Livio: Queridos amigos de Radio María, aquí tenemos a Marija de Medjugorje que nos comunicará el mensaje de la Virgen de la Paz de hoy 25 de septiembre de 2022.
Livio: ¡Hola Marija!
Marija: ¡Hola padre Livio! Un saludo a todos los oyentes de Radio María. Hoy, como cada 25 de mes, la Virgen nos ha dado el mensaje siguiente:
“¡Queridos hijos! Orad para que el Espíritu Santo os ilumine a fin de que seáis alegres buscadores de Dios y testigos del amor sin límites. Estoy con vosotros, hijos míos, y a todos os llamo nuevamente: animaos y dad testimonio de las buenas obras que Dios está haciendo en vosotros y a través de vosotros. Alegraos en Dios. Haced el bien al prójimo para que estéis bien en la tierra, y orad por la paz que está siendo amenazada porque Satanás quiere la guerra y la tribulación. Gracias por haber respondido a mi llamada.”
Livio: Marija, considerando el mensaje, me parece que es muy bonito y reconfortante.
Marija: Sí, el mensaje es muy bonito. Parece que la Virgen cada vez tiene algo más que decir y hoy nos invita todavía a la oración para que el Espíritu Santo nos ilumine para que podamos ser portadores del inmenso e ilimitado Amor de Dios. Este amor, lo hemos estado experimentando durante estos años en que la Virgen nos está guiando hacia un mundo nuevo. La Virgen dice que el hombre está construyendo un mundo sin Dios y Ella, en cambio, está construyendo un mundo de santidad, un mundo de Dios. La Virgen nos llama a ser testimonio de ese mundo de Dios, de un mundo feliz, un mundo en el que prevalezca el bien, un mundo de paz, un mundo contra la guerra y contra todo lo que viene del diablo. La Virgen nos quiere hablar solo de Dios y nos quiere ayudar en la santidad. Hace unos días me encontraba cerca de una estatua de la Virgen que se encuentra en el lugar donde una vez Ella, durante la aparición, permitió que la tocasen, no solo nosotros los videntes, sino también todas las personas que estaban con nosotros. De hecho, allí fue la primera vez que la Virgen nos invitó a la confesión. Yo, cada vez que me acerco a ese lugar, que normalmente es durante la noche, siento una fuerte emoción. Así también ha sido hoy cuando en esa parte del mensaje nos ha dicho que seamos portadores de Dios, testimonios alegres del Amor sin límites que Dios nos está dando. Yo creo que hoy en día, a pesar de ver tanto ateísmo, tanto paganismo y todas las ideologías que nos alejan de Dios, la Virgen no se cansa de nosotros, no se cansa de alentarnos, para tener la valentía de testimoniar las buenas obras que Dios hace. Obras que hace dentro de nosotros, a través de nosotros y, a través de nosotros, a nuestro prójimo. Quisiera compartir con vosotros un testimonio muy bonito. Días atrás, para la aparición, vino una madre y una hija que me contaron que la hija había estado en coma profundo y que el párroco y todos los parroquianos habían decidido rezar y ayunar, haciendo también la exposición del Santísimo para obtener la gracia de su curación. Esta parroquia se encuentra a 30 kilómetros de Medjugorje y vinieron también aquí, pequeños y mayores, y subieron juntos al Krizevac y mientras estaban cantando y rezando en la cima, la joven se despertó del coma, mientras que los médicos habían dicho que había cogido un virus debido al cual no había posibilidad de curación. Esa joven de 16 años, ya completamente curada, se acercó conmigo a la Virgen para agradecerle esa gracia que había recibido. Este es un testimonio de una fe profunda, pero también de un acto de valentía por parte del párroco. Ese día, la Virgen me dijo que pidiera a los sacerdotes (allí había unos cuantos) que nos bendijeran y oraran por nosotros. Yo, inmediatamente después de la aparición, dije a los sacerdotes lo que pedía la Virgen. Sí, ya que vosotros, los sacerdotes, tenéis las manos bendecidas, las manos que transmiten la bendición de Dios. Fue una gran emoción, y, gracias a Dios, estas emociones aquí en Medjugorje se sienten muchas veces a través de la fe de muchas personas. Ahora, cuando veo que mucha gente no encuentra respuestas en esta vida, les digo que vuelvan a Dios y que recen, porque la cosa más bonita que nosotros podemos testimoniar es este gran amor que Dios nos tiene y que a través de nosotros llega a los demás. La Virgen nos insiste en que roguemos al Espíritu Santo para que nos ilumine para poder ser felices portadores de paz, de respeto hacia los demás y también para ayudarnos mutuamente para estar bien aquí en la Tierra. Seguramente Satanás es fuerte, pero el bien lo es mucho más, y nosotros debemos estar convencidos de ello. Yo creo padre Livio que, en este momento más que nunca, nosotros debemos ser lo que la Virgen nos dice: santidad, oración, testimonio para los que están alejados, para aquellos que no conocen el amor de Dios, orando por ellos para que se acerquen a Él.
