Medjugorje – Virgen de Medjugorje

Comentario del Mensaje del día 25 de Marzo de 1998

Saludo a todos los que leerán estos pensamientos sobre el mensaje de marzo de 1988. Antes de intentar decir cualquier cosa al respecto, refirámonos primero al mensaje del mes pasado y recordemos lo que María nos dijo al principio de la Cuaresma. Una vez más nos confirmó que Ella está con nosotros y esto es siempre de gran importancia para nosotros. No podemos olvidar que es sólo a través de la presencia de María y por ninguna otra cosa que Medjugorje puede ser entendido. Nuestra Señora nos invitó a acercarnos a Ella en la oración y, a fin de ser capaces de entender el amor de Jesús, a acercarnos también a El mediante la reflexión de Sus sufrimientos y Su Muerte. Este fue el mensaje con el que iniciamos la Cuaresma y en él se nos llamaba también a la renuncia y el ayuno. A través de la oración, la renuncia y el ayuno, nuestro corazón debe abrirse al don de la fe y el amor a la Iglesia y a los que nos rodean. Así pues, debemos preguntarnos qué hicimos con este mensaje. ¿Las palabras de María me ayudaron en el camino a la Resurrección? ¿Sus palabras, su bendición y su presencia me ayudaron a decidirme a renunciar a algo o a ayunar más que antes? ¿Este mensaje me ayudó a abrirme más al don de la fe y el amor? Este es el propósito de ese mensaje: ser una ayuda para todos nosotros. Que así sea. Oremos para que esto suceda.

Por el momento, Vicka, Mirjana e Ivanka están en casa, mientras que Jacov y Marija están en Italia con sus familias. Ivan está actualmente en Irlanda y vendrá aquí con su familia para la Pascua. Mirjana recibió su mensaje anual el 18 de marzo. Mucha gente estuvo presente en la aparición. A la 1:00 p.m. todos comenzaron a orar y a la 1:45 María habló a Mirjana de los secretos, bendijo a todos los presentes y dio el siguiente mensaje:

"Queridos hijos, los llamo a ser mi luz a fin de iluminar a todos los que aún viven en tinieblas y llenar sus corazones con la paz de mi Hijo. Gracias por haber respondido a mi llamado."

Este mensaje es en realidad un llamado del Evangelio. Jesús dice de Sí mismo: "Yo soy la luz del mundo", y dijo a Sus apóstoles que fueran luz para los demás. El deseo de María, de que llevemos la luz a los que aún viven en tinieblas, es realmente nuestra tarea principal como lo dice el Evangelio. Por tanto, también por esto debemos orar, esto es, que la luz de la Pascua nos ilumine y que de ese modo lleguemos a ser luz para los demás. Evitemos también cualquier obscuridad y abramos nuestros corazones a la paz, que es Jesús, el Hijo de Dios.

Medjugorje ha comenzado nuevamente a llenarse de gente y muchos peregrinos vinieron para la Fiesta de la Anunciación. A este respecto, basta con decir cómo están las cosas en Medjugorje. El propio 25 de marzo al igual que en los días siguientes, se celebraron Misas en 13 idiomas. Participaron varios miles de peregrinos particularmente de Rumania y de varios otros países. Esperamos que María invite aún a más gente y que muchos más vengan a recibir las gracias que abundan aquí. Este es el segundo mensaje del tiempo de Cuaresma y en él…

