Medjugorje – Virgen de Medjugorje

“Hagan lo que él les diga” – La alegría de hacer la voluntad de Dios

“Hagan lo que él les diga”  –  La alegría de hacer la voluntad de Dios

 

Queridos hermanos y hermanas:

¡Reciban hoy y siempre la paz y la alegría de Jesús y de María!

 

La Virgen María a través de su vida nos enseña que no hay nada mejor que hacer la voluntad de Dios, esto es fuente de toda alegría.  La única orden o pedido que Ella nos hace es: “Hagan lo que él les diga” (Jn. 2:5).

También como Reina de la Paz, ella es para nosotros modelo de cumplimiento de la voluntad del Padre: “Queridos hijos: la voluntad y el amor del Padre Celestial hacen que yo esté aquí, en medio de ustedes” (Mensaje, 2 de octubre de 2019 – Aparición a Mirjana).

Por lo tanto, si María continúa viniendo a nosotros a través de sus apariciones, es porque ella sigue respondiendo que “Sí” a la voluntad de Dios; lo cual es -sin duda- fuente de alegría para quienes la amamos, y causa de bendición para toda la Iglesia.

En estos tiempos de pandemia, también nosotros debemos renovar nuestro anhelo de conocer la voluntad del Padre, para cumplirla con alegría, por eso la Gospa nos pide: “Abandónense completamente a Su voluntad y no teman”. (2 de octubre de 2019)

 

 La voluntad de Dios en las Sagradas Escrituras

“No hay mejor manera de demostrar nuestra gratitud a Dios

y a los hombres que aceptarlo todo con gozo, incluso los problemas,”.

Santa Teresa de Calcuta

La sabiduría bíblica no es una acumulación de conocimientos racionales, sino que se refiere a “saber vivir bien”, según las enseñanzas del Señor y cumpliendo su voluntad en todo.

De aquí se deriva que la fidelidad a la voluntad de Dios y a su ley, también es fuente de gozo: ¡Feliz el hombre que… se complace en la ley del Señor y la medita de día y de noche!”[1]; y también: “Los preceptos del Señor son rectos, alegran el corazón; los mandamientos del Señor son claros, iluminan los ojos”.[2]

Por lo cual es importante tomar el tiempo necesario para leer, conocer, meditar y practicar la Palabra de Dios, lo cual nos provee de nutrientes que alimentan la sabiduría espiritual y la alegría: “Cuando se presentaban tus palabras, yo las devoraba, tus palabras eran mi gozo y la alegría de mi corazón” (Jer. 15,16). De aquí que la Iglesia y la Reina de la paz en sus mensajes, no cesan de animarnos a que diariamente nos sumerjamos en las Sagradas Escrituras, a fin de que en ella podamos beber el gozo que necesitamos.

Los mensajes de la Reina de la Paz están en plena sintonía con lo que nos enseña Dios por medio de las Sagradas Escrituras, por lo cual sus mensajes son un medio excelente para entrar en la escuela de María, y así aprender como aprobar “la materia” del feliz cumplimiento de la voluntad de Dios.

 

Testimonio

La Biblia entra por el corazón

“Los pulmones de la oración y de la palabra de Dios,

deben alimentar la respiración de nuestra vida espiritual”

Benedicto XVI

 

En una oportunidad, misionando en un paraje rural de extrema pobreza, en una provincia del litoral argentino, pudimos llevar y regalar a la gente del lugar estampas de la Virgen María traídas desde Medjugorje, y dejar una Biblia en cada familia que tuviese el deseo de leerla diariamente.

Un año después -al regresar al mismo pueblo-, pude reencontrarme con muchos de esos hombres y mujeres, y constatamos el impresionante efecto espiritual y anímico que la lectura de las Sagradas Escrituras unido al amor de María, habían producido en todo el pueblo.

Pero el encuentro que más me impresionó fue con una sencilla mujer que no sabía leer ni escribir, y que sin embargo irradiaba alegría y entusiasmo por la vida y por las cosas de Dios, y que cuando hablaba del Señor y de su Madre, parecía tener un gran conocimiento espiritual.

Cuando le pregunté: ¿cómo había hecho para tener esa alegría y ese conocimiento de las cosas de Dios, ella me respondió con toda franqueza y serenidad: “padrecito, yo no sé leer ni escribir, así que cuando usted me regaló la Biblia al principio no sabía cómo hacer.  Hasta que se me ocurrió ponerme la Biblia en el pecho, sobre mi corazón y decirle a la Madrecita y a Diosito: “Yo les pido que todo lo que nos enseñan, y que está en este libro, que lo hagan entrar a mi corazón”.  Desde entonces todos los días hago la misma oración, y creo que son Diosito y la Madrecita quienes me siguen enseñando”.

Esta mujer nunca había llegado en peregrinación a Medjugorje, sin embargo la Reina de la Paz llegó hasta ella, y la transformó en discípula y misionera para que la gente de su familia y de su pueblo tuviesen nueva vida en Jesús.

Ante el testimonio de esta santa mujer, recordé la insistencia del Señor, que nos pide meditar su palabra con el corazón, y vino a mi memoria un salmo que dice: “Conservo tu palabra en mi corazón, para no pecar contra ti.” (Sal. 119, 11).

Guardar la palabra en el corazón es meter una cosa buena en un buen lugar para un buen fin.  No es cuestión de tener la Biblia en la cabeza, o en el bolsillo.  Lo que necesitamos es tenerla en el corazón; y lo mismo debemos hacer con cada mensaje, por medio de los cuales la Virgen nos enseña.

Como hijos de María, debemos aprender de Ella que “conservaba estas cosas y las meditaba en su corazón” (Lc. 2:19).

No dejemos de meditar los acontecimientos actuales a la luz de la Palabra de Dios, de los Mensajes de la Reina de la Paz, buscando cada día en todo lo que es la voluntad de Dios, y entonces podremos superar el miedo, y se abrirán nuevas puertas de bendición para nosotros, para los integrantes de nuestras familias, para la Iglesia y para toda la humanidad.

Te envío a la distancia un gran abrazo y la Bendición del Señor, y me encomiendo a tus oraciones, junto a los sacerdotes y seminaristas de mi comunidad.

 

Padre Gustavo E. Jamut omv

https://www.youtube.com/c/CEMPSanRoque/videos

[1] Sal. 1,1-3

[2] Sal 19,9

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