MENSAJE DE LA VIRGEN MARÍA REINA DE LA PAZ DEL 25 DE AGOSTO DE 2014 EN MEDJUGORJE Y REFLEXIÓN DEL P. FRANCISCO ÁNGEL VERAR HERNÁNDEZ
“Queridos hijos, oren por mis intenciones, porque Satanás quiere destruir mi plan que tengo aquí y robarles la paz. Por eso, hijitos, oren, oren, oren para que Dios, a través de cada uno de ustedes, pueda actuar. Que sus corazones estén abiertos a la voluntad de Dios. Yo los amo y los bendigo con mi bendición maternal. ¡Gracias por haber respondido a mi llamado!”
El mes de agosto se ha caracterizado en Medjugorje por una marea de peregrinos, entre ellas: la del 2 de agosto, en ocasión de la aparición por medio de Mirjana en la Cruz Azul. También en ocasión del XXV Festival de Oración Juvenil donde asistieron más de 50.000 jóvenes de todas partes de mundo y más de 550 sacerdotes. Significativa además, la celebración del 5 de agosto (memoria del nacimiento de María en Medjugorje) y del 15, Su Asunción a los Cielos. También se desarrollaron tres retiros en español en la Casa de Espiritualidad Magníficat predicados por este servidor y la participación de Marija Pavlovic Lunetti, en tres modalidades: para jóvenes, para todos los interesados y para matrimonios. En cada retiro hubo participantes de varios países de América y de España. La experiencia fue muy significativa y esperamos repetirla el próximo año en las mismas fechas: del 6 al 16 de agosto de 2015.
Hasta el 15 de agosto todos los videntes estaban en Medjugorje, después Iván partió hacia Italia para desarrollar varios encuentros de oración en varias localidades: Vicenza (Véneto), Salvaterra, (Reggio Emilia) y Mestrino (Padua). En cada uno de estos encuentros asistieron numerosos fieles, y en cada uno Iván tuvo la aparición de la Virgen con mensajes para los asistentes. Al final de este mes, el 29, Marija tendrá un encuentro similar en Lignano Sabbiadoro, Udine (Italia), y Vicka en Macerata, Italia, el 31 de agosto. Estos tres videntes siguen teniendo la aparición diaria, mientras que Ivanka, Jakov y Mirjana una vez al año. Mirjana, como se ha dicho, tiene además la aparición temporal el 2 de cada mes en Medjugorje, para orar con los peregrinos “por quienes no experimentan el amor de Dios en sus corazones”.
1. Urgente llamada a orar por las intenciones de la Virgen.
El mensaje de este 25 tiene la peculiaridad de ser una urgente llamada de la Virgen para que sus hijos oren por sus intenciones. María ha dicho: “Queridos hijos, oren por mis intenciones, porque Satanás quiere destruir mi plan que tengo aquí y robarles la paz.” ¿A qué plan se refiere la Virgen? A ese especial plan de paz que Dios Padre ha puesto en sus manos para los tiempos que vivimos, y que ahora está siendo amenazado por Satanás, toda vez que él quiere la guerra. Se recuerda que en ocasión de las guerras del Golfo Pérsico y de los Balcanes en 1991, la Virgen utilizó palabras similares a las del mensaje de este mes: “¡Queridos hijos!, hoy como nunca antes los invito a la oración. Que vuestra oración sea oración por la paz. Satanás es fuerte y desea destruir, no sólo la vida humana sino la naturaleza y el planeta en el que viven…”25.1.91 “Queridos hijos!, también hoy los invito a la oración. Ahora, como nunca antes que mi plan ha comenzado a realizarse. Satanás es fuerte y quiere arrasar con mis planes de gozo y de paz, y que ustedes piensen que mi Hijo no es firme en Sus decisiones. Por eso, Yo los invito a todos ustedes, queridos hijos, a orar y a ayunar con una firmeza aún mayor. Yo los invito a una renuncia por nueve días, a fin de que, con la ayuda de ustedes, todo lo que Yo quería que se realizara por medio de los secretos que comenzaron en Fátima pueda cumplirse…” 25.8.91. “Queridos hijos! hoy, de una manera especial, los invito a todos ustedes a la oración y a la renuncia, porque ahora, como nunca antes, Satanás quiere mostrar al mundo su rostro ignominioso con el cual quiere seducir a la mayor cantidad posible de personas y llevarlas por el camino de la muerte y el pecado. Por tanto, queridos hijos, ayuden a mi Corazón Inmaculado a triunfar en este mundo tan pecador…”. 25.9.91
Entonces, es probable, que ahora nos encontremos en una situación similar a la de las guerras de los Balcanes y la del Gofo Pérsico. Recuérdese que el plan de María es ante todo un plan de paz que depende, en gran medida, de la respuesta de sus “queridos hijos”. El plan de María no ha fracaso, se acota, porque siempre hay esperanza en la respuesta de los fieles, sin embargo, ahora mismo está siendo amenazado y de esto debemos tomar conciencia, y en lugar de dejarnos llevar por la curiosidad de cómo se van a desarrollar los acontecimientos presentes, más bien hay que responder como la Madre lo espera, y hacer de la oración nuestra vida. Para eso se recomiendan estos tres pasos.
