Medjugorje – Virgen de Medjugorje

Reflexión del padre Gustavo Jamut al Mensaje del 25 de octubre

Qué bueno sería que en cada mensaje que la Reina de la Paz nos comparte, siguiésemos los siguientes pasos:

  1. Lectura pausada y serena.
  2. Meditación y reflexión, que ilumine nuestra vida cotidiana.
  3. Orar los con el corazón, atentos a la escucha de lo que nos quiera decir el Espíritu Santo, que es el Dulce Huésped del alma.
  4. Tomar uno o dos propósitos de vida inspirados en el mensaje y que durante el mes podrían ser un propósito particular para transformar en vida.

Sin embargo, en esta ocasión, quiero compartir contigo no tanto una reflexión, sino ayudarte a orar con el corazón, en base a algunas palabras con las que nuestra Madre nos ofrece su consuelo en este mensaje.

Para esta oración te propongo que oremos con cuatro palabras o situaciones de vida y emocionales acerca de las cuales nos habla la Virgen Santísima; ellas son:

  1. Problemas
  2. Tribulaciones
  3. Penas
  4. Inquietudes

 

Introducción a una oración contemplativa

Cierra tus ojos, e imagina que estás delante de la Reina de la Paz, quién te mira con un tierno amor, y a través de su mirada te das cuenta como ella comprende todo lo que hay en tu interior.

Quédate sumergido en la mirada de María todo el tiempo que te sea posible, pues a través de esa mirada, ella fortalece y sana tu corazón…

Luego contempla como ella extiende su mano izquierda, para que en esa mano extendida pongas:

  1. Los problemas.
  1. Las tribulaciones
  1. Las penas
  1. Las inquietudes

Los problemas forman parte de la vida de todo ser humano, pero recordemos que en este mensaje la Gospa nos invita nuevamente no sólo a orar, sino también a ser nosotros mismos oración. Esto nos liberará de las raíces profundas que la inquietud quiere arraigar en nuestro corazón.

Termina tu oración contemplando a la Virgen María que pone su mano derecha sobre su pecho, y pídele a Ella que también ponga su mano maternal sobre tu pecho y que libere tu corazón de todo aquello que le inquieta.

 

Oración

Extiende tu mano, Reina de la Paz, pues todo lo puede tu delicado y tierno amor.

Hoy te proclamó a ti como mi consuelo, y a Dios, como mi Señor y Salvador.

Reina de la paz, cambia mi corazón por el tuyo.

En tu corazón Inmaculado no hay inquietud ni tinieblas, sino sólo paz y luz.

Ahora extiende tu mano y cambia mi mente y mi corazón.

 

Padre Gustavo E. Jamut, omv

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