Livio: Marija, quería preguntarte por lo que has dicho de los sacerdotes. ¿La Virgen os bendice con las manos sobre la cabeza?
Marija: Sí, la Virgen, normalmente, extiende sus manos, nos mira y nos bendice. Durante la aparición es así. Para nosotros, cuando Ella está con nosotros, es como estar en el Paraíso. La Virgen llega del Paraíso y nos dice que la vida en la Tierra es un pasaje hacia la vida eterna, nos dice que no debemos tener miedo del mal y de creer y vivir en el bien testimoniando la paz y la oración.
Livio: Marija, en este mensaje la Virgen nos dice dos veces que estemos alegres. No quiere que estemos tristes.
Marija: Sí, últimamente, nos lo dice más a menudo. Incluso la vemos a Ella más feliz y nos alienta más en buscar a Dios, en buscar el bien y la paz, en rogar al Espíritu Santo para que nos ilumine para poder ser el reflejo de Dios. Un cristiano debe ser una persona positiva y yo creo profundamente que esto es lo que la Virgen quiere de nosotros. Es decir, ser ejemplos de amor, de alegría y también de gratitud para los demás. Nuestro prójimo puede ser también un pagano que está en busca de Dios, puede ser una persona que no sabe nada de Dios, puede ser nuestro hijo, nuestro nieto o nuestro vecino que no ha encontrado a Dios y siente esa inquietud en su corazón y necesita encontrar esa paz que solo viene de Dios a través de la oración. Nosotros somos quienes les podemos ayudar.
Livio: Marija, me ha sorprendido la frase: “A todos os llamo nuevamente”. Es como si la Virgen nos llamara estando esparcidos por todas partes. Estamos un poco perdidos y nos llama a escucharla, a ponernos en marcha, a ser valientes, a huir del miedo. ¡Deberíamos responder a esa llamada!
Marija: Sí, la Virgen nos está animando a testimoniar las obras buenas que Dios nos hace, como la experiencia que tuvimos con la curación de la joven que os he contado antes. También ese día, muchos de esos sacerdotes, nos decían que habían encontrado aquí, en Medjugorje, su vocación. El encuentro de ese día fue realmente muy bonito porque, después de la aparición, todos teníamos ganas de seguir allí juntos rezando y hablando de muchos testimonios. Muchas veces vemos que si nosotros empezamos alegremente y con valentía a hablar de las bellezas de Dios, nuestro corazón se llena de felicidad y nos volvemos instrumentos dóciles para testimoniar y contar las experiencias que Dios obra en nuestras vidas de modo extraordinario. Nosotros hemos sido valientes, hemos buscado a Dios ante todo y Dios nos ha respondido. Por esto, la Virgen, al principio, nos dijo que pusiéramos las Sagradas Escrituras en un sitio visible de nuestra casa y leyéramos un poco cada día ya que a través de las Sagradas Escrituras vemos que el Señor actúa.
Livio: Marija, quiero decirte una última cosa. Es cierto que en el mundo hay odio y que hay personas que incluso odian a Dios, pero la mayor parte de las personas parecen estar vacías, parecen estar esperando la luz, esperando el bien y la felicidad, algo positivo. Es decir, hay una gran espera en ese vacío que vemos a nuestro alrededor.