a. Abrirle el corazón a la Virgen.
Si María en realidad es nuestra Madre, la respuesta que Ella espera debe ser sencilla. Por eso lo primero es aceptar a María como Madre, Maestra y Mensajera Celestial frente a los tiempos que vivimos. Cuando se ama a una persona, en realidad, es difícil no atender una petición que venga de esa persona amada. El problema que muchos no responden a lo que la Virgen pide, puede comenzar en la falta de amor hacia Ella, el cual se puede esperar de los ateos, de los agnósticos, de los musulmanes, protestantes… pero no de un católico. Sin embargo, es probable, que muchos católicos no amen a la Virgen como merece ser amada y por lo tanto no se responda a su invitación. El Papa Francisco cada vez que sale de Roma hacia el exterior, o bien, cuando regresa de sus viajes, se dirige en peregrinación a la Basílica de Santa María la Mayor, como un peregrino más, y le coloca un ramo de flores a una imagen Suya. Ese gesto significa que María está en su corazón, que la ama, que cuenta con Ella en todo. Y ese ejemplo es digno de imitar. Como católicos hay que abrirle el corazón a la Virgen, de lo contrario no se le obedece, se pueden sentir sus palabras como un peso, y no como una petición de amor de alguien que ama y que espera ser amada del mismo modo.
b. Ponerse en paz con Dios y el prójimo para orar con el corazón.
En la primera semana de las apariciones de Medjugorje, la Virgen habló de la paz y de la oración con el corazón. Y dijo: “para poder orar con el corazón por la paz, primero hay que perdonar y pedir perdón”. Es decir: “reconciliarse con Dios y con sus hermanos”, porque de lo contrario, la oración sería ineficaz. Todos queremos paz y queremos que la paz sea un hecho también en los países donde ahora hay guerras, pero si no comenzamos por sacar las guerras de la enemistad, de la incredulidad, del propio corazón nuestras oraciones no serán eficaces. Por eso lo primero es la reconciliación, hacer —como dicen los psicólogos—, un inventario de nuestras emociones para descubrir cómo estamos por dentro: si podemos ayudar o no al mundo, si podemos ayudar o no a los demás cristianos que ahora sufren persecución, si podemos ayudar o no a la Virgen. Por eso lo ideal es hacer el examen de conciencia, evaluar la situación interior y luego ir al confesionario para pedir perdón y de esta manera, tener el corazón preparado para orar con el corazón. Luego, pedir perdón el hermano y perdonar a quien te haya podido ofender. Sin este paso no se puede orar con el corazón, las oraciones no son eficaces.
c. Orar incesantemente con las formas y recursos recomendados por la Iglesia.
La oración que la Virgen pide para este mes es una oración continua, por lo que ha dicho: “oren, oren, oren”. Esta frase repetitiva que María ha utilizado muchas veces significa: tener vida de oración continua, permanente. Y hacerla con los recursos que conocemos: el rezo diario del santo rosario con el corazón, rezarlo varias veces al día por la paz, por las intenciones del Virgen; y para quienes rezan la Liturgia de las Horas, incluir en las preces de cada día la oración por la paz y por las intenciones de la Madre. Además, hay que visitar el Santísimo Sacramento para pedirle que se realice el plan de María y que se nos regale el don de la paz del mundo. También sería recomendable —como ha pedido la Virgen— formar grupos de oración por la paz, es decir, reunirse en familia y con los amigos para hacer verdaderos oasis de paz mientras se implora el don de la paz mundial, para que se realicen los planes de la Virgen. También se deben ofrecer Eucaristías por la misma intención como hacer jaculatorias y rezar varias veces al día la coronilla de la Divina Misericordia. Todo esto acompañado de los pequeños sacrificios diarios y de los ayunos a pan y agua los miércoles y viernes de cada semana. Pienso, sin embargo, que lo más importante es tomar conciencia de la situación y no defraudar a la Madre en la llamada urgente que nos hace.
