Medjugorje – Virgen de Medjugorje

Comenzó el 36º Mladifest: «Medjugorje es el inicio de un camino renovado»

Países representados en el Mladifest 2025:

Alemania, Albania, Angola, Arabia Saudita, Argentina, Australia, Austria, Barbados, Bélgica, Benín, Bosnia y Herzegovina, Brasil, Bulgaria, Burkina Faso, Canadá, Chile, China, Colombia, Croacia, República Checa, República Dominicana, Ecuador, El Salvador, Emiratos Árabes Unidos, Escocia, Eslovaquia, Eslovenia, España, Estados Unidos, Francia, Gales, Ghana, Haití, Honduras, Hong Kong, Hungría, India, Irlanda, Italia, Kenia, Líbano, Letonia, Lituania, Luxemburgo, Macao, Malawi, Malta, Martinica, Mauricio, México, Moldavia, Nicaragua, Nigeria, Noruega, Países Bajos, Perú, Polonia, Portugal, Reino Unido, Reunión, Rumanía, Rusia, Santa Sede (Vaticano), Sri Lanka, Suiza, Corea del Sur, Tahití, Tierra Santa, Ucrania, Uganda, Uruguay, Zimbabue.

Decenas de miles de peregrinos procedentes de 71 países han llegado al 36º Encuentro Internacional de Oración para Jóvenes – Mladifest, que comenzó este lunes 4 de agosto en Medjugorje. El párroco, fray Zvonimir Pavičić, fue quien dio la bienvenida a todos los asistentes al inicio del evento. También dio la bienvenida el arzobispo Francis Assisi Chullikatt, nuncio apostólico en Bosnia-Herzegovina, quien presidió la misa inaugural del festival. Antes de la celebración, el arzobispo Aldo Cavalli, visitador apostólico con carácter especial para la parroquia de Medjugorje, leyó el mensaje que el Papa León XIV envió a los participantes del Mladifest de este año.

En su mensaje, el Santo Padre saludó a los jóvenes con las palabras del Resucitado: “¡La paz esté con ustedes!”, y se refirió al lema del encuentro: “¡Vayamos a la casa del Señor!” (Sal 122,1).

“Este versículo nos habla de un camino, de un anhelo que nos impulsa hacia Dios, hacia el lugar donde Él habita, donde verdaderamente podemos sentirnos en casa, porque allí nos espera su amor. Pero ¿cómo caminar hacia la casa del Señor sin perder el rumbo? Jesús nos dijo: ‘Yo soy el camino’ (Jn 14,6). Él mismo nos acompaña, nos guía y nos fortalece en el trayecto. Su Espíritu nos abre los ojos y nos muestra lo que, por nosotros mismos, no podríamos comprender”, expresó el Papa León XIV.

El Pontífice animó a los jóvenes que han acudido a Medjugorje desde tantos países distintos, subrayando que el idioma o la cultura no son barreras para el encuentro:

“Existe un lenguaje más fuerte que cualquier obstáculo: el lenguaje de la fe, alimentado por el amor de Dios. Ustedes son miembros de su Cuerpo, que es la Iglesia. Encuéntrense, conózcanse, compartan sus experiencias. Solo caminando juntos, apoyándonos mutuamente e iluminando el camino los unos a los otros, llegaremos a la casa del Señor”.

Dado que muchos jóvenes en el Mladifest han experimentado un llamado vocacional, el Papa también les animó a responder a esa inquietud:

“Si alguno de ustedes, en este peregrinaje de vida, siente un llamado especial a la vida consagrada o al sacerdocio, los animo a no tener miedo de responder. Ese llamado que sienten resonar en lo profundo viene de Dios y habla al corazón. Escúchenlo con confianza: la palabra del Señor no solo nos hace verdaderamente libres y felices, sino que también nos realiza plenamente como personas y como cristianos”.

Concluyó su mensaje confiando a los jóvenes a la Bienaventurada Virgen María, para que los anime y guíe por el camino de la vida, los convierta en mensajeros de paz y esperanza, y les impartió su bendición apostólica, asegurándoles su constante oración por ellos.

Celebración eucarística con más de 500 sacerdotes concelebrantes

Durante la misa, el nuncio Chullikatt estuvo acompañado por el arzobispo Aldo Cavalli, el obispo Guido Gallese de la diócesis de Alessandria della Paglia (Italia), el párroco fray Zvonimir Pavičić, y 534 sacerdotes concelebrantes.

Tras saludar al párroco y al arzobispo Cavalli, el nuncio también dirigió unas palabras a los jóvenes, a quienes llamó «el rostro de la esperanza»:

“Hemos llegado juntos a este lugar bendito, cada uno con sus preguntas y sueños, sus heridas y anhelos. Somos peregrinos de la luz, en busca de un hogar que no defrauda, de un amor que no pasa. Aquí estamos, reunidos en torno a la mesa del Señor, donde el cielo toca la tierra y el corazón encuentra paz. Entremos en este misterio en silencio y asombro, dejando que el Espíritu nos guíe a la fuente de la verdadera alegría: Cristo vivo entre nosotros”.

Refiriéndose al lema del Festival de Jóvenes, “¡Vayamos a la casa del Señor!”, el arzobispo habló a los jóvenes sobre la búsqueda de ese hogar espiritual, y recordó que María fue el primer hogar de la Palabra de Dios, al igual que nosotros, por el bautismo, nos hemos convertido en moradas vivas de Dios.

“El corazón se convierte entonces en templo, el alma en santuario. Y en ese momento, se abren las puertas del cielo, la casa del Señor. Permitamos al Espíritu que nos transforme en un templo sagrado, una presencia viva y activa de Dios entre los hombres”.

Afirmó también que:

“Solo quien se convierte en morada de Dios, como María, puede verdaderamente cruzar el umbral de su casa”.

“Medjugorje no es una meta, sino el inicio de un nuevo camino”

“Queridos jóvenes, en este Año Jubilar 2025 proclamado por el difunto Papa Francisco, estamos llamados a ser peregrinos de esperanza. No de una esperanza vaga, sino de una esperanza arraigada en la fidelidad de Dios. Y ustedes, jóvenes peregrinos en Medjugorje, son el rostro vivo de esa esperanza. No están aquí por casualidad: se les esperaba. Dios pensó en ustedes, los buscó y los llamó, como lo hizo con María, su perfecta discípula”.

El arzobispo Chullikatt cerró su homilía con un llamado a la misión:

“El peregrinaje a Medjugorje, ese camino hacia la casa del Señor, no termina cuando regresan a casa. Justamente allí comienza su misión. Comienza cuando el corazón dice: ‘Aquí estoy, Señor’; cuando ya no se camina solo, sino con Cristo a tu lado; cuando en la vida cotidiana —en la escuela, en el trabajo, en la familia, con los amigos— decidís seguirlo, vivir con Él y para Él, como lo hizo María”.

Finalmente, exhortó a los jóvenes a no dejar que se apague la luz que el Espíritu ha encendido en sus corazones:

“Sean piedras vivas de la Iglesia, hogares de esperanza en sus familias, en las escuelas, en los lugares de trabajo, entre amigos y aquellos que esperan un signo de amor. Medjugorje no es solo una parada más: es el inicio de un camino renovado. Salgan entonces, como discípulos y misioneros, llevando consigo la alegría de quienes han encontrado su hogar en el corazón de Dios”.

Tras la misa, siguió la adoración al Santísimo Sacramento del altar, culminando así la primera jornada del Mladifest.

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