Fray Slavko reconoce claramente los “signos de los tiempos” y observa las apariciones de la Virgen en Medjugorje y sus actividades sacerdotales en su contexto. En lugar de abordar las cuestiones infructuosas de reformar las estructuras de la iglesia, mientras piensa en su propio avance en la jerarquía eclesiástica, está completamente inmerso en el misterio de la Iglesia y su llamado sacerdotal al servicio devoto al pueblo de Dios. Su vida sacerdotal no estuvo marcada por el análisis del trabajo de otras personas y amargas discusiones sobre lo que se podía y debía hacer de manera diferente y mejor, sino por la oración intensa, la predicación dedicada, la celebración extática de los misterios de la fe, consolando y animando a los miembros más vulnerables de la comunidad en la Iglesia. Fray Slavko examina críticamente su posición, preguntándose si está en consonancia con lo que la Iglesia necesita y espera en ese momento.
La confirmación de que está en el camino correcto la encontramos en la enseñanza de la Iglesia, cuando dice: “La presencia de María, Reina de la Paz, madre, maestra y peregrina con la Iglesia Peregrina” -como la llamó Juan Pablo II en la encíclica ‘Madre del Redentor’ de 1987- es muy importante en nuestros tiempos. María acompaña a la Iglesia en su peregrinación terrena al final del segundo milenio y la prepara para entrar en el tercer milenio. En los mensajes habla de los planes que el Señor le ha encomendado en este momento. Ella repite que para ella somos importantes para estos planes, que no puede hacer nada sin nosotros. De esta manera, nos hace conscientes de nuestra responsabilidad mutua y, por tanto, de toda la Iglesia y del mundo”.
Todos sus libros surgieron de ese trabajo sacerdotal, que es el mejor testimonio de su relación con la Iglesia. La mayoría de los libros de fray Slavko tienen la palabra “corazón” en su título: Ora con el corazón; Dame tu corazón herido – El sacramento de la confesión: ¿por qué y cómo?; Celebra la Misa con el corazón; Adoren a mi Hijo con el corazón; Sígueme con tu corazón; Perlas con el corazón herido; Oren juntos con un corazón gozoso; Ayuna con tu corazón. Esto se debe a que el corazón juega un papel importante en los mensajes de la Virgen, y estos mensajes no son más que un eco del mensaje del Evangelio, que también apela al corazón humano. Jesús no pidió un cambio en las estructuras de su religión judía ni una reforma de la Ley de Moisés, sino que pidió un cambio en el corazón del hombre mediante la conversión a su buena nueva. Fray Slavko lo sabía bien y por eso su trabajo con los peregrinos en Medjugorje estuvo enteramente al servicio de la verdadera renovación espiritual de la Iglesia.
Fray Ivan Dugandžić
(Texto publicado en “Župni List” -el boletín parroquial de Medjugorje- con motivo del 24º Aniversario del fallecimiento de fray Slavko Barbarić, el próximo 24 de noviembre de 2024 – Traducción Fundación Centro Medjugorje)