P. Livio: Queridos amigos, aquí tenemos en directo a Marija de Medjugorje que nos dará el mensaje de la Virgen de la Paz del día de hoy 25 de febrero 2019.
P. Livio: ¡Buenas tardes Marija!
Marija: Buenas tardes padre Livio. Un saludo a todos los oyentes de Radio Maria. Hoy 25 de febrero la Virgen nos ha dado el siguiente mensaje:
“¡Queridos hijos! Hoy os invito a una vida nueva. No importa cuántos años tengáis: abrid vuestro corazón a Jesús que os transformará en este tiempo de gracia y vosotros, al igual que la Naturaleza, naceréis a una vida nueva en el amor de Dios y abriréis vuestro corazón al Cielo y a las cosas celestiales. Yo estoy aún con vosotros porque Dios me lo ha permitido por amor a vosotros. Gracias por haber respondido a mi llamada”.
P. Livio: Marija, sé que estás con gripe.
Marija: Sí, ha llegado la gripe, digamos que es el mal de esta estación del año.
P. Livio: Por ese motivo, no podemos tenerte mucho con nosotros y hacerte hablar demasiado porque podría venirte la tos de un momento a otro. El mensaje de hoy es muy bonito, especialmente esa frase que dice: “No importa la edad que tengáis”. ¿Cómo la interpretas tú?
Marija: Para mí, en este mensaje la Virgen quiere decir que TODOS estamos llamados sin que importe quienes somos, de dónde venimos, qué edad tenemos. Esta llamada Suya es para todos nosotros. Es decir, que todos somos jóvenes para el Paraíso. Tanto los ancianos como los recién nacidos están llamados a la vida eterna. Por ello, creo profundamente, que la Virgen nos está repitiendo que nunca es tarde para empezar una nueva vida. Dejar el pecado y empezar una vida de santidad. Nos lo viene repitiendo desde hace años.
P. Livio: Como cuando somos ancianos y hemos ensombrecido nuestra fe, es decir nos hemos vuelto perezosos en la vida espiritual, también entonces podemos recobrar la juventud y empezar esa vida nueva, como los niños recién nacidos.
Marija: Sí, es verdad y además la ventaja de las personas ancianas es que tienen más tiempo para pensar y orar. Los jóvenes en cambio, están más sujetos a las cosas del mundo, a las cosas materiales. De todas maneras, todos estamos llamados a emprender un nuevo camino con Dios. La Virgen nos ha dicho miles de veces, que sin Dios no tenemos ni futuro ni vida eterna. Esta tarde, la Virgen nos presta su ayuda una vez más para volver a Dios, para volver a la vida eterna. Debemos recordar que Dios existe. ¡Son todavía tantas las personas que no creen que Dios existe!
P. Livio: La Virgen nos recuerda la primavera cuando dice: “Al igual que la naturaleza naceréis a una vida nueva”, por lo tanto, es como si el invierno fuera la vida en pecado mortal, sin la gracia, como las ramas secas de los árboles. Y cuando la naturaleza se despierta, debemos volver a la vida. Podemos decir entonces que una persona sin Dios, es como una rama seca, aunque esta sea joven.
Marija: Sí, como cuando en la Sagrada Escritura se dice sobre los huesos secos, o bien del soplo de Dios cuando entra en nosotros. Debemos permitir a Dios que nos llegue Su soplo mediante la oración y la lectura de la Sagrada Escritura. La Virgen dice: “Poned la Sagrada Escritura en un lugar visible de vuestra casa y leedla cada día”.
P. Livio: Me gusta referirme a los ancianos porque hay muchos en nuestra sociedad, y también lo son muchos de nuestros oyentes. Para ellos hay una perenne juventud como dice el salmo: “En la vejez darán todavía frutos buenos y abundantes”. Por lo tanto, también en la vejez se puede vivir como en primavera.
Marija: Por supuesto. Un abuelo me contaba hace unos días algo muy bonito. Decía que cuando habla a sus nietos, ellos siempre le obedecen. Dice que cuando hacen los exámenes, él reza por ellos y le agradecen mucho su ayuda. A menudo cuando hablan los padres, les entra por un oído y les sale por otro. En cambio, con los abuelos es diferente ya que en ellos hay estabilidad, experiencia, vejez. Sobre todo, no debemos avergonzarnos nunca de ser ancianos porque lo que dejemos a nuestros nietos, será para siempre. La cosa más bonita que les podemos dejar es el conocimiento de Dios, no las cosas materiales.
