Ha sido marcado el octavo aniversario de la muerte de Fray Leonard Orec

El jueves, 21 de enero, a las 18 horas, en la iglesia parroquial de Medjugorje, se celebró la Santa Misa por el antiguo párroco de Medjugorje y los demás sacerdotes difuntos que han oficiado en Medjugorje. La concelebración eucarística fue presidida por Dr. fray Miljenko Steko, quien citando las palabras del salmo 56, entre otras cosas, dijo: “Todo está escrito en el libro de Dios. Por ese libro nosotros también contamos todo este tiempo de nuestros mencionados hermanos difuntos, y justamente hoy se han cumplido ocho años de la muerte del que era el párroco de Medjugorje, Dr. Fray Leonard Orec. El vio la luz del día en Grac de Posusje, el año 1928, y a la «hermana muerte» en el 2002 en Zagreb. Sus días terminaron al cumplir 74 años de vida, 55 años de religioso y 51 de sacerdocio – justo al celebrar su Misa de bodas de Oro – sus 50 años de sacerdocio. Sus restos esperan la resurrección de la carne en la tumba franciscana en Posusje. Después de muchas responsabilidades en su comunidad, fray Leonard estuvo al servicio pastoral en Medjugorje de 1988 a 1991, dejando atrás una huella imposible de borrar de su obrar como sacerdote.
Fervoroso e incansable, con mucha experiencia y dotado de sabiduría, su misión franciscana al igual que su devoción a la Virgen María han influido en muchos peregrinos conocidos y menos conocidos que pasaron por Medjugorje. Por tanto, numerosos proyectos con los que soñó, pero que no consiguió realizar durante su vida, se realizaron después de que haya vuelto a la casa del Padre. Junto a muchas actividades que empezó, especialmente providente fue su respuesta a la situación de guerra y de refugiados en nuestro pueblo al comienzo de los años 90. Fray Leonard era capellán, párroco, profesor, secretario, definidor y vicario de la Provincia. Escribía y colaboraba en las revistas: Krsni Zavicaj, Nasa Ognjista, Dobri Pastir y en otras revistas, teológicas y no teológicas. El año 1992 fundó la asociación humanitaria «Medjugorje-Mir» que sigue con su labor hasta nuestros días.