P. Livio: Queridos amigos, aquí tenemos en directo a Marija que nos dará el mensaje de la Reina de la Paz de hoy día 25 de diciembre 2018.
P. Livio: ¡Buenas tardes Marija!
Marija: ¡Buenas tardes padre Livio! ¡Feliz Navidad a todos, de todo corazón! Hoy, como cada 25 de mes, la Virgen nos ha dado el siguiente mensaje:
“Queridos hijos, os traigo a mi Hijo Jesús que es el Rey de la Paz. Él os da la paz y que esta paz no sea solo para vosotros, hijos míos, sino llevadla a los demás con alegría y humildad. Yo estoy con vosotros y oro por vosotros en este tiempo de gracia que Dios desea daros. Mi presencia aquí es un signo de amor, mientras estoy con vosotros, para protegeros y guiaros a la eternidad. ¡Gracias por haber respondido a mi llamada!”
P. Livio: Marija, empecemos por la primera frase de la Virgen: “Os traigo a mi Hijo Jesús”, es decir, que hoy, como cada Navidad, traía el Niño consigo.
Marija: Sí, como cada 25 de diciembre, también hoy la Virgen ha venido con el Niño Jesús. Con Jesús, como bebé recién nacido, la Virgen ha hablado y nos ha dado el mensaje que acabo de leer. Es un gozo y una gracia para todos nosotros, especialmente hoy, que la Virgen no solamente me ha dado el mensaje a mí, que al inicio era para la parroquia de Medjugorje y después, también para todos aquellos que quieren poner en práctica estos mensajes en su vida, sino que hoy ha dado también un mensaje a Jakov. El 25 de diciembre de cada año, Jakov recibe la aparición extraordinaria, por lo tanto, hoy hemos tenido dos mensajes de la Virgen, es decir, hemos tenido una gracia doble.
P. Livio: Jesús se define como Rey de la Paz, ¿Qué crees tú Marija, que la paz es el mismo Jesús? ¿Que quien acoge a Jesús, acoge la paz?
Marija: Sí, sí. La Navidad es la paz. Yo siempre digo que no habría guerras si todos abrazásemos la paz de Jesús porque Jesús es nuestra paz. Miles de veces hemos oído hablar a sabios, santos, papas y otros tantos del día de Navidad como el día de la paz. Esperemos que, no solamente el día de Navidad sea un día de paz y de reconciliación. Al inicio de las apariciones, la Virgen se dirigió a las familias que estaban en guerra entre ellas. Medjugorje era un pequeño pueblo con terrenos delimitados y a veces uno quitaba un poco de terreno a otro y por ese motivo, algunos campesinos se hacían la guerra pegándose con violencia. Muchas veces, eran enfados que duraban años. Cuando se acercaba la Navidad, la Virgen nos preparaba para la paz. En los primeros años íbamos de una casa a otra, de una familia a otra para pedir perdón por la paz que les habíamos quitado. La Virgen, en el mensaje de hoy, creo que quiere llamarnos de nuevo a dar la paz, a pedir la paz, a trabajar y colaborar por la paz.
P. Livio: Cierto, pero, tal como te dijo el jueves 26 junio de 1981, en su segunda aparición, te dio el mensaje de la paz subrayando que, en primer lugar, la paz se tiene que hacer con Dios porque si primero la hacemos con Él, después la podemos llevar a nuestros hermanos. Pero si no la hacemos primero con Dios, no podremos llevarla a nuestros hermanos.
Marija: Sí, es verdad. Sobre todo, con la confesión, no solamente por Navidad, cuando muchos se acuerdan solo ese día de ir a la iglesia. La Virgen nos pide mucho más. Para estar en gracia, debemos decir sí a la gracia de Dios, para ser portadores de paz, debemos adquirir esa paz que Él nos ofrece. Debemos trabajar nuestro interior para no tener reacciones de odio o de violencia y ser, por el contrario, portadores de paz, con alegría y humildad, tal como hoy ha dicho la Virgen.
P. Livio: Sí Marija, como tú muy bien has dicho, en este tiempo de gracia de la Navidad, hacemos la paz con Dios sobre todo con la confesión. Es decir, con el arrepentimiento de nuestros pecados y con el propósito de una vida nueva. Una vida en la que intentemos hacer la voluntad de Dios.