Marija: Yo lo veo aquí en Medjugorje, sobre todo en verano cuando hay tantos peregrinos. Muchos de ellos vienen con unas ganas enormes de sentir algo sobrenatural. Yo les digo que vayan a la colina de las apariciones a rezar, que sacrifiquen un poco el sueño y vayan de madrugada o al atardecer y verán. También tantas personas han tenido esas experiencias leyendo las Sagradas Escrituras, leyendo los mensajes de la Virgen, subiendo a la colina de las apariciones etc., y les ha dado mucha paz en el corazón. Hace algunos días vino aquí una señora que me dijo que hacía muchos años que quería confesarse, pero que no se atrevía porque había oído muchas experiencias negativas por parte de algunos sacerdotes, pero que aquí en Medjugorje el Señor le había dado esa oportunidad. Aquí encontró un sacerdote al que poder abrir su corazón y hacer una buena confesión y se sentía muy contenta de ello. ¡Estos son los milagros que el Señor hace! Tantas personas que se sienten heridas, encuentran esa valentía que el Señor les da para empezar una nueva vida. Esta es la cosa más bonita que vemos aquí en Medjugorje.
Livio: Me gustaría Marija que dijeras unas palabras de ánimo a nuestros oyentes visto que estamos pasando por momentos difíciles. Pero la Virgen está con nosotros cada día…
Marija: Y yo soy testimonio de ello junto con Vicka e Ivan. El Señor es tan misericordioso que nos sigue mandando a Su Madre querida. La Reina de la Paz llega cada día, se nos aparece, nos ama, nos acompaña en el camino para llevarnos a su Hijo Jesús. La Virgen nos ha permitido, desde el principio, que nos enamorásemos de Ella y lo hemos hecho. Nosotros hemos confiado en Ella, hemos seguido sus mensajes poniéndolos en práctica, hemos elegido la santidad, hemos elegido una vida nueva con Dios. Hoy, podemos decir que no nos hemos arrepentido porque el Señor es tan misericordioso que no se ha cansado de nosotros y nos dice, a través de Su Madre, que nos da un amor inmenso, un amor que no es humano, sino divino. Por este motivo, os digo que os animéis, que recéis para que el Espíritu Santo os ilumine para poder vivir felices ya aquí en la Tierra. Este es un momento de gracia ya que la presencia de la Virgen entre nosotros es un don que nunca habríamos podido imaginar y se lo debemos agradecer al Señor con todo nuestro corazón. Gracias Señor por cada momento en que la Virgen aparece, nos alienta, nos ama y nos guía. Ella cree en nosotros, cree que nosotros podemos cambiar este mundo. Ella está con nosotros e intercede por nosotros delante de su Hijo Jesús. Por lo tanto, ¿Quién está contra nosotros si Dios y la Virgen están con nosotros? Por esto os digo que no debéis ser negativos, debéis ser personas positivas, personas luminosas, felices, personas que aman a Dios y al prójimo. Dios nos manda a Su Madre para decirnos que Él no nos abandona, Dios está siempre con nosotros. Yo ofrezco mis oraciones por vosotros, sobre todo por los que estáis enfermos, por lo que os sentís en la prueba, por los que tenéis problemas de trabajo, etc. Ánimos, ofreced todos vuestros sufrimientos a Dios que servirán para el bien de vuestra familia y para el bien de toda la humanidad. Nosotros debemos ser esos tubos que llevan agua al desierto, a esos desiertos donde no hay fe, ofreciendo nuestro sacrificio, nuestro sufrimiento, nuestras oraciones, nuestros pequeños ayunos. Acordaos de que la Virgen nos dijo que con la oración y el ayuno incluso las guerras se pueden alejar. Todas las obras del Señor las experimentamos en las cosas pequeñas y en las grandes y Él quiere que nosotros seamos sus colaboradores y aquí estamos. Medjugorje no es solo un lugar geográfico, sino un lugar en el corazón que cuando se vuelve a casa se vive con más fe y se da testimonio ya sea en el lugar de trabajo, en la misma familia leyendo las Sagradas Escrituras juntos, leyendo la vida de los santos que son un ejemplo para nosotros. También hay muchas personas que no serán proclamadas santas, pero que han vivido santamente y también son un ejemplo de vida para nosotros. Esto es lo que os deseo a todos vosotros: que podáis vivir santamente, con alegría y con serenidad en el corazón. Dios nos ama y nos ha mandado a Su Madre para decirnos que no estamos solos. Además, la Virgen cuenta con nuestra colaboración y por eso nos agradece que respondamos a su llamada.
Livio: Gracias Marija por tus bellas palabras y ahora terminamos con la oración.