P. Livio: Hay una frase en el mensaje de la Virgen que aparece a menudo, especialmente en los mensajes del día 2, que dice: “Abrid el corazón al Cielo y a las cosas celestes”. Es decir, La Virgen en casi todos los mensajes nos quiere orientar a las cosas celestes y recordarnos que estamos solo de paso. Pienso que se debe a que muchos todavía creen que la vida es solo aquí en la Tierra y que con la muerte acaba todo.
Marija: No, yo creo que la Virgen se refiere a todos: ángeles, arcángeles, santos, mártires, a que cada día podemos hablarles, pedirles ayuda, invitarles a rezar con nosotros. También podemos recordar a nuestros difuntos. La Virgen nos dice que recemos por las almas del purgatorio ya que ellas no pueden rezar para sí, pero pueden interceder por nosotros. También los ángeles y los santos son una buena conexión, pero se lo debemos pedir. Las cosas celestes, son aquellos que nos han precedido, que han dado ejemplo con su vida.
P. Livio: Efectivamente, esto es lo que llamamos la comunión de los santos.
Marija: Exactamente.
P. Livio: Marija, hay también una frase muy especial, aunque la Virgen en el pasado ya había dicho que Ella había sido enviada por el Omnipotente, pero hoy dice que el Omnipotente le permite estar todavía aquí. Es como si la Virgen le pidiera a Dios poder prolongar su presencia entre nosotros.
Marija: Sí, es muy bonito porque en estas palabras se ve que la Virgen, con su humildad, quiere decirnos que Ella es sierva de Dios. Ella siempre obediente, que permite a Dios guiar su vida. También que la presencia de la Virgen en Medjugorje es un don para la humanidad. Por eso, a pesar de no haberlo entendido, esta es una invitación a la oración, a la conversión, a la paz. Hoy en día el hombre es cada vez más egoísta, más prepotente, más guerrero. En cambio, la Virgen nos llama a la paz, al respeto, al amor, a compartir como hicieron los primeros cristianos. Hoy también nos llama a pesar de nuestras incertidumbres, nuestra debilidad por las cosas materiales. Volveremos a Dios sin nada, cuando moriremos no necesitaremos nada. Por esta razón, compartir, amar y testimoniar es la invitación que nos hace la Virgen. La Virgen nos dice que Dios le ha permitido estar entre nosotros.
P. Livio: Por tanto, este es el signo de que Dios nos ama, de que la Virgen nos ama. Su presencia tan prolongada es el signo de su amor.
Marija: Sí, probablemente del mismo modo que se dice que Dios escribe recto en renglones torcidos. En la actualidad, la humanidad está torcida. Lo hemos visto en estos últimos días en la misma Iglesia, esa cruz, esa pedofilia, esta situación increíble. Esta llaga, este dolor oscurece el cristianismo, pero olvidamos a tantos sacerdotes que han muerto por Dios, que han muerto por el prójimo, que, como Madre Teresa, han sacrificado toda su vida por los más necesitados. Yo creo profundamente que, es por este motivo, que la Virgen se queda con nosotros por tanto tiempo, para darnos la oportunidad de volver a Dios, de volver a la paz, de volver a una vida nueva.
P. Livio: Marija, ¿Cuándo ha sido la última vez que has visto a la Virgen?
Marija: ¡Esta tarde!
P. Livio: ¿Tú la ves cada día?
Marija: Sí, Ivan, Vicka y yo todavía tenemos la aparición cada día.
P. Livio: Dime Marija, cuándo ves a la Virgen, ¿qué sientes?
Marija: Es como estar en el Paraíso. Muchas veces, nos agarramos a su vestido porque no queremos separarnos de Ella. Son momentos muy bellos, tan bellos que no se pueden explicar. Por eso no hablo de ello, porque la gente es curiosa, pero no buscan la profundidad y muchos no lo entienden, desafortunadamente.
P. Livio: ¿Qué es lo que más te conmueve de la Virgen?
Marija: Su amor por la Humanidad, por este pueblo sin rumbo que quiere seguir el camino recto.
P. Livio: ¿Aparece a veces con el rostro triste?
Marija: La Virgen aparece algunas veces triste, otras veces sonriente, a veces seria, otras veces feliz, como todos nosotros. Pero en estos últimos tiempos aparece, no diría seria, pero sí muy decidida. Ella tiene el deseo de ayudarnos con mucha fuerza. Cada vez que la veo, pienso que Ella es la esperanza de la Humanidad, siempre dispuesta a amarnos, a convertirnos, a llevarnos en su manto hacia Su Hijo Jesús. ¡Es increíble!