Marija: Efectivamente. La cosa más bonita que veo en Navidad es acercarse al Niño Jesús. No como tantos que hablan de la fiesta, pero no hablan de Jesús. No se habla de la Sagrada Familia como un ejemplo para nosotros. Las familias en oración, en humildad, en obediencia a Dios. También nosotros debemos vivir esa humildad, esa obediencia y también esa alegría de la que habla la Virgen.
P. Livio: Llevar la paz con alegría. ¿Qué te parece que quiere decir? ¿Llevar la alegría que tenemos en nuestro corazón, porque esta alegría en el corazón la tenemos cuando estamos en paz con Dios?
Marija: Sí. Debemos trabajar en ello con la oración con la ayuda de la Virgen que nos quiere guiar a la eternidad, como bien nos dice en la última frase del mensaje. Si nos ponemos como meta la vida eterna, quiere decir que ya estamos en camino, ya estamos protegidos y guiados por la Virgen. Ella nos lleva a Jesús, nos lleva a la adoración. Hoy, de manera especial, nos lleva delante del pesebre, delante de ese Niño pequeño e inocente, pero, que hace algunos años nos dijo: “Yo soy vuestro Rey”. Él nos ama y quiere guiarnos, y nosotros debemos permitirle abrir nuestro corazón y nuestra mente a esa invitación que nos hace.
P. Livio: Quiero seguir sobre la frase: “llevar esa paz a los demás con humildad”. He visto que también en un mensaje dado a Mirjana recientemente, la Virgen invita a dar testimonio con humildad. Es decir, es como si la Virgen nos dijera que si somos creyentes es por haber recibido un don de Dios y debemos acercarnos a los demás sin sentirnos superiores porque de lo contrario, la gente se alejará en vez de acercarse.
Marija: Yo veo que hoy en día hay mucha confusión. No sabemos quienes somos ni de donde venimos. La Virgen es muy clara. Ella nos está llamando. Jesús nos está llamando y nos dice que la presencia de la Virgen es fruto del amor de Dios para con nosotros. Es decir, la presencia de la Virgen entre nosotros es una invitación a la conversión. Durante todos estos años, la Virgen nos repite que sin Dios no tenemos ni futuro ni vida eterna. Por esto, debemos volver a Dios, volver a los Sacramentos. Hay confusión en el mundo, una confusión que se puede apreciar sobre todo durante estos días aquí en Italia de impaciencia, de odio, de rabia. No me deja de sorprender esa actitud de pasotismo. Quizá es porque Medjugorje es un lugar especial, privilegiado, protegido, no sé… Cuando llega a ese lugar gente pagana, dice que se respira un aire diferente, una positividad tal que algunos dicen incluso de tocarse para recibir esa positividad. A veces me los miro y pienso cuánta confusión hay en ellos. Pero en el fondo, llega esta pobre gente en busca de sí mismos, en busca de Dios, aunque en muchas ocasiones, con estas nuevas ideologías “new age”, con la positividad y negatividad y muchas otras cosas. Pero yo digo que debemos ser cristianos de verdad. La persona cristiana es alegre, una persona de encuentro, respetando a cada uno de nosotros. Puede ser un enfermo, un negro, un blanco, un chino… no importa su procedencia, respetando nuestras tradiciones, nuestra forma de vivir, pero amándonos. Es muy bonito ver que en Medjugorje no se pregunta de donde se viene, se llega con un mismo objetivo: amar y aprender a amar a Dios siempre un poco más. Este es el respeto recíproco: amar a todos con el amor de Dios. Puede ser un anciano de un geriátrico, puede ser un enfermo en un hospital. Son muestras de amor con un pequeño gesto que a menudo, por falta de paciencia, no hacemos. A veces, ni siquiera tenemos paciencia de testimoniar. La Virgen, también hoy, nos pide ser testimonios.
P. Livio: La Virgen dice: “Yo estoy con vosotros y oro por vosotros en este tiempo de gracia”. Ciertamente, este tiempo de las apariciones, es un tiempo de gracia, un don muy grande de Dios. Marija, ¿llegará el día en que finalizará este tiempo de gracia?
