Medjugorje – Virgen de Medjugorje

Entrevista a Marija por el P. Livio

P. Livio: Queridos amigos, aquí tenemos en directo a Marija de Medjugorje que nos dará el mensaje de la Virgen de la Paz del día de hoy 25 de abril de 2019.

P. Livio: ¡Buenas tardes Marija!

Marija: ¡Buenas tardes padre Livio! Saludo a todos los oyentes de Radio María. Hoy 25 de abril, como cada 25 de mes, la Virgen nos ha dado el siguiente mensaje:

“¡Queridos hijos! Este es un tiempo de gracia, un tiempo de misericordia para cada uno de vosotros. Hijos míos, no permitid que el viento del odio y del desasosiego reinen en vosotros y a vuestro alrededor. Vosotros, hijos míos, estáis llamados a ser amor y oración. El diablo desea el desasosiego y el desorden, pero vosotros, hijos míos, sed el gozo de Jesús Resucitado que murió y resucitó por cada uno de vosotros. Él ha vencido la muerte para daros la vida, la vida eterna. Por eso, hijos míos, testimoniad y sentiros orgullosos de haber resucitado en Él. ¡Gracias por haber respondido a mi llamada!”

P. Livio: Marija, este es un mensaje muy bonito y rico en detalles para profundizar. El primero, es esta alusión al tiempo de la Misericordia, que es el que ahora vivimos, pero también hace referencia a la fiesta del próximo domingo. San Juan Pablo II quiso que el domingo siguiente a Pascua estuviese dedicado a la Divina Misericordia.

Marija: Cierto. La Virgen, como dice en tantas ocasiones, este es un tiempo de gracia, tiempo de misericordia. Yo creo que este tiempo de misericordia no es solo para nosotros, sino para todos aquellos que viven en el pecado, que viven alejados. La Virgen les invita a aprovechar este tiempo de gracia y de misericordia volviendo a Dios y a sus mandamientos.

P. Livio: Seguidamente, la Virgen hace referencia al viento del odio y del desasosiego, seguramente por lo que se refiere a la situación actual del mundo. Quizá también por estas persecuciones en el día de Pascua con esas bombas que han provocado la muerte de tantos niños, tantos cristianos que celebraban la Pascua.

Marija: Sí, claro. Para nosotros esta Pascua ha sido el culmen de martirio de tantos locos que se han inmolado para matar a tantos inocentes. Por esto hay desasosiego, ya que a muchos les entra el pánico viendo que no hay un lugar seguro. Sucede en aeropuertos, hoteles… ni en las iglesias puedes estar en paz rezando. También la iglesia de Nôtre Dame se ha incendiado, sin saber todavía si ha sido un atentado o un hecho casual. De todas maneras, suceden tantas cosas que nos hacen sentir esa inquietud e incertidumbre. Por este motivo, la Virgen nos dice que nuestra seguridad, nuestra certeza debe estar en Jesús Resucitado.

P. Livio: La Virgen nos dice que, en lugar de odio y desasosiego, debemos ser amor y oración. Me acuerdo que cuando tuvo lugar el atentado del 11 de septiembre en Nueva York, en el mensaje del 25 de septiembre la Virgen decía: “Satanás quiere el odio, quiere la guerra. Testimoniad la paz a todos los corazones”. Y en el de hoy dice: “sed amor y oración.”

Marija: La Virgen quiere que nosotros seamos amor. Jesús murió en la cruz por amor. En Medjugorje, durante el Viernes Santo, es muy bonito ver a los peregrinos, a los parroquianos, a los jóvenes, a las familias, todos unidos en la oración. Creo que se vive de un modo diferente, con más alegría en el corazón viendo a ese Jesús que nos ha dado ejemplo con su vida y con su gran amor. Jesús era el que curaba y cura también hoy. Jesús es aquel que murió en la cruz consciente de ello. Jesús es el que resucitó y que también hoy resucita tantos corazones. Muchas personas que han estado en Medjugorje han resucitado espiritualmente a una vida nueva. No solamente un drogado que ha dejado de hacerlo, sino tantas otras situaciones increíbles en las que vemos la resurrección humana. Debemos pues, unirnos en la oración para que nuestro país vuelva a Dios, porque sin Dios no tenemos futuro. La Virgen nos habla del desasosiego porque el diablo nos mete tantas ideas: somos de derechas, somos de izquierdas, somos de allí, somos de allá. En cambio, la Virgen nos quiere llevar a todos y nos dice, en el mensaje precedente, que sin Dios no tenemos futuro. Por esto nos propone ser amor, alegría, oración, estar orgullosos de estar con Jesús ya que también nosotros hemos muerto y resucitado en Él y a través de Él obtenemos la vida eterna. La Virgen nos aclara que debemos decidir en nuestro corazón a quién pertenecemos.

