Medjugorje – Virgen de Medjugorje

Comentario del Mensaje del 25 de Julio de 2002

Hoy también la Virgen nos habla de que está presente con nosotros en la festividad de Santiago Apóstol, protector de los peregrinos y de la parroquia de Medjugorje, que eligió a fin de que a través de esta parroquia, y por su intercesión ante Dios, pudiera obtener tantas gracias. No es casualidad que Santiago Apóstol fuera elegido como patrono de esta parroquia, como no lo es también – como lo dice la Virgen en un mensaje – que los parroquianos en 1933, hayan levantado una Cruz en el monte Krizevac en Medjugorje, con ocasión del aniversario 1900 de la muerte de Cristo. No pudieron imaginar que iban a peregrinar tanto a esa Cruz, que tantas gracias iban a ser derramadas precisamente en ese lugar. Dios tienen sus planes maravillosos que para nosotros son a veces incomprensibles, pero Su mano es segura. Los parroquianos levantaron con amor esta cruz y Dios siempre da mucho más de lo que nosotros podemos retribuir o dar a El.

Con este mensaje la Madre María nos confirma que está con nosotros, no solamente Ella, sino que también Santiago Apóstol y todo el cielo. Nos habla también del vínculo existente entre la Iglesia militante, que somos nosotros, y la Iglesia triunfante, que son aquellos que glorifican sin cesar a Dios. Esta verdad nos la dice el Catecismo de la Iglesia Católica: “Por el hecho de que los del cielo están más íntimamente unidos con Cristo, consolidan más firmemente a toda la Iglesia en la santidad… no dejan de interceder por nosotros ante el Padre. Presentan por medio del único Mediador entre Dios y los hombres, Cristo Jesús, los méritos que adquirieron en la tierra… Su solicitud fraterna ayuda, pues, mucho a nuestra debilidad” (LG 49) (Catecismo, 956).

“Contemplan a Dios, lo alaban y no dejan de cuidar de aquellos que han quedado en la tierra. U intercesión es el más alto servicio al plan de Dios. Podemos y debemos rogarles que intercedan por nosotros y por el mundo entero.” (Catecismo, 2683). Santa Teresita del Niño Jesús decía: “Pasaré mi cielo haciendo el bien en la tierra”.

Gracias al hecho de que existen santos y protectores que tienen amistad con Dios y aman al hombre, nuestra vida y esta tierra tienen sentido y no es maldita. Por el hecho de que aman al hombre, ellos necesitan enormemente a Dios, y de esa forma llegan a ser santos. Pedimos a los santos que nos ayuden, a fin de que de Dios obtengan lo que nosotros solos no somos capaces de conseguir, a fin de que nos protejan y conduzcan a Dios. Ellos nos cuidan, protegen, liberan y curan, interceden por nosotros y siempre están de parte nuestra. Solamente ellos conocen el sentido y el camino en la vida, saben cómo vivir. Los santos y los protectores nos llaman a ser buenos unos con otros, a reconciliarnos y a perdonarnos. Santo se puede llegar a ser cuando deseamos con todo el corazón convertirnos en amigos de Dios. Cuando tomamos en serio las palabras de Jesús, los Mandamientos de Dios. Se llega a serlo cuando por medio de la oración empezamos a conversar con Dios a fin de que El pueda entrar en nuestra vida y cambiarla, de la forma que nos enseña la Madre María durante tantos años.

El programa de nuestra vida es la santidad. Solamente los santos han sido gente normal y sana porque tenían amistad con Dios, la fuente de la vida.

María nos invita de nuevo al camino de la oración que conduce a la alegría, a Dios, la fuente del gozo. La Madre pone en nuestras manos ese poderoso medio. Todas sus apariciones aquí en Medjugorje, todas sus palabras y mensajes son medios que conducen al objetivo, a Dios. Las apariciones de la Virgen en este lugar no son la meta, más bien el medio y el llamado. ¿Por qué no tomar todo lo que Dios nos quiere dar a través de Su Madre? Obedezcamos a su llamado que proviene de un corazón que ama y en el cual cada hombre tiene su lugar.

Fr. Ljubo Kurtovic
Medjugorje 26.07.2002

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