por la Fundación Centro Medjugorje, por Oriol, Miguel, Cristina por quienes tenía cariño especial, los mensajitos por Whats app, las llamadas rápidas de vez en cuando, los mails respondidos con gran sabiduría y tantas cosas más, son muchísimas lágrimas derramadas por usted, mire cuánto le extrañamos padre Rafa, no sé cómo haremos cuando lleguemos en noviembre al Encuentro Nacional y de nuevo nos sorprenda su ausencia como el día que, como bien dijo Belia le buscábamos entre tantos sacerdotes que le acompañaron en La Misa de despedida, mientras usted entraba cargado, ¡que fatal fue para nosotras verle entrar así!
Creo que ninguno de nosotros nos dimos cuenta del grandísimo cariño que nos une y aunque si nos sentíamos privilegiados por su amistad, por ese gran cariño y predilección que nos tenía, nunca imaginamos que tan grande es, hasta el día que platicamos con su familia y ellos ya nos conocían “de oídas”, todos quedamos muy conmovidos al ver cuantas almas oraron, ofrecieron y lloraron por usted, armó gran lío durante su estancia en el hospital, padre Marcelino, Mary Carmen, los grupos en México, en España, Nicaragua, Guatemala, Bolivia, EEUU, Argentina, Paraguay, Chile, Perú, Panamá, P. Verar con quién le unió una amistad entrañable, y nuestros hermanos de Comunidad Magnificat estando en Medjugorje en el Momento de Aparición, mire cuantas rodillas dobladas, cuantos corazones acongojados, muchas manos y miradas alzadas a Dios y Su Amada Mamita María orando con el corazón por usted.
Me queda una infinita gratitud por el gran cariño que me tiene, por haberme escogido como su colaboradora, por haberme privilegiado con su confianza.
Queda guardado en mi corazón como Don precioso su presencia en mi vida, su voz cantando amor eterno o La Guadalupana, Las Palabras de Mamá para hoy que me pedía difundir al igual que Las Adoraciones y Reflexiones con los mensajes de La Gospa que son de tanto provecho en los grupos de oración, el Yo te amo! cantado con el corazón frente Al Señor, los violines tocando el Emanuel, pero sobre todo el “Animo santas mujeres (como en broma nos llamó tantas veces) no pasa nada, Dios les bendiga”
Queridísimo padre, GRACIAS POR ENSEÑARNOS A AMAR MÁS A MAMITA MARÍA.
Me llena de esperanza saber que le espera a UN FIEL APÓSTOL DE LA REINA DE LA PAZ, pido su intercesión para que continúe guiándonos al Corazón Inmaculado de Nuestra Madre y por Ella a Jesús, ayúdenos a ser humildes como usted padre Rafa, para que podamos ganar el Abrazo Materno de Paz que usted tanto busco y recibió antes de partir.
Nos llena de gozo que usted regresó a La Casa Paterna cómo quiso:
“En el Hueco de los Brazos de Nuestra Amada Madre, saber que Ella estuvo siempre al lado suyo diciéndole, querido hijo, amado hijito, No estoy Yo aquí que soy Tu Madre?”
Con alegría veo que es tan amado que han quedado sus restos como siempre deseó, a los Pies Benditos de La Santísima Virgen de Guadalupe, Madre del Verdadero Dios por Quién se vive, en la Parroquia de Santiago Apóstol, en Aguilera, Veracruz, México la tierra que le vio crecer.
Una vez más le digo: padre Rafa le quiero mucho, usted es el consentido de mi corazón porque canta y escribe bonito …
¡GRACIAS POR TODO!