Medjugorje – Virgen de Medjugorje

Entrevista a Marija por P. Livio

P. Livio: Queridos oyentes, ahora tenemos a Marija de Medjugorje en directo que nos dará el mensaje de la Reina de la Paz de hoy, 25 de abril 2020.

P. Livio: ¡Hola Marija!

Marija: ¡Hola padre Livio! Un saludo a todos los oyentes de Radio María. Estamos en tiempo de Pascua y hemos recibido este mensaje tan bello de parte de la Virgen:

“¡Queridos hijos! Que este tiempo sea para vosotros una exhortación a la conversión personal. Hijos míos, orad en soledad al Espíritu Santo para que os fortalezca en la fe y en la confianza en Dios, con el fin de que podáis ser testigos dignos del amor que Dios os regala a través de mi presencia. Hijos míos, no permitáis que las pruebas endurezcan vuestro corazón y que la oración sea como un desierto. Sed un reflejo del amor de Dios y testimoniad con vuestras vidas a Jesús Resucitado. Estoy con vosotros y os amo a todos con mi amor maternal. ¡Gracias por haber respondido a mi llamada!”

P. Livio: En primer lugar, dime Marija, ¿Cómo estaba hoy la Virgen?

Marija: Como siempre. La Virgen está tranquila, en cambio nosotros estamos angustiados por este virus que no nos deja en paz. No tenemos libertad. Estamos todos recluidos en nuestras casas. Todos estamos muy preocupados por el futuro, mientras que la Virgen nos sigue invitando a la conversión, sobre todo a la conversión personal. Yo creo que este es un momento de gracia, ya que hemos hecho una Cuaresma como nunca la habíamos hecho en nuestra vida, tan intensa en la oración. Ahora, hasta casi Pentecostés, tenemos la oportunidad de intensificar ese trabajo personal para nuestra conversión. Por un lado, la vida nos arrastra, y por otro, la Virgen nos llama a la vida espiritual. Siento que para mí es un gran don poder seguir transmitiendo los mensajes de la Virgen que Ella empezó a dar para la parroquia de Medjugorje los jueves para guiarla, y después empezó a darlos el 25 de cada mes. Tantas veces me pregunto si soy digna de ser la portadora de esos mensajes. Tantas veces, leyendo los mensajes, me viene la crisis y me digo: “Las palabras son esas, pero la espiritualidad que veo que irradia del corazón, de los ojos, de las palabras de la Virgen, es diferente”. Yo quisiera poder ser ese reflejo de la Virgen para todas las personas que encuentro. Pero, a pesar de todo, debemos ser conscientes de que la Virgen nos ama.

P. Livio: Cierto. Esta es una gran consolación.

P. Livio: Marija, ¿Porque la Virgen ha querido subrayar el adjetivo “personal”? ¿Por qué la conversión personal? ¿Quizá porque ahora estamos todos viviendo un poco apartados y podemos interiorizar más la oración y hacer una revisión de nuestra vida?