2. El corazón abierto a la voluntad de Dios.
Cuando se toma la oración con seriedad, ella misma educa la afectividad del ser humano y por ende, se aprende a vivir en la voluntad de Dios; es entonces cuando nos podemos transformar en auténticos instrumentos de paz, de amor, de alegría, de esperanza. Quizá el mayor pecado de hoy consista en que el ser humano ha desplazado a Dios de su vida, del centro de su corazón y en su lugar, colocar sus intereses egoístas; y por eso tenemos los problemas que tenemos y en todas las dimensiones: en la individual, familiar, social, política, eclesial… Obsérvese que Dios no creó el ser humano para que se olvidara de Él y construyera un mundo donde Él no tiene cabida, sino para que vivir junto a Él y con Él transformar el mundo. Pero, el hombre ve a Dios hoy como un enemigo, alguien que se opone a su felicidad, a su libertad, a sus intereses. No ve a Dios como Alquien que debe amar en primer lugar, como su Amigo, que quiere ante todo su felicidad y que esa felicidad viene de Él. Pero esto no se entiende hoy, quizá, por el materialismo, el narcisismo y el pecado, como además, causado por las formas equivocadas que muchos padres educan a sus hijos, cuando no les enseña a orar y ayunar en casa, cuando dan malos ejemplos. Y es por eso que la Madre continúa apareciéndose hoy: para ayudarnos, para hacernos ver en qué estamos fallando. En efecto, Ella nos dice… “Queridos hijos, si siguen así se autodestruirán. Si me escuchan a mí se salvarán.” Cómo tantas veces lo mencionó al inicio de las apariciones. Entonces, esa salvación que la Virgen habla consiste ante todo, en estar abierto a la voluntad de Dios y no poner la voluntad personal por encima de la Suya. Un ejemplo de ello es la situación en la que nos encontramos. Si María dice: “Oren, oren, oren por mis proyectos, oren por la paz…” y no encuentras el tiempo para orar, no te interesa hacerlo, puede ser un signo que no estás abierto a la voluntad de Dios, que no puedes cooperar con Él. A diario, a nosotros los sacerdotes, nos vienen personas pidiéndonos oraciones frente a las necesidades que puedan tener. Y es correcto escucharles y orar por esas intenciones, toda vez que es parte de nuestro ministerio orar por la gente. También los laicos oran unos por otros por sus necesidades. Pero cuando la Virgen es quien nos pide orar ¿cuál es nuestra respuesta? Debería ser más entregada, más profunda. Pero muchas veces es lo contrario. Entonces, hay que dejar de pensar un poco en nuestras necesidades y pensar más en las de la Virgen, en las de Dios. Y en la medida que respondamos a lo que para Dios es más urgente, seguramente la Madre y Dios mismo nos ayudarán más en las nuestras. Esto significa abrirse a la voluntad de Dios, es decir, poner sus intereses en primer lugar. Por eso la conversión es la clave de todo. La gente que no se convierte no responde a las llamadas de la Virgen; quienes toman la conversión en serio responden.
Hace un par de años cuando descendía del Monte de la Cruz en Medjugorje, me encontré a un grupo de coreanos que subían de rodillas el Monte; alto 530 metros sobre el nivel del mar. Los encontré cuando estaban llegando a la cima. Les costó a algunos más de 10 horas subir de rodillas todo el Monte. Varios tenían sangre en sus rodillas. Era un grupo de unas 24 personas; a la cabeza iba un sacerdote. La mayoría eran mujeres. Cuando les pregunté del porqué hacían este sacrificio tan grande, me respondieron varios: “por la paz en Corea”. Esto es un ejemplo de lo que significa: abrirse a la voluntad de Dios; ellos habían dejado sus intereses personales para ayudar a sus hermanos. Para Dios el sacrificio de ese grupo de coreanos, seguramente, tenía más valor que muchas negociaciones de paz. Ellos habían viajado desde muy lejos, y ahorrado mucho, para llegar hasta Medjugorje y orar y sacrificarse por la paz en su país. En estos momentos la Madre nos pide que hagamos algo en concreto por los demás. Nos ha dicho: “queridos hijos: oren, oren, oren, por mis proyectos de paz porque Satanás los quiere destruir”. Por lo tanto, seamos generosos con María y pongamos la oración en primer lugar.