P. Livio: Por tanto, ¿Aparece decidida para vencer la batalla como Reina?
Marija: Sí, pero no solo como Reina, su comportamiento es también de Emperatriz que sabe que detrás de Ella hay muchos fieles seguidores que saben que ganará.
P. Livio: Y nosotros, ¿qué debemos hacer?
Marija: Nosotros debemos convertirnos, rezar y amar. Como decía San Agustín: “Ama y haz lo que quieras”. Cuando amamos a Dios sobre todas las cosas y respetamos sus leyes, Él nos ayuda a entender y a mejorar cada día.
P. Livio: En el último mensaje que dio a Mirjana decía que no debemos tener miedo de defender la verdad.
Marija: Exactamente. Es decir, testimoniar.
P. Livio: A mí me parece que defender es algo más fuerte porque uno defiende cuando la verdad se ve atacada. Yo creo que quiere decir que la verdad de Cristo se ve atacada y nosotros la debemos defender.
Marija: No solamente, porque hay muchos cristianos tibios y un cristiano tibio no es capaz de dar nada. Por esto, precisamente ahora que entraremos en el tiempo de Cuaresma, estamos llamados a la conversión, a la vida nueva y los que estamos llenos de Dios, debemos darlo a los demás. Si estamos vacíos por no rezar, por no acudir a los Sacramentos, a la Santa Misa, no tenemos nada que ofrecer, ¿verdad?
P. Livio: Sí, es verdad. La Virgen ya te había dicho que debemos dar a los demás el amor que Dios nos da a nosotros. Pero está claro que, si no lo tenemos nosotros, no lo podemos dar.
Marija: Cierto. Es como la fe que la debemos buscar, construir, ganar. Yo veo que los mensajes de la Virgen, la primera vez que los leemos no los entendemos mucho, en cambio la segunda o tercera vez, después de meditarlos, te van entrando en el corazón, después en la mente y sientes la necesidad de compartirlos con los demás y hacerlos partícipes de esa experiencia de Dios en tu corazón.
P. Livio: Has dicho una cosa muy bonita Marija. Es decir que, si meditamos los mensajes de la Virgen durante todo el mes, poco a poco conseguiremos que nuestro lenguaje sea igual al de Ella.
Marija: Ahora que entramos en Cuaresma, yo me acuerdo que una vez la Virgen nos dijo de ir por la noche al Krizevak con un frío y con un viento que pensábamos se nos llevaría. En aquella época nosotros éramos pequeños y delgados, ¿Te acuerdas padre Livio? Pues esa noche, la Virgen nos dijo que quería que hiciéramos una novena, cada noche. Al final, la Virgen rezó por nosotros y nosotros ofrecimos nuestro sacrificio y Ella nos dijo que la habíamos ayudado en ese proyecto. Poco después, supimos acerca de la catástrofe ocurrida en Arabia Saudí y enseguida pensamos que quizá era por esa causa que nos había pedido las oraciones ya que hubiera podido ser una catástrofe internacional. Hay tantas necesidades por las que rezar: un amigo que está en el hospital, otro que necesita trabajo, otro que necesita paz, otro que necesita casa, otro que necesita a Dios. Debemos saber que los efectos de la oración, no tienen límite, por esto no debemos cansarnos de rezar.
P. Livio: ¿Puedo decirte una cosa Marija? Yo me acuerdo que tú me habías invitado a participar una vez en tu grupo de oración en la Cruz Azul, en medio de los matorrales, donde no os veía nadie y esa noche la Virgen pidió al grupo de oración rezar por el papa Juan Pablo II, que necesitaba oraciones. Poco después se supo que esa noche el avión en el que viajaba el Papa a Ciudad del Cabo, estuvo a punto de caer, salvándose así milagrosamente.
Marija: ¡Gracias a Dios! Ves, estos son signos de Dios para nosotros que cuando los compartimos, nos estimulan a rezar más.
P. Livio: Gracias Marija. Te encomiendo a toda la familia de Radio María, a todos los enfermos y personas ancianas que con tus palabras se sentirán confortadas por el mensaje de la Virgen.
Marija: Con todo mi corazón. Unámonos pues en la oración.
TRADUCCIÓN: Equipo Asociación Amor de Déu