TAMBIEN HOY LOS LLAMO AL AYUNO Y LA RENUNCIA

Esta es también una razón para que de nuevo pensemos un poco en el ayuno. El ayuno es un mensaje bíblico, porque todos los profetas ayunaron y llamaron a los demás a la fe, la oración y el ayuno para que pudiera venir la paz. Jesús mismo ayunó y con toda seguridad María también. El ayuno ha estado siempre presente en la Iglesia y todos los Santos tuvieron experiencias profundas con el ayuno. Este ha sido asociado siempre con la Eucaristía y la Iglesia tenía como regla que desde la media noche del día anterior hasta el momento de recibir la Sagrada Comunión no debía comerse nada, ni siquiera una gota de agua. Después esto se redujo a tres horas y finalmente a una. Tristemente, muchas personas han olvidado hoy incluso esta sola hora de abstinencia. Al llamarnos María a ayunar, lo que significa vivir únicamente a pan y agua, Ella quiere que descubramos especialmente a Jesús en el pan de la Sagrada Eucaristía. El ayuno tiene un importante significado para nuestro cuerpo, para nuestra salud física, para la vida de nuestra alma y particularmente de nuestra mente. El propio Jesús confirió una fuerza especial al ayuno, cuando dijo a los apóstoles que había cierto tipo de espíritus malignos que sólo podían ser arrojados por medio de la oración y el ayuno. Los exorcistas siempre han combinado la oración y el ayuno en su práctica. María nos ha invitado a vivir de pan y agua dos días a la semana — miércoles y viernes. El pan es símbolo de la vida, es el camino a la Eucaristía y Jesús mismo se queda con nosotros en la forma del pan. De este modo entenderemos mejor que también nosotros estamos llamados a tomar el camino del pan a fin de llegar a ser pan para los demás, tal como Jesús es Pan para nosotros. El ayuno y la renuncia son un camino hacia la libertad interior y la apertura de nuestro corazón a todo lo que Dios quiere darnos. Espero verdaderamente que todos tengamos el valor de ayunar y renunciar a cualquier cosa que nos esclavice. María dice…

HIJITOS, RENUNCIEN A LO QUE LES IMPIDE ESTAR CERCA DE JESUS

Esto supone otra cuestión realmente importante para nosotros. En este año del Espíritu Santo debemos decidirnos a orar por esta intención cada día, si no es que constantemente. Sólo a la luz del Espíritu Santo podremos descubrir todo lo que nos impide estar cerca de Jesús y sólo del Espíritu Santo recibiremos la fuerza para liberarnos de lo que nos aparta del Señor y de los demás. Por eso es tan importante orar continuamente para que el anhelo por Jesús permanezca siempre en nuestro corazón. Es una gracia que el Espíritu Santo seguramente nos dará si se la pedimos. Al examinar las cosas más detalladamente, descubrimos que son usualmente las cosas buenas las que nos apartan de Jesús. Por ejemplo, cuando tenemos salud, cuando no tenemos problemas, nos alejamos de Dios y de los demás. Pero cuando tenemos problemas, de nuevo nos acercamos a El y a los demás. Así pues, podemos decir que son a veces las dificultades, el sufrimiento y la cruz lo que nos regresan al camino correcto. Entonces descubrimos también el sentido del sufrimiento y la cruz, pero igualmente hemos de orar para que el sufrimiento no nos aleje aún más de Dios, sino que nos lleve a encontrar el camino de regreso a El. Una cosa es cierta, Jesús hizo todo para estar cerca de nosotros. El haberse hecho hombre el día de la Anunciación es también una prueba de ello. Su nombre es Emmanuel — Dios con nosotros. Y la Eucaristía es el signo final de Su proximidad a nosotros y Su amor. Una vez más, sólo nos queda orar para que nuestro anhelo por Dios y el deseo de estar cerca de El crezcan continuamente. En este mensaje, María repite un tema que es muy importante en cualquier enseñanza — descubrir la voluntad de Dios. Como Madre, vuelve a decir

DE MANERA ESPECIAL LOS INVITO: OREN, YA QUE UNICAMENTE CON LA ORACION PODRAN VENCER SU VOLUNTAD Y DESCUBRIR LA VOLUNTAD DE DIOS

…y aceptarla, pero la condición para ello es nuevamente la oración. Si oramos, encontraremos a Dios…

