Marko Picnic nació en Zadar, en Croacia, pero su esposa es belga y viven en Bélgica desde hace muchos años.
Después comentarle a su esposa y a algunas personas más su idea, decidieron empezar esta peregrinación. Uno de los ocho peregrinos del grupo tiene ochenta y cuatro años, y entre el grupo había una enfermera que cuidó de ellos durante todo el viaje. Marko dijo: "Hemos estado viajando durante los últimos tres años, y hemos probado nuestra capacidad. Por eso decidimos caminar 500 kilómetros al año. Después de interrumpir nuestro camino y tomar un descanso, siempre volvíamos al lugar donde nos habíamos detenido por última vez.
Este año entramos nuestra parte final de uno de los trayectos, el que quedaba, y caminamos alrededor de 2000 kilómetros”. Yvonne destacó que este viaje fue también la oportunidad de reforzar su amistad con el resto del grupo; éramos como una pequeña familia, y nunca hemos tenido ningún conflicto.
“Todos nosotros tratamos de venir aquí juntos. Después de esta experiencia nos gustaría animar a más gente y ayudarles a venir también aquí andando. Ahora, sabemos el camino. ". Comentaron Marko e Yvonne cómo la gente se había quedado muy sorprendida al ver que eran personas mayores, pero todo el mundo, en los distintos países por los que pasaron fue muy hospitalario con ellos: Austria, Eslovenia, Alemania, Italia y Croacia. Nunca olvidarán la bondad y la hospitalidad de toda esa gente.
Mencionaron también cómo después de haberse perdido en una ocasión en un bosque en Eslovenia, gracias a la intercesión de la Virgen, fueron capaces de encontrar la salida. Los miembros de sus familias les dieron la bienvenida al llegar a Medjugorje y el Padre Miljenko STEKO, Jefe del Centro de Información, les saludó en nombre de los franciscanos de Medjugorje. El grupo planea quedarse aquí y pasar unos días rezando; después volarán todos juntos de regreso a Bélgica.