Marija: No lo sé padre Livio. Puede que sea así para ti que estás un poco más recluido, pero yo, no lo estoy tanto ya que somos seis en casa y para estar solos, debemos encerrarnos en el baño o intentar apartarnos en algún rincón. Yo muchas veces pienso que quedarse apartado significa ese momento de encuentro entre Dios y yo. Esto es a lo que la Virgen nos llama. Me acuerdo que, en los primeros tiempos de las apariciones, cuando decíamos a la Virgen que queríamos seguir sus mensajes, esa vida apartada, consistía a menudo en quedarse un rato a solas detrás de un matorral donde no nos vieran los peregrinos por la mañana y por la noche. En estos días estoy recibiendo del marido de Vicka, Mario, que cada mañana va a la colina de las apariciones, mensajes y vídeos de donde se encuentra la estatua de la Virgen que cada día tiene flores nuevas a su alrededor. Es decir, que a pesar del coronavirus, la gente de Medjugorje y sus alrededores sigue yendo a la colina a rezar. Nosotros no podemos ir a la colina, pero sí podemos en nuestra casa, en nuestra habitación, encontrar ese momento de oración, al mediodía, por ejemplo, podemos recitar la Coronilla de la Misericordia. Por la mañana pronto, cuando los demás todavía no se han levantado, o bien por la noche podemos encontrar ese momento de oración en ese rincón de la casa en el que, como dijo la Virgen, deberíamos tener un pequeño altar con la Sagrada Escritura en el que también podemos añadir otros santos según su fiesta. En estos días, en mi casa teníamos la imagen del Jesús de la Misericordia en todas las habitaciones. Yo también tengo al padre Slavko mi protector. Debemos enseñar a nuestros hijos que hay mucho que aprender de los santos. Nos puede parecer de fanáticos, pero yo encuentro que es muy bonito ver esa unión entre el Cielo y la Tierra. Así con esta unión, a pesar de nuestra lucha por este virus, por el trabajo, por todas las dificultades, la Virgen nos dice que debemos tener confianza en Dios y rezar mucho. Esta tarde, este mensaje, es como un soplo de frescura de Dios. Para mí, después del último mensaje, el de hoy me da alegría. No sé qué impresión habrás tenido tú padre Livio, pero a mí, cuando lo escuchaba, me latía el corazón más fuerte porque me daba esperanza. Dios está con nosotros. La Virgen está con nosotros. El Espíritu Santo es el que guía nuestra vida.

P. Livio: Digamos que la Virgen nos invita, con la guía del Espíritu Santo, a vivir intensamente la oración íntima del tiempo pascual hasta Pentecostés.

Marija: Sí, es muy bonito. Yo, a menudo, cuando doy testimonio, digo: “Ay del hombre que confía en el hombre”. En estos tiempos, nosotros confiamos en los médicos, en los consejos que nos dan, en lo que leemos, pero confiamos poco en Dios. Hoy hablaba con un amigo que me decía: “Nosotros rezamos, creemos y hemos visto tantas veces que, rezando, la gente se cura”. Es decir, que el poder y la fuerza de la oración y también la confianza tienen efecto. Se siente este efecto en nuestra vida, en nuestra conversión y nos damos cuenta que nuestra vida es un don, un regalo de Dios del que debemos estar orgullosos. En estos momentos, nosotros no podemos hacer mucho, lo hacen los médicos y todo el personal sanitario. A veces nos cuesta esta situación por no poder hacer más, por no podernos sentir “los héroes”, pero podemos ser héroes con nuestra oración, con nuestro cariño y nuestro testimonio, sobre todo con el testimonio. Yo creo que hoy la Virgen nos ha dado este mensaje diciendo: “Conviértete y así serás el reflejo de Dios en el mundo en que vives”.

P. Livio: Marija, en el mensaje del 18 de Marzo, un mensaje muy intenso, la Virgen decía que en estos momentos de confusión y agitación, tenemos solo una posibilidad y es la de confiar en Dios. Vemos pues, que la Virgen insiste en la confianza. Ella dice que debemos rezar al Espíritu Santo para que nos fortalezca la fe y la confianza. Es decir, nosotros estamos siendo tentados, sobre todo en este periodo, de perder la confianza en Dios y debilitar nuestra fe. Es por esto que debemos rezar al Espíritu Santo para tener una mirada serena hacia el futuro.