EN LAS COSAS MAS PEQUEÑAS

Este es el gran tema de la espiritualidad mariana — la voluntad de Dios. La Fiesta de la Anunciación, el día en que Ella nos dio este mensaje, nos ayuda a entender mejor su deseo. María es a menudo llamada la ‘Nueva Eva’ o la ‘Madre de los vivientes’ y esto, no por mera coincidencia. Eva fue la mujer que desobedeció la voluntad de Dios. Ella conocía a Dios pero no Lo siguió. En un momento dado hace lo que le dicta su temperamento y desobedece la voluntad de Dios. Con ello, el hombre –y la humanidad entera– perdió la amistad con Dios; el hombre tuvo miedo de Dios y ya no pudo tolerar el camino de Dios. María es la nueva Eva que, con un poco de temor, pregunta cómo podrá suceder todo eso –llegar a ser la Madre de Dios–. Pero no se trataba de una negativa, sino sólo de pedir una explicación. Así, cuando el Angel le dijo: "… porque para Dios nada es imposible", María respondió: "He aquí la esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra." No dijo que lo hubiera entendido todo, sino que iba a confiar. Ella creyó y con estas palabras, "Hágase tu voluntad," se inició el nuevo camino para el mundo. La conversión de la historia del mundo ocurrió por medio del ‘sí’ de María a la voluntad de Dios. Por tanto, ¿qué otra cosa podría desear María sino que cada uno de nosotros –y esto, de nuevo en este preciso momento– diga: "Hágase tu voluntad." La voluntad de Dios es lo que es bueno para nosotros. Podemos pedir cualquier cosa, pero Jesús mismo nos enseñó la Oración del Señor, a fin de que nuestro corazón diga también: "Hágase tu voluntad". Dios tiene planes para nosotros y quiere que nosotros colaboremos con El; pero a menudo nos apartamos de El por el miedo y la desconfianza y de ello simplemente debemos liberarnos. Nuestra voluntad debe cooperar con la voluntad de Dios y estamos, por así decirlo, obligados a buscar primero la voluntad de Dios y a aceptarla. Corremos siempre el peligro de distanciarnos de Dios cuando queremos seguir nuestra propia voluntad. Esto sucede porque nuestro entendimiento, nuestra libertad y nuestras habilidades son muy limitadas y por eso, fácilmente nos equivocamos en nuestras decisiones. De ahí que el camino más seguro para cooperar con la voluntad de Dios sea el buscarla siempre y aceptarla siempre, aún en las cosas más pequeñas. En general, podemos decir que todos conocemos por supuesto cuál es Su voluntad, porque ésta es que nuestro amor, nuestra fe, nuestra esperanza y confianza en El crezcan siempre más. Así seremos capaces de edificar una nueva relación con nosotros mismos, con Dios y con los que nos rodean. Debemos cuidar que nuestras oraciones no se conviertan todas en una lucha contra la voluntad de Dios o que a través de la oración tratemos de cambiar Su voluntad, porque es Dios quien espera que la nuestra cambie. Una vez me contaron que alguien había estado orando por algo durante muchísimo tiempo y nada sucedía, así que le dijo a Dios: "¿Señor, no sería bonito que aunque fuera por una sola vez Tú cooperaras con mi voluntad?" Debemos tener cuidado también cuando decimos que algo es "voluntad de Dios" y particularmente en lo que concierne al sufrimiento. La voluntad de Dios es sólo lo que es bueno para nosotros y aún cuando padezcamos o experimentemos inocentemente un sufrimiento o que no tenga explicación, tal como el de los niños u otros inocentes, aún entonces podemos esperar y creer que todo será para bien y que incluso allí hay una razón para ello. Esto, también cuando nunca lleguemos a descubrirla. A causa de la desconfianza en tantos corazones, existe hoy tanto miedo, depresión, falta de voluntad o la voluntad de destruirse uno mismo e incluso destruir a los demás. En cierto modo podemos decir que Dios merece nuestra confianza. El es un Dios bueno y Su voluntad es que vivamos en paz. Seguramente, pues, que todos pediremos a María que nos alcance la paz, que nos ayude a descubrir la voluntad de Dios, que seamos protegidos de nuestra propia voluntad. Y es que todos sabemos que a menudo sucede que nuestra propia voluntad nos lleva de la paz a la angustia, de la luz a la oscuridad, del amor al odio y de la vida y a la muerte. Debemos, por tanto, a la luz de Dios y con Su fuerza, vencer nuestra voluntad y someternos a la voluntad de Dios. Si nos empeñamos en ello, haremos igualmente lo que dice María en el siguiente renglón.

CON SU VIDA COTIDIANA … SERAN UN EJEMPLO Y DARAN TESTIMONIO DE QUE VIVEN PARA JESUS O EN CONTRA DE EL Y SU VOLUNTAD

Nuestra vida, las palabras que decimos, nuestras acciones y el resto de nuestra existencia serán un testimonio a favor de Jesús. Pero si no actuamos de este modo, estaremos actuando en contra de El y Su voluntad. Así pues, nada de lo que hagamos o digamos puede ser indiferente o sin un propósito o resultado. O bien es con y a favor de Jesús o en contra de El y Su voluntad. Después María nos invita…

