“Asiduos y concordes en la oración, junto con María” (Hechos 1,14), fue el tema de la oración del rosario dirigido hoy por el Papa Francisco en la Cueva de Lourdes, en los Jardines del Vaticano, conectados a varios santuarios marianos del mundo. El Santo Padre puso ante María las numerosas angustias y dolores de la humanidad, agravados ulteriormente por la pandemia del coronavirus.
Este evento extraordinario, transmitido en directo a través de la Mundovisión, fue organizado por el Consejo Pontificio para la Promoción de la Nueva Evangelización, con el fin de pedir ayuda ante una pandemia que, hasta el momento, ha cobrado más de 360.000 vidas en todo el mundo. Además de Medjugorje, varios santuarios del mundo se han conectado con los Jardines del Vaticano, incluidos, por nombrar algunos: Lourdes, Fátima, San Giovanni Rotondo, Pompeya, Częstochowa; el Santuario de la Inmaculada Concepción en Washington; del continente africano un santuario en Nigeria, en Costa de Marfil; de América Latina, el santuario de Nuestra Señora de Guadalupe en México, Chiquinquira en Colombia, Luján y Milagro en Argentina.
Han participado en la oración personas directamente afectadas por la pandemia. Había un médico y una enfermera, en representación del personal médico que se encuentra en primera línea en los hospitales en la lucha contra el virus; luego, una persona que superó la enfermedad del Covid-19 y se recuperó, y otra que perdió a un miembro de la familia, como representantes de todos los afectados por el virus de una manera especial; también había un sacerdote, un capellán hospitalario, una religiosa y una enfermera, en nombre de todos los sacerdotes y personas consagradas cercanas a los que padecen esta enfermedad; un farmacéutico y una periodista, en representación de todos aquellos que, incluso durante el periodo de la pandemia, siguieron prestando su servicio a los demás; un voluntario, miembro de la Protección Civil, con su familia, estuvo allí en nombre de todos aquellos que trabajaron con dedicación y desinteresadamente durante esa crisis sanitaria, y en nombre de todo el mundo del voluntariado; ha participado también una familia joven, en la que nació un niño, precisamente en este período, signo de esperanza y de la victoria de la vida sobre la muerte, según aparece publicado en las páginas de Vatican News.