Hasta ese momento no sabía nada acerca de las apariciones de la Reina de la Paz en Medjugorje, pero el pensamiento de que la Gospa se está apareciendo cada día me llenaba el corazón, y ahí fue cuando decidí unirme a la comunidad que vive y difunde los mensajes de la Virgen. El encuentro con Medjugorje es mi regalo más grande. En esos días llegué a conocer el corazón de una Madre que me abraza y que me ama.
Desde que llegué aquí por primera vez, la Gospa es una parte importante de mi vida. Siento que fui elegido como sacerdote para ser instrumento de paz, de gracia y de oración en la vida de otras personas. Comencé a orar con el corazón en Medjugorje, y el Rosario se ha convertido en parte fundamental de mi vida. Jesús se ha convertido en mi hermano y mi amigo. Fue aquí dónde he aprendido lo importante que es adorar a Jesús en el Santísimo Sacramento. María no es el centro de Medjugorje, es su Hijo Jesús.
Fr. Mateo siente que los peregrinos de Medjugorje experimentan el gran amor de Dios. "A medida que tomamos conciencia de nuestros pecados, nos abrimos más a Dios. Hoy subí el Monte Krizevac con mi grupo. Mientras orábamos en las estaciones del Vía Crucis, sentí la gran efusión del amor de Dios y fui absolutamente incapaz de hablar, lloraba todo el tiempo."