P. Livio: Marija, me ha impresionado el hecho de que la Virgen venga a decirnos, ahora que vivimos el tiempo de Pascua con alegría, que el diablo hace soplar el viento del odio, del desasosiego y del desorden. Es decir, que debemos vigilar que no nos arrolle, que debemos entender que el diablo quiere destruir este tiempo de alegría que es la Pascua.

Marija: Exactamente. Para ello, tenemos esa gran oración: “Ven Espíritu Santo”. Creo que nosotros debemos ser el reflejo, que cada uno, en nuestro corazón, en nuestro ánimo sea consciente de quiénes somos y a dónde vamos. Tantas veces, cuando doy testimonio, digo: “¿Qué son cien años aquí, en comparación con la eternidad?”. Nosotros nos fijamos en las pequeñas cosas materiales que no nos llevaremos al más allá y la vida es muy corta. La Virgen nos llama a vivir los pocos años que tenemos con alegría junto a Jesús resucitado.

P. Livio: Me impresiona también esta frase: “Vosotros, hijos míos, sed la alegría del Jesús Resucitado”. Es decir, que debemos actuar para agradar a Jesús, para que Él esté contento de nosotros. Obviamente, Jesús nos llena de alegría, pero también nosotros debemos alegrarle a Él.

Marija: Sí, porque al final la Virgen ha dicho: “Por eso, hijos míos, testimoniad con orgullo de haber resucitado en Él”. Es decir, seamos resurrección también nosotros. Yo cuando veo tanta gente en la iglesia que parece muy seria, casi diría sombría, me pregunto si Jesús está en sus corazones. Tantas veces bien dispuestas para discusiones de quién sabe qué cosas. En cambio, nosotros debemos ser esperanza, en cualquier situación. Debemos ser alegría y oración. Nosotros, hemos visto en tantas ocasiones, sobre todo en los primeros años, cuando el comunismo nos oprimía, que nuestra vida estaba en peligro, pero la Virgen nos decía siempre: “Orad, ayunad y sed testimonio”. Esto es lo que hicimos, a pesar de que muchas veces le decíamos que éramos pequeños y teníamos miedo, Ella siempre nos decía: “No os preocupéis porque yo estoy siempre con vosotros”. De hecho, era así, y también Jesús estaba con nosotros y eso nos hacía sentir fuertes.

P. Livio: Verdaderamente, este mensaje indica la Pascua cuando dice que seamos la alegría de Jesús y también llamándonos a resucitar del pecado, de una vida mediocre, de una fe muerta para empezar una vida nueva.

Marija: En nuestros días hay todavía gente que muere por Jesús a través de estos atentados, también muchos misioneros, etc. Puede que nosotros no vayamos a morir así, pero debemos testimoniar nuestra experiencia de Dios. Durante la Cuaresma, estando en Medjugorje, subiendo las colinas, en medio de la naturaleza, a pesar de la fatiga que se siente, se siente una alegría, un bienestar inmenso porque lo haces acompañado de Jesús, y rezando, sientes que tu corazón se llena de una alegría y un agradecimiento que no son tuyos. La Virgen nos dice que cuando estamos con Jesús, hacemos experiencia de Dios, experiencia del encuentro con Dios. Esta experiencia da serenidad a nuestro corazón y ello nos permite darlo a conocer a los demás.

P. Livio: Me parece, Marija, que la Virgen ha dicho una palabra nueva muy importante: “Sentíos orgullosos”. Me parece que es la primera vez que lo dice. Ha dicho en ocasiones que estemos serenos, contentos…, pero “sentíos orgullosos”, quiere decir que debemos sentir un santo orgullo de ser cristianos, que no debemos tener miedo ni vergüenza porque hemos resucitado en Cristo, y conscientes de ello, debemos testimoniarlo a los demás.

Marija: Yo creo que el paganismo es tan fuerte en estos momentos, que nos está sofocando. Parece que no tengamos razones para discutirlo. El paganismo nos dice que no hay Dios, el no creer parece una ley, en cambio no es así. Me acuerdo de una cosa muy bonita que me sucedió el Viernes Santo cuando subía al monte Krizevak. Estando en la décima estación, veo una madre que se acerca a una de las figuras de bronce y a su niño que llora fuertemente. Yo me acerco y pregunto a la madre qué le sucede y me responde que el niño llora tristemente porque Jesús se ha caído bajo la cruz y me pide que le hable y le diga que yo he visto a Jesús. Al oír esto, el niño cesa su llanto y me pregunta si es verdad que he visto a Jesús y al confirmárselo se pone contento. Yo después de esto, continúo mi camino del Via Crucis, pero este hecho me hizo reflexionar. Así es como deberíamos hacer, decir que sí hemos visto, sí hemos oído. Yo he visto a Jesús niño. He visto a Jesús hombre. Cuando en los primeros años nos llevaron a prisión, vimos a Jesús con la corona de espinas y lleno de llagas. En aquellos momentos, me di cuenta de cómo se debieron sentir los apóstoles o las primeras mujeres cuando dijeron que Jesús no estaba en el sepulcro, que Jesús había resucitado. También nosotros, con nuestra experiencia, con nuestra vida, con nuestra fe, debemos decir: Yo lo he visto, yo lo oigo, yo creo y por ello, doy mi testimonio.

