Novena de Navidad con la Reina de la Paz.
Mensaje de la Virgen
“Hoy los invito a hacer algo concreto por Jesucristo. Deseo que cada familia de la parroquia, como signo de abandono a Jesús, traiga una flor hasta el día de la alegría [la Navidad]. Deseo que cada miembro de la familia coloque una flor junto al pesebre para que Jesús pueda venir y ver su entrega a Él”. (20-12-1984)
Meditación
La Virgen, como educadora, sabe lo importante que es en la vida espiritual y en el crecimiento que el creyente no sea pasivo sino activo, que no solo reciba sino que también dé. Dar es la mejor manera de aprender a recibir. Si hacen algo ellos mismos, el significado de la Navidad se volverá más claro para los miembros de la familia. No tienen que entender todo inmediatamente, especialmente los niños, pero su propio compromiso tendrá un efecto imperceptible en el alma.
Es por eso que la Virgen invita a los miembros de la familia a hacer realmente algo por Jesucristo. Hacer algo real por Jesús llevando una flor a su pesebre, lleva a los miembros de la familia al misterio mismo de la Navidad. La Virgen desea enseñarles a comenzar a hacer lo que en Jesucristo, Dios ha hecho por ellos: comenzar a dar. Dios da. Se da a sí mismo. En Jesucristo, esto es más evidente. Amar es darse a sí mismo por el bien de los demás. Se aprende a amar dando.
La Virgen elige una flor porque en la educación es importante comenzar con pequeños pasos. Además, una flor es algo concreto, material, visible. Pero no es el objetivo final de lo que la Virgen quiere decir con esto. Su objetivo es establecer una relación con Jesús. Quiere que el acto externo, traer una flor y ponerla en el pesebre, se convierta en un acto espiritual. Esta entrega externa de la flor puede ser un incentivo para que los miembros de la familia comiencen a darse a sí mismos y se confíen a Jesús, para que ellos y Jesús se conviertan en amigos.
Además, la flor es la imagen de la vida. Nosotros también debemos ser como una flor: florecer y no marchitarnos. Nuestras relaciones en la familia deben ser como una flor, que todo entre nosotros florezca, tenga perfume, que haya alegría, unión, amistad, una buena palabra, cuidarnos mutuamente, ayudarnos unos a otros…
Me parece que en su invitación a las familias a ir al pesebre, la Virgen está haciendo lo que los ángeles decían a los pastores y los pastores entre sí. Después de que los ángeles se volvieron al cielo, los pastores se dijeron unos a otros: “Vayamos, pues, hasta Belén y veamos lo que ha sucedido y que el Señor nos ha dado a conocer”. (Lc 2,15)
Oración
Mientras llevas y colocas la flor delante de Jesús en el pesebre, dile:
Querido Jesús, te doy esta flor.
Diste toda tu vida, toda tu vida por mí.
Enséñame a dar la mía por los demás.
Sigue hablando con Jesús…
¡FELIZ NAVIDAD!