Marija: Exactamente. Como nos recuerdan a menudo, también hubo pandemias en el pasado. Recuerdo una experiencia que me impresionó muchísimo. Cada año vamos a Viena en septiembre para un encuentro. El cardenal Schönborn de Viena nos invita para dar testimonio y cada año va un vidente. La primera vez que fui, fue un año misionero en el que se hacia el encuentro en cuatro ciudades europeas y además asistían varias órdenes como los franciscanos, benedictinos, etc. El encuentro tenía lugar fuera de la Catedral, al aire libre. La verdad es que fue una experiencia muy bonita para mí. Estuve alojada en el convento de los frailes franciscanos cerca de la catedral. Una noche, tarde, el prior del convento con una fuerte vocación de Medjugorje y amigo mío, me dijo que me llevaba a un lugar que me iba a sorprender tanto que probablemente no iba a poder dormir esa noche. Me llevó a un lugar donde habían estado sepultadas tantas personas víctimas de la peste llamada “la española”. Junto con los cuerpos habían puesto leña, hojas, después otra vez cuerpos y de nuevo leña, hojas… y así habían construido una especie de museo con unos cristales. Esas personas estaban momificadas y se podían ver bien. El prior me dijo que él iba a ese lugar muy a menudo a lo que yo le dije que no entendía el por qué, visto que era un lugar de horror, de muerte, de sufrimiento… Pero él me contestó que ese era también un lugar de gracia. Me llevó a un rincón donde sepultaban a los muertos y también a los que todavía no habían muerto, unos encima de otros. Allí, un hombre que no había muerto, aparece con un brazo tendido y con el rosario en la mano. Me quedé fuertemente sorprendida, pero de un modo muy positivo. Fíjate que en medio de ese sufrimiento, en medio de otra gente muerta, él que estaba aún vivo, en vez de desesperarse, tendía su rosario y rezaba. ¡Su mano se quedó momificada con el rosario! Ese hombre nos da la señal de la fe. El rosario estaba en el cuarto misterio, en la séptima avemaría. Ese era un hombre mariano y un ejemplo para las generaciones futuras. Es muy bonito, ¿No te parece padre Livio?

P. Livio: Sí Marija, muy bonito. Me has hecho recordar que si voy al hospital, llevaré el rosario yo también.

Marija: Tranquilízate, porque le pedimos a la Virgen una protección muy especial para ti, ya que tú debes luchar en primera línea.

P. Livio: Bueno, ¡me gusta mucho mi profesión!

Marija: Sí, sí, ya lo sé.

P. Livio: Marija, hay una frase de la Virgen que nos pone en guardia por lo que se refiere a las tentaciones. Es decir, que el corazón se nos puede endurecer debido a las largas y duras pruebas y nuestra oración se vuelva árida. ¿Puede ser esta una tentación?

Marija: Seguramente. Puede que sea también el fruto del miedo. Es el fruto de la ausencia de la fe en Dios. Si empezamos a rezar como una máquina, sin confiar en Dios, nos sentiremos como en un desierto sin flores. Me acuerdo que la Virgen nos dijo una vez que deseaba que nos volviéramos no como un desierto árido, sino como un desierto lleno de flores. El Señor nos ha dado la vista para ver tantos colores y el reflejo de estos colores es la ternura de Dios. La Virgen nos está ayudando siempre, también aquí, porque Ella quiere que empecemos a vivir el Paraíso ya aquí en la Tierra. A través del respeto de los unos por los otros, a través de los abrazos, no físicos, pero sí espirituales. Tantas veces, una palabra, un mensaje, una oración pueden hacer tanto. Cuando yo escribo, no digo: Dios te bendiga, digo: Dios te extra bendiga. Esto da alegría y es también reflejo de nuestro amor. Mis amigas me dicen que en los primeros años yo era muy tímida y seria, pero creo que con el tiempo me he vuelto fuerte y valiente en mi testimonio porque he experimentado el amor de Dios. Antes, el comunismo, las torturas… no me interesaban, podía ir a la prisión o morirme, no importaba. Me acuerdo que, incluso una mañana me vestí bien porque pensé que si moría estaría al menos bien arreglada. En cambio, ya ves, ya soy casi vieja y aún sigo aquí. Lo importante es tener la fuerza de Dios en nuestro corazón, ser ese reflejo y dar buen testimonio. La Virgen nos pide precisamente ser reflejo y testimonio de Jesús resucitado. Si tenemos a Jesús resucitado en nuestro corazón, tenemos alegría, somos positivos y miramos el futuro con optimismo. Sabemos que Dios creó el mundo y al final ¿qué es lo que dijo? Dijo que era bueno y se sentía feliz de la creación. Nosotros estamos en medio de la creación y Dios está contento de nosotros y quiere que vayamos con la cabeza bien alta con Jesús resucitado en nuestro corazón.

P. Livio: Marija, Es verdad que en estos tres meses la Virgen, sobre todo al principio, nos reprochaba el hecho de estar llenos de preocupaciones por cosas terrenas, cuando nuestra preocupación debería ser la oración, la conversión, la vida espiritual, la comunión con Dios y el testimonio. Es decir, que Ella nos invita a poner nuestra mirada más alta ¿verdad?