Marija: Para nosotros, este es un tiempo muy especial. Cuando finalizaron las apariciones cotidianas a Jakov, estaba realmente desesperado porque no sabía cómo debería actuar. Después lo fue entendiendo y reconociendo que esto es una gracia. Hoy, estamos viviendo, no solamente nosotros los videntes, sino todos, como si la presencia de la Virgen entre nosotros fuera algo normal. No somos conscientes de la gracia que Dios nos está dando enviándonos a su madre. Tal como le dijo a Juan a los pies de la cruz, Jesús nos la da también a todos nosotros.
P. Livio: Yo me pregunto ¿Cómo haremos cuando no haya más mensajes?
Marija: Yo creo que, siendo una gracia, la tenemos que aprovechar día a día con alegría. Mientras tengamos a la Virgen entre nosotros, debemos vivirlo con esperanza.
P. Livio: Obviamente, tenemos la Sagrada Escritura, pero la Virgen nos ayuda a profundizarla. Es la lectura del Evangelio la que nos nutre tanto.
Marija: Sí, la Virgen nos dijo que pusiéramos la Sagrada Escritura en un lugar visible de nuestra casa y la leyéramos cada día. No debemos solo leer los mensajes de la Virgen, sino que, tal como Ella dice, debemos leer la Sagrada Escritura y también la vida de los santos e imitarlos. La Virgen nos dice también que nos acerquemos más a los Sacramentos, a Dios, a sus Mandamientos. Además, la Virgen nos llevó desde la montaña de las apariciones a la Iglesia. Es decir, que somos miembros de la Iglesia, unidos en un solo cuerpo. La Virgen nos quiere ayudar a mejorar para llegar a la santidad.
P. Livio: De hecho, su presencia aquí es el signo de que Dios nos ama. Es un don extraordinario.
Marija: Sí, es una gracia. Yo siempre digo que no somos conscientes de la gracia que estamos viviendo. Una gracia de Dios. La Virgen nos repite que Dios le ha permitido estar con nosotros. Porque, aunque la Virgen quisiera estar con nosotros, si Dios no se lo permitiera, Ella no podría hacerlo. En cambio, Jesús ha permitido a la Virgen venir aquí para guiarnos. Nosotros, al principio, pensábamos que probablemente las apariciones iban a durar poco tiempo, como en Lourdes, o Fátima. Lo comparábamos con esos lugares cuando la gente venía y nos lo contaba, pero aquí no ha sido así. Por esto, es un tiempo de gracia. En estos días me han mandado una descripción del milagro de Guadalupe a través de esa tela con la imagen de la Virgen, que han estudiado unos científicos, y dicen que bajo esa pintura de una mujer embarazada se siente el latido de un corazón de niño. Dios nos sorprende continuamente, a pesar de que nosotros no somos conscientes de ello plenamente. Dios quiere que volvamos a Él, porque sin Dios no tenemos ni futuro ni vida eterna. Nosotros, en cambio, estamos siempre en la duda. ¿Dios me ama, no me ama? Parece un juego de niños. Pero ahora tenemos la presencia real de la Virgen, además Ella siempre ha hablado muy claramente diciendo que debemos volver a Dios y convertirnos. Estamos llamados a ser gente nueva que abraza a Dios, que abraza la santidad, que abraza un camino nuevo en la paz y ser portadores de ella. Pidamos al Espíritu Santo que nos ayude, que nos guíe.
P. Livio: Sí, además, la Virgen una vez nos dijo que había venido a decirnos que Dios existe.
Marija: Sí.
P. Livio: Marija, como última pregunta te quería decir que cuando la Virgen dice que está aquí para protegernos y guiarnos hacia la eternidad, esto está muy claro, pero el hecho de que el Cielo se abra cada día para descender a la Tierra, ello nos indica que la eternidad existe, que el Paraíso existe, es precisamente su presencia la que nos asegura la eternidad. Hoy en día, muchos dicen que con la muerte todo se acaba, en cambio, la presencia de la Virgen nos dice que el Paraíso existe. ¡Yo encuentro que este es un mensaje extraordinario!
