La historia de Bruno Marcello es un gran milagro ocurrido en Medjugorje en 2009. Sufría de cáncer, un raro tumor que inmediatamente lo desgarró, contaminando todo su cuerpo con células enfermas que inmediatamente hicieron metástasis. Los médicos le habían dado un mes de vida (el tiempo justo para pasar la Navidad con sus hijos).
Entonces sucede algo extraordinario, Bruno emprende una peregrinación a Medjugorje, no sólo la metástasis desaparece milagrosamente, sino que se encuentra con la fe (como no creyente que era).
Su historia recorrió las cadenas de televisión nacionales y fue contada en el libro de Paolo Brosio “Profumo di lavanda”.
Bruno, ¿cómo te enteraste de este tumor?
Exactamente en el verano de 2009. Empecé a sentir fuertes dolores de estómago.
El cáncer que me afectó es un tumor muy raro ubicado en el uraco (el cordón umbilical que une a la madre con el niño) y que lamentablemente había llegado a su última etapa cuando los médicos lo identificaron.
Los médicos me dijeron que me quedaban unas semanas de vida, estábamos cerca de Navidad y entonces gracias a Dios la cosa cambió…
Al principio parecía un quiste de 13 cm pero en cambio ¿el tumor ya se estaba desarrollando?
Sí, fue exactamente así. Al principio me trataron de diverticulitis, me dieron antibióticos pero sin resultados.
Luego recurrí a otro médico, y allí me hizo una ecografía y vio este tumor en la parte inferior de mi abdomen. Muchos médicos han tratado mi caso.
Posteriormente fui ingresado en el hospital de Génova y en esa ocasión me informaron de la existencia de este raro tumor.
En julio me operaron por primera vez extrayendo esta masa de 13 cm. Después de 2 semanas me dieron de alta del hospital y aparentemente estaba bien. Pero lamentablemente el problema no se había solucionado, porque en septiembre comencé a tener dolores en el esternón. Entonces volví al médico que me había examinado y lamentablemente notó que una gran cantidad de masas tumorales crecían por todas partes.
¿Cómo viviste esos momentos y quién estaba a tu lado?
Mis 3 hijos me ayudaron a salir adelante, también estuve casado (ahora ya no lo estoy) y mi esposa siempre ha estado a mi lado, debo decir que la mente también es decisiva cuando hay este tipo de problemas. Evidentemente la fe es fundamental para afrontar este tipo de problemas.
¿Cómo surgió la llamada a Medjugorje?
Realmente hubo intervención divina. El viernes 4 de diciembre de 2009, mi cuñada estaba en Génova para hacer unos recados, cuando entró en una tienda, inmediatamente después entró un chico y dejó un folleto sobre una peregrinación a Medjugorje, entonces mi cuñada preguntó Le pedí información sobre la peregrinación porque quería llevarme.
Este niño le dijo a mi cuñada que el próximo viaje era el 7 de diciembre pero que no había más plazas, como máximo habría otra peregrinación a Medjugorje en el nuevo año; pero ya no habría habido más tiempo para mí.
Sucede entonces que mi cuñada escribe al operador turístico que organizó las peregrinaciones de Paolo Brosio y milagrosamente quedan libres dos plazas, lo que nos permitió a mí y a mi esposa ir a Medjugorje.
En Medjugorje sucedieron muchas cosas y habéis recibido señales particulares. ¿Puede decirnos al respecto?
Llegamos a Medjugorje el 7 de diciembre y la tarde siguiente, el día de la Inmaculada Concepción, en el Cerro de las Apariciones se produciría la aparición de Nuestra Señora al vidente Iván. Mi salud era precaria, me costaba caminar así que no debí subir al cerro, también porque estaba lloviendo muy fuerte pero me animé a subir al cerro. Esa tarde pasé 3 horas en la montaña, escuché a la gente orar y comencé a dar mis primeros pasos con la oración. Debo decir que cuando comencé a orar, la oración tenía más efecto en mi cuerpo que los analgésicos.
Volviendo a la tarde del 8 de diciembre de 2009, a las 22.00 horas se produjo la aparición de la Virgen. También había dejado de llover y después de la aparición comenzamos a descender y durante el descenso ya no sentí el dolor.
Bajo esa lluvia torrencial había otra señal: mi esposa olió un fuerte olor a lavanda y como bien sabemos ese tipo de vegetación no existe pero a pesar de ello, la lluvia habría tapado ese olor…
¿Cuándo exactamente te diste cuenta, fueron curados?
Poco a poco me di cuenta durante los siguientes días. Al regresar a casa después de la peregrinación, realmente noté la curación.
Ya me había acostumbrado a tocarme en varias partes de mi cuerpo para sentir estas evidentes glándulas… pero curiosamente, mientras me duchaba una noche, tocándome debajo de las axilas ya no sentí nada.
Sucede una cosa muy extraña: el 21 de abril debías ir a visitar al oncólogo pero la enfermera se equivocó en el mes y escribió 21 de diciembre.
De hecho, te presentas con 4 meses de antelación. ¿Qué pasa entonces?
Llegué el 21 de diciembre y los médicos se sorprendieron al verme en el hospital después de 2 semanas.
Pero hoy entiendo que ese error fue una señal de Dios porque en aquella ocasión me visitaron; La doctora intentó localizar las glándulas y células enfermas en mi cuerpo, pero no pudo encontrar nada palpándome por todo el cuerpo.
Entonces el médico, incrédulo, llamó al médico pero él también, palpando mi cuerpo… no encontró la presencia de las glándulas enfermas.
¿Cómo está tu fe hoy?
Mi fe se compone de altibajos como todo mortal común y corriente. Soy consciente de tener que enfrentarme al Padre Eterno ahora y después de esta vida; mi miedo es ser juzgado en el momento que llegue al otro lado pero confío en Dios,
Dios lee el alma de cada uno de nosotros.
¿Qué te ha enseñado el sufrimiento?
El sufrimiento me ha enseñado humildad, he cometido muchos errores con mi familia que tolero y soporto gracias a la fe.
Esta enfermedad me ha ablandado el corazón, he aprendido que vale la pena vivir pase lo que pase.
Hay mucha gente que se quita la vida, se suicida mientras hay mucha gente que lucha por salvar su vida.
Han pasado 7 años desde mi recuperación pero siempre es emocionante y fuerte volver sobre esos momentos, doy gracias a Dios por todo.