P. Livio: Una vez, en un mensaje a Mirjana, la Virgen dijo: “Habladle”, por esto nosotros debemos decir a la gente que hablamos con Jesús y que, si quieren, podemos hablarle juntos. Debemos decir la verdad de la vida cristiana. Nosotros hablamos con Dios siempre que queremos, en cualquier momento, y esto lo debemos testimoniar.

Marija: Sí. Tantas veces me dicen que no pueden contactar conmigo por teléfono, y es que yo lo uso muy poco, sobre todo estando a Medjugorje. Además, depende de donde uno está, ahora hay cobertura, ahora no la hay, en cambio con Dios siempre tengo la cobertura segura y con mis oraciones siempre estoy conectada con todos. A veces, me rio un poco de ellos porque les digo que hoy en día sin el móvil no somos capaces de hacer nada, en cambio debemos volver a la cobertura con Dios. La Virgen nos repite tanto acerca de ese encuentro personal con Dios y de ponerle siempre a Él en el primer lugar de nuestra vida.

P. Livio: En el fondo, la vida cristiana es ser amigos de Jesús y de María. No es tan complicado.

Marija: Exactamente, pero ¿sabes lo que yo creo que nos falta en estos tiempos? Yo creo que lo que falta es la fuerza de testimoniar con sencillez, abiertamente y sin vergüenza.

P. Livio: Creo que es una vergüenza psicológica.

Marija: Sí, como la Virgen dice acerca del viento de odio y de desasosiego, nos está llegando a nosotros también. Pero si tenemos a Dios, aunque llegue un huracán de los más terribles, nuestro pilar, que es Dios, nos sostendrá.  A pesar del viento del odio, de la inquietud, de la guerra y del desorden, Dios reinará con nosotros. La Virgen nos insiste en que debemos amar y orar porque mientras amamos y oramos, el diablo no nos puede hacer ningún daño. El diablo no ama, el diablo odia, el diablo destruye. Dios ama, Dios nos llama a la oración, Dios nos llama al amor.

P. Livio: En el mensaje aparecen estas cuestiones: Jesús resucitado, por un lado, que nos trae la paz y la alegría de la vida eterna y, por otro lado, el diablo que trae odio, desasosiego y desorden. Debemos vigilar que entre Dios en nosotros y no el viento terrible que viene del infierno.

Marija: De todas maneras, Dios está con nosotros y no debemos tener miedo. Sabemos lo que tenemos que hacer porque Él nos ha dado ejemplo. Nos dijo: “Ama al prójimo como a ti mismo. Ama a aquellos que te odian, ama a aquellos que te hacen daño.” Y nosotros estamos en esta línea, ¿justo?

P. Livio: La Virgen dice: “Jesús ha resucitado para cada uno de vosotros. “ Es decir, que verdaderamente nos conoce uno por uno a todos, nos ama uno por uno y, por lo tanto, deberemos responder uno por uno.

Marija: Cierto. Es muy bonito esto que has dicho padre Livio. Jesús, a través de este mensaje, nos quiere expresar su enorme amor, un amor que le lleva a la muerte. Pero la muerte no ha vencido, vence solo el amor, con la libertad que Él nos da, con la libertad de responder sí a Dios, de responder sí a Sus Mandamientos, sí a la vida nueva, sí a la vida eterna.

P. Livio: Marija, un recuerdo de la fiesta de la Divina Misericordia del domingo próximo. Es decir, que tantos, que están el en mal y en el pecado, deben tener confianza en Dios.

Marija: Sí, nosotros oremos ya que tenemos esta bellísima gracia que San Juan Pablo II instauró para celebrarla el domingo después de Pascua como domingo de la Misericordia. También la Virgen, tantas veces dice: “Por todos los que no oran, no aman, no adoran.” La Virgen ya había dicho en Fátima que nos volviéramos oración, amor y adoración para todas las almas que se sienten confundidas, especialmente los jóvenes. La Virgen nos llama a orar porque la oración no tiene límites, ni confines.

P. Livio: Gracias Marija por tus bellas palabras y te encomendamos a todas las personas de Radio María, especialmente a los enfermos y a todos los que necesitan la ayuda de Dios.

Marija: De todo corazón y siempre unidos en la oración y fuerza en el Señor. Que Jesús resucitado nos de la fuerza para testimoniarle.

Compartir:
Salir de la versión móvil