PARROQUIA DE SANTIAGO APÓSTOL – MEDJUGORJE, 15 DE MARZO
Abrámonos al Señor que está con nosotros, igual como con esa mujer en el pozo.
Señor, Tú eres la fuente del agua viva, Tú puedes saciar nuestra sed y nuestra hambre.
Abre Señor nuestros corazones con la fuerza del Espíritu Santo, igual como fue abierto el corazón de María; abre nuestros corazones para que nosotros también podamos decir con todo el corazón: aquí estoy Señor, hágase en mi según Tu Palabra, hágase en mi según Tu Voluntad.
En todos nosotros Señor, despierta y fortalece la fe y la confianza en Ti, para que te creamos a Ti con todo nuestro corazón. Fortalece en nosotros la fe, que Tú eres el Padre Misericordioso, que Tu Amor es más grande que nuestros pecados; fortalece en nosotros la fe, que Tú perdonas; fortalece en nosotros la fe, que nada hay imposible para Ti. Fortalece esa confianza en Ti, que no nos preocupemos angustiosamente por nuestro futuro. Libéranos Señor de toda la angustia, de todo miedo y haz que la fe, en nosotros, los supere; que la confianza en Ti sea más fuerte que todo miedo.
Te decimos ahora con todo nuestro corazón: “¡Oh Jesús, yo creo, Jesús, yo confío en Ti!”
Oh Señor, despierta y vivifica en nosotros el amor, el amor por Ti, para que en nosotros el amor sea así: que tengamos sed de Ti, que tengamos sed de Tu rostro, que tengamos sed del encuentro contigo.
Haz arder ese amor en nosotros, para que queramos estar contigo en la Eucaristía, en la Adoración de la Cruz, en la Adoración del Santísimo, en leer y escuchar Tu Palabra. Siempre conscientes que Tú estás ahí en el pozo, que Tú estás ahí igual como con esa mujer samaritana.
Vivifica en nosotros el amor por el ayuno, por el sacramento de la confesión, y te rogamos Señor, vivifica en nosotros el amor por los miembros de nuestra familia, por cada uno de los miembros que tenemos.
Dame amor, Señor, por la persona con la que no me llevo bien, la que no soporto, que es difícil para mi. Dame amor Señor, por la persona que me ha lastimado y herido. Dame amor Señor, para que Tu Amor sane las heridas de mi corazón. Que Tu Amor lleve toda la impureza, cada obstáculo. Dame amor Jesús, derrama amor en mi corazón”.
Rogamos Señor por el don de la libertad interior, libera nuestros corazones de toda esclavitud, de las diferentes adicciones. Te rogamos por la libertad interior de las cosas, que podamos soltar, dejar la televisión, el móvil y todas las demás cosas que nos quitan nuestro tiempo.
Que podamos “vender” todo eso, para “comprar” y obtener y ganar lo más valioso, y eso, es estar contigo Señor: en oración, estar con los miembros de nuestra familia, de nuestra comunidad, para que podamos ganar y recibir esa paz interior que sólo Tú puedes dar.
Te rogamos Señor por todas las personas que son esclavas del alcohol, droga, juego, pornografía. Libera nuestros corazones Señor. Te pedimos por todas las personas que son esclavas del odio, de celos, envidia, falta del perdón. Libera nuestros corazones Jesús.
Te rogamos por todas las personas que están bajo la influencia o dominio del maligno, libéralos Señor, libéralos, Jesús.
Te rogamos Señor por todas las personas enfermas del alma y del cuerpo; especialmente ponemos ante Ti, las personas contagiadas por el virus, te rogamos por esas personas en Italia y en otros países también. Señor, toca Tú sus dolores, Tú Señor, con Tu Amor toca sus heridas, entra en su sufrimiento. Tú Señor puedes, Tú Señor quieres, nosotros lo creemos, sánalos Señor, dales tu paz.
Te rogamos por todas las personas que cuidan a los enfermos de este virus, que cuidan a los enfermos y contagiados, que ponen mucho de su esfuerzo. Te pedimos Señor, fortalece su servicio, su paciencia, su amor, y dales Señor el premio en la satisfacción, en la alegría. Hazles conscientes que Tú eres Aquel que les premiará.
Te rogamos Señor, por la gracia de poder aceptar la Cruz, que pueda aceptar la Cruz, que pueda aceptarme a mi mismo y a los demás, tal como son. Que pueda aceptar todo lo que ha venido inesperadamente, lo que no he planeado ni deseado, que pueda decir sí a todo eso. Gracias Señor por todo, y Tú transforma todo esto en bien y, bendícenos Señor.
Que os bendiga Dios Todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo. Amén
FR. MARINKO SAKOTA, Párroco de Medjugorje