3. Comentario al mensaje de Marija Pavlovic.
El día 25 de agosto, después de la aparición en Medjugorje, la vidente Marija Pavlovic fue entrevistada en directo por el P. Livio director de Radio María Italia. He aquí el desarrollo de la entrevista.
P. Livio: Según este mensaje, al parecer, la Virgen está muy preocupada por la paz del mundo.
Marija: Si, la Virgen pide orar por sus intenciones porque Satanás quiere destruir no solamente los proyectos de Dios sino también la paz, quiere robar la paz a cada uno de nosotros. Satanás es propiamente aquello que quiere destruir, mientras que la Virgen quiere construir, quiere darnos la paz por medio de su Hijo que es la verdadera paz.
P. Livio: Según tú, ¿la Virgen hace referencia a la paz de nuestros corazones, a la paz de las familias o también a la paz del mundo, en vista que hay varios conflictos?
Marija: Cuando la Virgen dice: “oren por mis intenciones”, seguramente tiene un proyecto especial: no quiere asustarnos, pero quiere decirnos que nos ama y Ella sabe bien que Satanás quiere destruirnos a nosotros y el mismo planeta donde vivimos (cfr. mensaje 25.1.91). Miremos las cosas que están sucediendo en Irak, en Siria, en Ucrania, en África y en otras partes del mundo donde hay guerra…
P. Livio: ¿Nosotros podemos ser en el mundo instrumentos de paz, portadores y trabajadores de la paz?
Marija: Sí, en efecto, dice: “Oren, oren, oren para que Dios pueda trabajar por medio de cada uno de ustedes”. Debemos hacernos instrumentos de la paz, como dice san Francisco. Así cumplimos la voluntad de Dios. Por esto dice: “Que sus corazones estén abiertos a la voluntad de Dios”. Si nos abrimos a la voluntad de Dios, también en los momentos difíciles de nuestra vida, podemos ser aquellas “manos extendidas de la Virgen”, y llevar con Ella paz, amor, alegría.
P. Livio: Los primeros años la Virgen les pedía de manera urgente la oración y el ayuno por la paz. Ustedes no pensaban que la guerra habría podido llegar, exactamente allí donde vivían.
Marija: Es verdad. Gracias a Dios, Medjugorje no fue tocada por la guerra, pero llegó muy cerca y hemos sentido la maldad de la guerra. Juan Pablo II decía: “¡Nunca más la guerra!”. Porque la guerra no significa sólo destrucción, hambre, sed, divisiones, odio… sino que la guerra es una cosa diabólica. “¡Satanás quiere la guerra!” (Cf. Mensaje del 25.3.93). También nosotros queremos gritar con Ella, que es la Reina de la Paz: “¡nunca más la guerra!” “¡Que sea la paz en todo el mundo!” Debemos orar y ofrecer nuestras oraciones, y nuestros pequeños sacrificios, y nuestros ayunos. La Virgen ha dicho que “con la oración y el ayuno también las guerras se pueden alejar”. También en la Sagrada Escritura podemos leer que ciertos espíritus malignos se pueden alejar sólo con la oración y el ayuno. La Virgen aquí en Medjugorje nos pide redescubrir el ayuno y creer en estas palabras que Ella dice. El ayuno hace bien porque nos refuerza en la fe, en el carácter; para que nosotros nos hagamos aquel: “Sí, sí; no, no”, como dice Jesús… Yo creo profundamente que la Virgen cuenta con nosotros y dice: ustedes pídanle al Señor, llamen a la puerta del Señor con la oración, con el ayuno, con las renuncias y Él les responderá, les dirá que sí.
P. Livio: Diremos a los radioescuchas de esta noche, que tomen en la mano la corona del rosario y personalmente, en familia y en las parroquias, comencemos verdaderamente a hacer una cruzada por la paz.
Marija: Sí, confiemos en Ella y, que a través de su Corazón Inmaculado, [también] en Jesús: pidamos este don de la paz.
P. Livio: El 17 de agosto Iván en Italia, en Vicenza, ha recibido un mensaje con esta frase: “oren por mi amadísimo santo Padre, por su misión de paz…”
Marija: Sí, el Papa Francisco es el hombre de la verdad, sencillo y valiente, es un hombre de Dios que cree en el poder de la oración. Y nosotros junto a Él, con la Virgen, con todos los Santos, los Ángeles, con todo el Cielo, pidamos esta gracia.
Al final, Marija ha rezado el “Magníficat” y el “Gloria” y el P. Livio concluyó con la bendición.
Fuente: http://www.radiomaria.it/la-veggente-marija-pavlovic-lunetti-a-radio-maria.aspx