DESEO QUE LLEGUEN A SER APOSTOLES DEL AMOR

Ciertamente, ésta es la tarea más hermosa que María podría darnos y además en el nombre de Jesús. Pero para llegar a ser apóstoles del amor, debemos tener amor en nuestro corazón. Así que una de las primeras intenciones por la que debemos orar es "Pon amor en mi corazón", porque Dios no puede pedir de nosotros algo que no nos haya dado primero. En alemán esto se expresa muy bien cuando se dice: "Lo que se da es el fundamento puro de lo que se espera". Y es que nadie de nosotros puede recibir una tarea para la cual no se le ha dado primero aquello que necesita para comenzarla. Dios que es Amor quiere darnos Su amor para que seamos Sus apóstoles del amor. Hay por supuesto muchas tareas específicas que podemos hacer, tal como puramente reconocer a Jesús en los enfermos y los dolientes y encontrarlo a El en ellos con amor. Todas las palabras de amor simplemente se quedan vacías si no son confirmadas en la vida práctica. Este amor se demuestra en cada encuentro, en cada palabra, en cada mirada y en cada acto. O cada palabra y cada acto darán testimonio de que no tenemos amor en nosotros. No se trata de juzgar cuando digo que todos estamos muy lejos de este amor y por eso somos incapaces de ser apóstoles del amor. Pero aún así esperamos llegar a crecer en el amor. Aún más, estamos seguros de que podremos lograrlo. Dios quiere darnos este amor, porque El ya nos ha dado todo y no preservó ni siquiera a Su Hijo unigénito, sino que Lo dio a nosotros. El nos lo dará todo, pero aún así debemos pedirlo y también rechazar por nuestra parte todo lo que no sea fruto del amor. Justamente el llamado de renunciar a todo lo que nos impide estar cerca de Jesús y por tanto, más cerca del amor, encuentra aquí su validez. En el último renglón del mensaje María nos dice…

POR SU AMOR … SE RECONOCERA QUE SON MIOS

Por nuestro amor mostraremos a quién pertenecemos y el amor es el testimonio y el primer rasgo del cristiano. Muchas veces suena bastante extraño que nos llamemos cristianos, cuando de hecho estamos bastante lejos de amar verdaderamente. Se cuenta de la Madre Teresa algo que puede ser una inspiración para todos nosotros. Una vez, mientras cuidaba a un enfermo muy grave, éste le preguntó: "¿Tiene todavía a su madre?" "Sí", le respondió ella. "¿Por qué la abandonó para estar conmigo?", le volvió a preguntar. Y la Madre Teresa le contestó: "Te lo diré más tarde." Sabemos lo que ella le dijo y fue que amaba a Jesús y por eso amaba a todos y muy particularmente a los pobres y los enfermos. Así pues, con este mensaje tenemos una palabra materna que nos acompañe en la Fiesta de la Anunciación. Con gratitud por estas palabras,

Ahora Queremos Orar…

Dios, Padre nuestro, Te damos gracias por hablarnos en este tiempo a través de María. Te pedimos el don del ayuno y la renuncia y que nos liberes de todo lo que nos impide estar cerca de Jesús, Tu Hijo, el Emmanuel. Libéranos de toda soberbia y egoísmo y de cualquier miedo o desconfianza. Danos un profundo anhelo por Su cercanía y a través de El, por la cercanía a Ti, oh Padre. Danos el espíritu de oración y a través de Tu Espíritu revélanos Tu voluntad para nosotros. Ayúdanos a vencer nuestra propia voluntad y que nunca más Tu voluntad nos distancie de Ti. Danos la fortaleza para que, a través de nuestra vida, lleguemos a ser apóstoles del amor. Perdónanos por todo lo que no es amor en nosotros. Te pedimos a nombre de todos los bautizados y de todos los que se llaman cristianos que podamos decidirnos por el amor y la paz. Te rogamos que nuestros corazones se abran a la resurrección que Tú, oh Jesús, nos ofreces por medio de Tu Resurrección. María, contigo le pedimos al Señor que nos bendiga a todos, a todos los peregrinos y al mundo entero, a fin de que este año del Espíritu Santo seamos iluminados y que por T u intercesión encontremos el camino al Señor. Por Cristo Nuestro Señor, ¡una feliz Pascua de Resurrección! Amén.

Fra. Slavko, Medjugorje,
Medjugorje, Marzo 27 de 1998

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