Marija: Es verdad, este es el mensaje más importante. La Virgen después de que nos enamoráramos de Ella, nos llevó a su Hijo Jesús y nos dijo que no debíamos ser áridos, no debíamos ser tibios. La Virgen, con su presencia aquí en Medjugorje, hizo que, incluso nosotros siendo niños, tuviéramos la fuerza de gritar. Para nosotros era como Pentecostés. Su presencia entre nosotros era una oración continua, sobre todo los primeros años. Aunque también hoy, cuando llegan los peregrinos sienten aquella frescura de la belleza, lo extraordinario de la cotidianidad de una pequeña parroquia. Se palpa la presencia de la Virgen, sobre todo en momentos como en la Adoración delante del Santísimo. Puedes sentir que Jesús da calor a todo lo que es gélido, que endereza todo aquello que está torcido, que clarifica lo confuso, Tantas familias salvadas, tantas personas que han vuelto a Dios, a la oración, que han visto con claridad y han vuelvo a sus casas con corazón renovado sabiendo lo que deben hacer. Jesús llega a lo más íntimo de los corazones.
P. Livio: Sí, claro. Es Jesús el que convierte. Es el Espíritu Santo el que convierte. Nosotros somos pobres instrumentos.
Marija: Pero debemos decir que la Virgen es quien da un empujoncito a Jesús con todo su corazón. Ella ve nuestra pobreza, ve nuestra confusión, ve nuestras imperfecciones, y al mismo tiempo, es Ella quien nos consuela, quien nos ama, quien nos guía a su Hijo Jesús para poder llegar a ser beatos.
P. Livio: La Virgen, en su mensaje, nos dice que está aquí para protegernos. ¿De qué te parece que deba protegernos? ¿Cuáles son los peligros más graves en la actualidad, según tu parecer?
Marija: Yo creo que el mayor peligro es perder el alma. Piensa en quien tiene 90 años de tribulaciones y luego pierde el alma. Por esto creo que el cometido más importante de la Virgen es el de llevar las almas a Jesús. Si la Virgen está aquí es para ayudarnos. Ella no nos necesita, pero siente un gran amor por nosotros y sabe que existe Satanás, que el mal existe y se inmiscuye con el egoísmo, la prepotencia, el modernismo (nosotros teníamos el comunismo), todas las distintas ideologías que no hacen más que confundirnos: si somos un hombre, si somos una mujer, si somos niños, si somos adultos ya que tantos adultos se comportan como adolescentes, se van de la familia buscando otros amores y hoy te amo, mañana no te amo, igual que niños sin responsabilidad. La Virgen ve que estamos viviendo en una gran confusión y quiere y nos dice que volvamos a Dios y así obtendremos la claridad y con ello el premio eterno.
P. Livio: También hay el grave peligro, para los cristianos católicos, de perder la fe.
Marija: Por ello, la Virgen nos quiere llevar a la perfección. La perfección significa tener como huésped en nuestro interior al Espíritu Santo (que es Dios) a través de la confesión, la comunión, asistiendo a misa cada día (siempre que sea posible) y así, Jesús estará con nosotros. Y… ¿Quién estará contra nosotros, si Jesús está con nosotros? ¡Él nos ayudará! Yo veo que las personas que han abrazado la santidad, son personas sensibles, bellas, claras. Yendo a los monasterios de clausura te das cuenta de lo bellas que son esas monjas. Como Madre Teresa de Calcuta, a pesar de haber vivido muchas tribulaciones, tenía su mirada fija en Jesús. Pero Ella, junto con sus hermanas, oraban durante horas por la mañana muy temprano antes de ir a la misión. Nosotros deberíamos también tener más tiempo para Jesús, para estar con Él, para conocerlo mejor, como nos dice la Virgen.
P. Livio: Bien Marija, gracias de todo corazón por este testimonio tan bello.
Marija: Especialmente ahora que tenemos tantos pesebres en nuestras casas, me gustaría deciros que busquéis tiempo para estar con vuestras familias, que encendáis una vela, oréis delante del Niño Jesús y le pidáis que os dé la paz, no solo para vuestras familias sino para el mundo entero y que también os haga instrumentos de esa paz.
P. Livio: Gracias Marija, y como de costumbre te encomiendo a todas las personas de Radio María.
Marija: Siempre os tengo presentes en mis oraciones y yo también os pido que recéis por nosotros. Feliz Navidad y Próspero Año Nuevo. Que Dios os bendiga.
TRADUCCIÓN: Equipo Asociación Amor de Déu