Marija: Sí. No sabes cuántas llamadas he tenido, cuántos amigos y grupos de oración que querían saber si la Virgen había dicho algo sobre esta situación. Y yo les repito que la Virgen nunca ha dicho nada sobre esto. No sabemos cuándo y cómo empezó todo esto y tampoco nos interesa porque nuestro objetivo debe ser el Paraíso y para el resto, Dios proveerá. Cuando confiamos en Dios, cuando esa es nuestra meta, Él no nos abandona porque nos ama y esa alegría no nos la puede quitar ninguna pandemia, ni nada. Se nos dice que debemos salir a los balcones a cantar, pero a nosotros se nos pide hacer mucho más que eso. Debemos llevar a Dios a nuestras familias y a nuestra sociedad donde tanto falta. Me ha dado mucha alegría saber que los médicos en Bérgamo y en la Toscana llevaron la Eucaristía a los enfermos. ¡Esos son médicos valientes! ¡Estos son los que viven la fe en primera línea! Dios nos pone a veces en situaciones en las cuales, a través de nuestros gestos, nuestra forma de vida, incluso la cosa más pequeña puede servir a los demás. La Virgen dice que debemos poner siempre a Dios en el primer lugar.

P. Livio: Este es un mensaje de esperanza aunque yo no sé cuánto durará todo esto, pero en Bosnia, por ejemplo, cuando empezó la guerra, me acuerdo que el mensaje que dio la Virgen el 25 de julio dijo que la duración de esa guerra dependía de nuestras oraciones. Ahora, parece decir que la duración de esta pandemia puede depender de nuestra conversión.

Marija: Quiero decir también otra cosa padre Livio. He oído algunos obispos que quieren consagrar nuestras diócesis como Italia, Austria, Alemania, América etc. Recibo muchos mensajes acerca de esto. Esto es muy bonito, pero primero debemos acordarnos de consagrarnos nosotros. Debemos trabajar más en nosotros para ser reflejo y volvernos todos como pequeñas vírgenes. Tantas veces estamos tristes, amargados y contestamos mal. Así pues, nos toca mirarnos en el espejo y empezar a aprender a sonreír y solo quitando esa amargura de nuestro rostro podremos ser reflejo de Jesús resucitado.

P. Livio: Marija, como siempre has dado un testimonio muy bonito, de alegría y de entusiasmo y esto, obviamente, se contagia.

Marija: Quería decir también que este es el tiempo en que los apóstoles y María se preparaban para la venida del Espíritu Santo. Así, del mismo modo, debemos prepararnos nosotros con la oración. Este es un tiempo de gracia y de conversión para todos nosotros. Acostumbrémonos a recitar oraciones al Espíritu Santo para que como los apóstoles seamos fuertes en la fe y buenos testimonios hasta el final de nuestra vida terrena. Tenemos que dejar nuestra huella de santidad en la tierra. Oremos pues al Espíritu Santo, especialmente en este tiempo.

P. Livio: Debemos recordar también que en mayo, mes de María, es importante rezar el Rosario en familia.

Marija: Cierto. Yo creo que el Rosario no es una oración que se repite hasta que nos dormimos, sino que es la contemplación y meditación de la vida de Jesús. Es la oración a la que estamos llamados a acercarnos a Jesús a través de María. Creo que una persona que reza el Rosario se vuelve más dulce, más bonita, más sensible. El Rosario nos transforma, nos rejuvenece, nos une a María y María nos lleva a Jesús. Con el rezo del Rosario, le estamos regalando rosas perfumadas a la Virgen.

P. Livio: Y si además, como la Virgen nos pide, se rezan los cuatro misterios, es como escuchar toda la sinfonía de la Redención. En ellos se encuentra toda la historia de la salvación, desde la Encarnación hasta la Gloria. Yo creo que al menos, nosotros los sacerdotes, deberíamos recitarlos cada día. Pero ahora Marija creo que debemos detenernos aquí porque esto sería ya otra catequesis.

Marija: Sí padre Livio, unámonos pues en la oración.

 

TRADUCCIÓN: Equipo de la Asociación Amor de Déu

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